miércoles, 28 de noviembre de 2012

Perú: El Acuerdo Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP) como golpe global: ¿Por qué tanto secreto?


Andrew Gavin Marshall

En la cumbre de dirigentes de los Estados miembros del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP) en noviembre de 2010 participaron: Japón, Vietnam, Australia, Chile, Singapur, EE.UU., Nueva Zelanda, Brunei, Perú y Malasia.

El Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP) es la negociación comercial más secreta y “menos transparente” de la historia.

Afortunadamente para las poblaciones y sociedades a las que afectará, hay organizaciones de investigación pública y medios alternativos que hacen campaña contra el Acuerdo e incluso han publicado diversas filtraciones de capítulos del borrador. De esas filtraciones, que han sido cubiertas por medios noticiosos dominantes controlados por las corporaciones, podemos llegar a un mejor entendimiento de lo que realmente abarca el Acuerdo Trans-Pacífico.

Por ejemplo, algunos grupos de interés público advierten de que el TPP podría llevar a la pérdida de millones de puestos de trabajo. Como señaló una carta del Congreso al Representante Comercial de EE.UU., Ron Kirk, el TPP “creará políticas vinculantes de futuros congresos en numerosas áreas”, incluyendo “las relacionadas con la mano de obra, patentes y derechos de autor, uso de la tierra, alimentos, agricultura y estándares de productos, recursos naturales, medioambiente, licencias de profesionales, empresas de propiedad estatal y políticas de adquisición de los gobiernos, así como regulaciones financieras, de los sistemas de salud, energía, telecomunicaciones y otras del sector servicios”-

En otras palabras, el TPP va mucho más allá del “comercio”.

Apodado por muchos “NAFTA2 (TLCAN) a lo grande” y “golpe corporativo”, solo dos de los 26 capítulos del TPP tienen realmente algo que ver con comercio. En su mayor parte otorga nuevos derechos y privilegios de largo alcance a las corporaciones, especialmente en lo relacionado con los derechos de propiedad intelectual (leyes de derechos de autor y de patentes), así como limitaciones de las regulaciones gubernamentales.

Los documentos filtrados revelaron que el gobierno de Obama “se propone conceder nuevos poderes políticos radicales a las multinacionales”, ya que Obama y Kirk han emergido como grands propugnadores “de políticas que han sido rechazadas desde hace tiempo por activistas ecológicos, defensores de reformas financieras y sindicatos, porque erosionan protecciones cruciales de las leyes internas”.

En otras palabras, las ya inefectivas y en su mayoría desdentadas regulaciones ecológicas, financieras y laborales existentes son inaceptables para el gobierno de Obama y las 600 corporaciones alineadas con el TPP al que imparten sus órdenes.

El acuerdo estipula que las corporaciones extranjeras que operen en EE.UU. ya no estarán sometidas a leyes internas de EE.UU. respecto a las protecciones del medio ambiente, las finanzas o los derechos laborales, y podrían apelar a un “tribunal internacional” que tendría la potestad de invalidar la ley estadounidense e imponer sanciones a EE.UU. por violar los nuevos “derechos” de las corporaciones.

El “tribunal internacional” que dictaría las leyes de los países estaría compuesto de abogados corporativos que actuarían como “jueces”, asegurando así que los casos presentados tengan un juicio “justo y equilibrado”, equilibrado y justo a favor de los derechos corporativos por sobre todo lo demás.

Una coalición de interés público conocida como Campaña Comercial Ciudadana publicó un borrador del capítulo del TPP sobre “inversión” revelando información sobre el “tribunal internacional” que permitiría que las corporaciones exigieran directamente a los gobiernos que impongan barreras a los “beneficios potenciales”.

Arthur Stamoulis, director ejecutivo de la Campaña Comercial Ciudadana, explicó que los borradores “contienen claramente propuestas diseñadas para dar a las corporaciones transnacionales derechos especiales que van mucho más allá de los que tienen los negocios nacionales y los ciudadanos estadounidenses. Una propuesta que tendría efectos tan amplios en las regulaciones medioambientales, la seguridad del consumidor y otros intereses públicos, merece un escrutinio y un debate público. No se debería elaborar a puerta cerrada”.

Public Citizen’s Global Trade Watch, una organización de interés público, hizo un análisis del documento filtrado sobre inversión y explicó que el tribunal corporativo internacional permitiría que las corporaciones revoquen las leyes y regulaciones nacionales o demanden enormes sumas compensatorias ante el tribunal “empoderado para ordenar el pago de fondos ilimitados del Tesoro del gobierno a inversionistas extranjeros por demandas según el TPP”.

Incluso bajo NAFTA, más de 350 millones de dólares han sido pagados por gobiernos alineados con el NAFTA a corporaciones por “barreras” a los “derechos” de inversión, incluyendo vertederos de desechos tóxicos, reglas de corte de árboles, así como prohibiciones de diversos productos químicos tóxicos.

Porque, seamos claros: para las corporaciones, semejantes regulaciones y preocupaciones por los temas de salud, seguridad y medio ambiente se perciben solo como “barreras” a la inversión y los beneficios. Por lo tanto su “gobierno” demandaría al gobierno extranjero por cuenta de la corporación, basándose en la premisa de que semejantes regulaciones condujeron a una potencial pérdida de beneficios, por los cuales se debería compensar a la corporación.

El TPP permite que las corporaciones demanden directamente al gobierno en cuestión. Todos los países miembros del TPP, excepto Australia, han aceptado adherirse a la jurisdicción de este tribunal internacional, un tribunal irregular y arbitrario no elegido, antidemocrático y dotado de personal por las corporaciones, con autoridad legal por lo menos sobre diez naciones y sus poblaciones.

Además, los países del TPP no han aceptado un conjunto de obligaciones que deberían cumplir las corporaciones en relación con los estándares de salud, trabajo o ecología, y por lo tanto se abre una puerta a que las corporaciones obtengan todavía más derechos y privilegios para saquear y explotar. Mientras se amplían los derechos corporativos se desmantelan los derechos humanos y democráticos.

Una de las áreas más importantes en las que el TPP tiene un profundo efecto se relaciona con los derechos de propiedad intelectual o derechos de autor y de patentes. Las corporaciones han sido grandes defensoras de la expansión de los derechos de propiedad intelectual, es decir, de sus derechos de propiedad intelectual.

Las corporaciones farmacéuticas son muy partidarias de esos derechos y probablemente estarán entre los grandes beneficiarios del capítulo de propiedad intelectual del TPP. La industria farmacéutica se aseguró de que el acuerdo de 1995 de la Organización Mundial del Comercio incluyera contundentes reglas de patentes, pero finalmente consideró que esas reglas no lo bastante duras.

Dean Baker explica en The Guardian que reglas más duras de las patentes establecen “un monopolio garantizado por el gobierno, a menudo de hasta 14 años, que prohíbe que los competidores genéricos entren en un mercado basado en los resultados de las investigaciones de otras compañías que demuestran la seguridad y efectividad de un medicamento”. Baker señaló que semejantes leyes en realidad es “lo contrario del libre comercio” ya que “implican un aumento de la intervención gubernamental en el mercado”, “restringen la competencia y conducen a precios más elevados para los consumidores”.

Esencialmente, lo que esto significa es que en países pobres en los que más gente necesita acceso a medicamentos que salvan vidas, y a menor coste, sería imposible que las compañías o gobiernos fabriquen y vendan marcas genéricas más baratas de medicamentos exitosos cubiertos por patentes corporativas multinacionales. Un acuerdo semejante entregaría un monopolio de controles de precios a esas corporaciones, permitiendo que fijen los precios que consideren adecuados, haciendo así que los medicamentos sean increíblemente caros y frecuentemente inaccesibles para la gente que más los necesita.

Como señaló correctamente el congresista estadounidense Henry Waxman: “En muchas partes del mundo, el acceso a los medicamentos genéricos significa la diferencia entre la vida y la muerte”.

Se espera que el TPP aumente tales derechos de patente corporativos más que ningún otro acuerdo de la historia. Los fabricantes de medicamentos genéricos en países como Vietnam y Malasia resultarían afectados. También afectaría a las ventas de los grandes fabricantes de genéricos en EE.UU., Canadá, y Australia, que suministran medicamentos a bajo coste a gran parte del mundo.

Mientras EE.UU. ha renunciado al derecho de negociar los precios de los medicamentos con las corporaciones farmacéuticas (de ahí el precio exorbitante de los medicamentos adquiridos en EE.UU.), países como Nueva Zelanda e incluso Canadá, en menor grado, negocian precios de medicamentes a fin de mantener bajos los costes para los consumidores. El TPP otorgará nuevos privilegios de negociación a las corporaciones, permitiendo que apelen las decisiones de los gobiernos para cuestionar el alto coste de los medicamentos, o preferir alternativas más baratas. Refiriéndose a esos cambios, el jefe estadounidense de la Campaña Acceso a Medicinas de Médicos Sin Fronteras declaró: “Bush fue mejor que Obama al respecto”.

Pero el TPP no solo amenaza en estos aspectos: la libertad en Internet también es un objetivo importante.

El Consejo de Canadienses y OpenMedia, importantes paladines de la libertad en Internet, han señalado que el TPP “criminalizaría algunos usos comunes de Internet”, incluyendo la descarga de música así como la combinación de diferentes trabajos mediáticos. OpenMedia advirtió de que el TPP “obligará a los proveedores de servicios a recoger y suministrar datos privados sin protección de la privacidad y dará a los conglomerados mediáticos más poder para enviar multas por correo, eliminar contenidos en línea –incluyendo páginas web completas– e incluso cortar el acceso a Internet”.

El capítulo del TPP sobre los derechos de propiedad intelectual también propone nuevas leyes que tendrían que imponer los gobiernos para regular el uso de Internet. OpenMedia también advierte de que, según los documentos filtrados sobre derechos de propiedad intelectual, “puede haber fuertes multas a los ciudadanos comunes y corrientes en línea”, agregando: “podrían multarte por pulsar un enlace, se podrá excluir de Internet a la gente y se podrían clausurar páginas web”.

El TPP, advirtió el fundador de Open Media Steve Anderson: “limitará la innovación y la libertad de expresión”. Bajo el TPP no existe distinción entre violación del derecho de autor comercial y no comercial. Por lo tanto los usuarios que descargan música para su uso personal se enfrentarían a las mismas sanciones que los que venden música pirateada con fines de lucro.

La información creada o compartida en sitios de redes sociales podría llevar a que los usuarios de Internet sean multados, que les confisquen sus ordenadores, les corten el acceso a Internet e incluso a sentencias de prisión. El TPP impone un sistema de “tres golpes” por quebrantamiento del derecho de autor, según el cual tres infracciones llevarían a cortar el acceso a Internet de un grupo familiar.

¿Por qué, entonces, tanto secreto? Los responsables corporativos y políticos estudian muy de cerca la opinión pública; saben cómo manipular al público sobre la base de lo que piensa y cree la mayoría. Cuando se trata de acuerdos de “libre comercio” la opinión pública ha obligado a los negociadores a acuerdos a puertas cerradas y a un secreto inaudito precisamente porque las poblaciones se oponen a semejantes acuerdos de una manera abrumadora.

Un sondeo de opinión de 2011 reveló que el público estadounidense ha pasado –en los últimos años– de una “amplia oposición” a una “oposición abrumadora” contra los acuerdos comerciales del estilo NAFTA.

Un importante sondeo de NBC News-Wall Street Journal de septiembre de 2010 reveló que “el impacto del comercio y de la deslocalización es uno de los pocos temas en los cuales estadounidenses de diferentes clases, ocupaciones y opiniones políticos están de acuerdo”: un 86% dice que la deslocalización de puestos de trabajo por parte de las compañías estadounidenses a países pobres es “una de las principales causas de nuestros problemas económicos”, y un 69% piensa que los “acuerdos de libre comercio entre EE.UU. y otros países cuestan puestos de trabajo en EE.UU.” Solo un 17% de los estadounidenses opinó en 2010 que los “acuerdos de libre comercio” benefician a EE.UU., en comparación con un 28% en 2007.

Porque la opinión pública se opone fuerte –y crecientemente– a los “acuerdos de libre comercio” es necesario hacerlos en secreto con el fin de impedir que el público llegue a conocer acuerdos como el TPP, por no hablar de oponerse a ellos activamente. Y esta, como explicó el representante comercial de EE.UU., es una razón muy “práctica” para todo el secreto.

Andrew Gavin Marshall es un investigador y escritor independiente basado en Montreal, Canadá, que escribe sobre una serie de temas sociales, políticos, económicos e históricos. También es Project Manager de The People's Book Project.

lunes, 26 de noviembre de 2012

10 motivos para luchar contra el proyecto de ley que pretende privatizar las semillas en Argentina



Sectores del Agronegocio, de las transnacionales, así como el Ministro de Agricultura y otros funcionarios, vienen trabajando sobre un nuevo proyecto de Ley de Semillas. Según los borradores que se conocen y por las declaraciones públicas, el mismo busca subordinar la política nacional de semillas a las exigencias de la UPOV y las transnacionales.

Las consecuencias las sufrirán los campesinos y agricultores familiares, pero también el pueblo argentino, ya que golpeará sobre el mercado interno de alimentos.

Podemos afirmar que:

1. La ley propuesta no protege los conocimientos ni la biodiversidad; sólo fomenta la privatización y protege la propiedad sobre lo que es un patrimonio colectivo de los pueblos, especialmente de las comunidades campesinas y los pueblos indígenas. De esta forma expande un principio inaceptable, el de que es posible y aceptable privatizar los conocimientos y diversas formas de vida La ley es parte de un conjunto de normas e iniciativas políticas que fomentan la privatización de los conocimientos y de las formas de vida, como las leyes de patentes, la privatización de los sistema de investigación, la privatización de la educación, etc. Este tipo de normas concentra un poder creciente en manos de unas pocas empresas transnacionales, expropia y privatiza el patrimonio biológico nacional, arruina los sistemas nacionales de investigación, dificulta el intercambio de información -fundamento del avance científico-, agrede e impide el normal desarrollo de las formas campesinas e indígenas de relacionarse y hacer agricultura, y violenta principios éticos fundamentales, como es el libre acceso al conocimiento. Al permitir la privatización de las semillas, esta ley y su antecesora además ponen el lucro por sobre el derecho fundamental a la alimentación.

2. Abre las puertas para que se profundice la expropiación y privatización de la biodiversidad agrícola y silvestre de Argentina. El proyecto de ley hace posible la mayor privatización de los recursos genéticos y de la biodiversidad nativa de Argentina al expandir los llamados derechos de obtentor sobre las especies vegetales. Al aplicarse la ley a todas las especies vegetales, el proyecto permite que toda especie nativa pueda transformarse en propiedad de empresas nacionales o extranjeras. Lo único que se requerirá es hacer un trabajo simple de selección para lograr una población o grupo de plantas relativamente homogéneas. Adicionalmente, el proyecto de ley facilita que cualquier empresa se apropie de las variedades campesinas e indígenas, al considerar como “nuevo” cualquier variedad que no haya sido comercializada ampliamente o inscrita en registros de propiedad intelectual.

3. Ilegaliza o restringe gravemente prácticas que han estado en vigencia desde los inicios de la agricultura, como es el seleccionar, mejorar, obtener, guardar, multiplicar e intercambiar semilla libremente a partir de la cosecha anterior. Esta práctica es un derecho fundamental de los agricultores y agricultoras del mundo -incluso reconocida por el Tratado de Recursos Fitogenéticos de la FAO- que además fue central en crear la diversidad y riqueza genéticas utilizadas por las mismas empresas semilleras que buscan hoy prohibir aquella práctica. El proyecto de ley impedirá que las comunidades campesinas e indígenas experimenten, mejoren e intercambien libremente las semillas, proceso a través del cual generaron toda la diversidad que hoy sustenta a la agricultura. Peor aún, la combinación de esta ley con la ley de patentes hará posible que los agricultores cuyas variedades hayan sido contaminadas por cultivos transgénicos sean penalizados y sus variedades sean confiscadas. Se crea así una clásica situación del ladrón detrás del juez.

De esta manera, el proyecto de ley entra en conflicto con el Tratado de Recursos Genéticos de la FAO, del que Argentina es signatario.

4. Fortalece las condiciones para que se profundice la introducción de nuevos cultivos transgénicos y su expansión, al otorgar propiedad sobre variedades sin exigir prueba efectiva de mejoramiento y en base a la simple expresión de un carácter. La definición de los requisitos para otorgar propiedad no exige que una variedad sea efectivamente mejor que las ya existentes, ni siquiera exige que sea útil o inocua. Al definir que basta la diferenciación de un carácter, facilita significativamente la práctica común de las empresas biotecnológicas de utilizar variedades antiguas para adicionar transgenes o genes cosméticos (sin valor productivo, pero capaces de provocar una diferencia visible) y luego registrarlas como “nuevas”. La no exigencia de mejorías comprobables o de inocuidad facilita además la introducción de cultivos tóxicos.

5. Crea condiciones para expandir la presencia de empresas semilleras transnacionales en el país, en desmedro del desarrollo nacional de variedades vegetales. La experiencia mundial ha demostrado que las leyes de propiedad industrial sobre las plantas han provocado un proceso de concentración extrema de la producción de semillas a nivel mundial, restringiendo así el acceso a nuevas variedades. Al no permitir el libre uso de las variedades existentes para crear nuevas variedades -base de los grandes avances en mejoramiento genético- la nueva ley hace muy difícil el ingreso de nuevos actores a los procesos de mejoramiento genético, reduciendo así la oferta tecnológica.

6. Al otorgar poderes monopólicos sobre las semillas, dificultar los procesos de mejoramiento genético independiente, impedir que los agricultores produzcan sus propias semillas y facilitar los procesos de concentración de las empresas semilleras, provocará inevitablemente el alza de los precios de las semillas, encareciendo la producción agrícola en general y la de alimentos en particular. El proyecto de ley crea las condiciones para un control monopólico del primer eslabón (las semillas) de la cadena de producción de los alimentos, quedando gran parte de la población expuesta a esta vulnerabilidad. Esta situación a la fecha no ha sido posible debido a que la producción de semillas se encuentra en manos de muchos y muchas agricultoras.

7. Otorga a las empresas semilleras el “poder de policía”, ya que deja en sus manos el asegurar que las disposiciones de la ley se observen adecuadamente. Es conocido que empresas como Monsanto y Syngenta han creado verdaderos cuerpos policiales para controlar que los agricultores y campesinos no utilicen lo que ellos consideran su propiedad. Se violan así incluso normas fundamentales del país, como el que los cuerpos policiales están bajo el control y mando del Estado y los poderes fiscalizadores dependen o son supervisados por éste. Es inadmisible la privatización del poder de policía.

8. Permite el decomiso y embargo de los cultivos y cosechas de quienes sean acusados de no cumplir con la ley. Esto se puede traducir en la destrucción de cultivos y plantaciones frutales, en el decomiso de productos ya a la venta, e incluso en el embargo de exportaciones argentinas. La ley facilita demandas sin fundamento y limita el derecho a defensa de los demandados.

9. El proceso de negociación de la ley está viciado de secretismo y sectarismo al ser llevado adelante a puertas cerradas y únicamente con la participación de sectores corporativos, sin darse a conocer al público el borrador que se está discutiendo ni posibilitar la participación de toda la sociedad en el debate. Una nueva Ley de Semillas de estas características afectará al conjunto de la sociedad. Impedir su debate público es un atentado a los derechos humanos de todo el pueblo argentino. Negar la información sobre el Proyecto, como ha hecho el CONASE a las organizaciones que lo han solicitado (no respondiendo el pedido) demuestra que no existe intención alguna de abrir las puertas al debate.

10. El anuncio de la modificación de la Ley hecho simultáneamente con la aprobación de la soja rr2 de Monsanto confirma quien es el principal beneficiario de este Proyecto. La anunciada “Alianza Estratégica” con Monsanto tiene a la modificación de la Ley de Semillas como uno de sus pilares. De hecho, la mayor corporación biotecnológica del mundo ha expresado este reclamo desde comienzos del Siglo 21 exigiendo que Argentina le garantice la “seguridad jurídica” para introducir nuevos transgénicos.

Hacemos un llamado a Rechazar un proyecto de ley que atenta gravemente contra el conjunto de los habitantes de nuestro país. La agricultura tiene un carácter eminentemente social, puesto que tiene la función de sustentar y alimentar a toda la población. Poner en riesgo la seguridad y soberanía alimentaria de Argentina a través de la concesión de nuevos privilegios para las empresas transnacionales que están en el negocio agrícola es avanzar por el camino de la pérdida de soberanía para nuestro pueblo.

¡NO a la privatización de las semillas en Argentina! Firmá la Declaración

Organizaciones firmantes:

- Movimiento Nacional Campesino Indígena
- CLOC - Vía Campesina Argentina
- GRAIN
- Amigos de la Tierra
- Acción por la Biodiversidad
- RENACE
- Ecoportal
- Movimiento Pachamama

domingo, 25 de noviembre de 2012

Sobre el libro "Comer Animales" de Jonathan Safran Foer



JONATHAN SAFRAN FOER Y SU LUCHA CONTRA LAS FÁBRICAS DE ANIMALES

Criaturas saturadas de hormonas que las hacen crecer a diario 400 veces más rápido, pollos manipulados genéticamente que no pueden caminar, cerdos confinados en jaulas donde no pueden moverse y gallinas criadas en espacios del tamaño de una hoja de computador. La imagen que el libro "Comer animales" muestra de las granjas industriales de Estados Unidos es más la de fábricas de muerte que fábricas de alimentos. El famoso escritor Jonathan Safran Foer investigó la industria cárnica y no sólo decidió nunca más comer carne, sino que llevó este incómodo tema al debate público.

Por Evelyn Erlij

En medio de la nada, en algún pueblito de la Ucrania rural, un extraño gringo veinteañero está en la mesa de una desierta posada en busca de comida. Lo acompañan Alex y un anciano, con quienes anda tras la pista de Trachimbrod, el lugar de donde emigró su abuelo. "Una cosa deberían saber... soy... cómo decirlo...", explica tímidamente el joven. "¿Un hambriento?", le pregunta Alex. "Soy vegetariano", le espeta a sus anfitriones. Así comienza una conversación de sordos marcada por la incomprensión de los comensales (y de la señora que atiende el restaurante, quien dice que sólo hay carne con papas y que las papas se sirven sólo con carne). El nombre del personaje que no come animales es Jonathan Safran Foer, el mismo del autor de esta novela, titulada "Todo está iluminado".

Luego de publicar dos libros de ficción, de gran éxito de crítica y ventas, el novelista estadounidense de 34 años se aventuró a escribir un híbrido entre ensayo y reportaje sobre un tema que lo perseguía desde su infancia: comer o no comer carne, una inquietud, que como se ha visto, había tratado en su novela debut. La decisión de meterse en un tópico tan incómodo surgió cuando, junto a su esposa, la escritora Nicole Krauss, decidieron tener un hijo.

Safran Foer quería saber con exactitud y concreción de dónde provenía la comida con la que alimentaría a su primogénito. Una pregunta que nadie quiere hacerse, y que de hecho se refleja en que algunos no quieran leer su libro por temor a convertirse en vegetarianos. El miedo a conocer el origen de los alimentos que pasan por nuestros estómagos; esa idea de suprimir la conciencia en favor del deseo de comer es lo que Safran Foer intenta combatir en "Comer animales".

El escritor pasó tres años investigando, entrevistando y realizando observaciones de campo en granjas industriales y familiares con el fin de conocer el proceso de producción de la carne y el negocio por dentro. No fue una decisión fácil. Así como él mismo optó por un menú carnívoro para su matrimonio y comió sushi en su luna de miel, todas sus historias de vida estaban ligadas a la comida: el pollo con zanahoria de su abuela, el guefilte fish (albóndigas de pescado) de Pésaj (pascua judía), el pavo del Día de Acción de Gracias.

"La comida es cultura, hábito e identidad", escribe el autor. "La ética de la alimentación es tan compleja porque la comida se relaciona tanto con las papilas gustativas como con el gusto, con biografías individuales y con la historia social". El hecho de comer o no comer animales nos afecta profundamente, dice Safran Foer, pues la carne "está vinculada con la historia de quienes somos y de quienes queremos ser, desde el libro del Génesis a la última factura del supermercado. Propone significativas cuestiones filosóficas y es una industria que factura más de 140 mil millones de dólares al año", dice el escritor.

Pero ese no es el punto más complicado, según explica: "La elección de los alimentos viene determinada por muchos factores, pero la razón (incluso la conciencia) no suele ocupar los primeros puestos de la lista". Esto, porque nadie asocia un jugoso bistec con el sufrimiento del ganado al que pertenece ese trozo de músculo, y menos aun considera que lo que meterá a su boca será, dicho sin rodeos, un pedazo de cadáver de animal.

Crear conciencia sobre la "carne torturada" que produce el sistema industrial ganadero es la meta de Safran Foer -de aquí que invierta más de la mitad del libro en describir los aterradores procedimientos de las granjas industriales-, pero es claro en afirmar que su libro no es una defensa a ultranza del vegetarianismo, a pesar de que es su opción de vida: hoy, su hijo de 5 años no come carne, como tampoco él y su esposa.

Pollos mutilados

Alimentarse o no de animales no es un tema nuevo. El término "vegetariano" data de 1842, aunque la práctica comenzó a popularizarse en los años 60, con el explosivo interés hacia los derechos humanos y animales, como también hacia las costumbres hinduistas, budistas y de otras corrientes espirituales que abrazan el vegetarianismo. Mucho se ha escrito sobre el tópico, desde "Liberación animal", publicado en 1975 por el filósofo Peter Singer -libro esencial de movimientos como Peta (Personas por el Trato Ético de los Animales)- hasta "El animal que luego estoy si(gui)endo" de Jacques Derrida.

También hay textos más recientes como "El dilema del omnívoro", de Michael Pollan, y el terrorífico "Fast Food Nation" del periodista Eric Schlosser, dos libros que sirvieron a Safran Foer en su investigación. Pero la novedad de "Comer animales" es que este popular novelista no sólo convierte el dilema de la carne en una narración por momentos literaria, sino además baja el tema desde la academia y el periodismo hacia una amplia población de lectores que, si no fuera por la atracción que causa su famosa pluma, no se acercarían a un libro sobre comer animales.

Las páginas del texto están atiborradas de datos duros. Entre ellos, se cuenta que el 99 por ciento de la carne que se come en Estados Unidos proviene de granjas industriales, un "sistema de ganadería industrializada e intensiva en el cual los animales -a menudo alojados por decenas o cientos de miles- son criados genéticamente, se encuentran restringidos en su movilidad y son alimentados a base de dietas antinaturales".

Si bien este mecanismo de producción ha bajado considerablemente el precio de la carne, sus costos "externos" en animales y en humanos han sido muy altos, algo que Safran Foer deja en claro con ejemplos extremadamente gráficos: desde pollos a los que se les mutila el pico para evitar el canibalismo provocado por el estrés del hacinamiento, hasta vacas que son desolladas, desangradas y descuartizadas vivas porque el método de aturdimiento falló, algo no tan poco común, según explica.

El ejemplo de la producción avícola es uno de los casos más crudos: "Antaño estas aves tenían una esperanza de vida de quince a veinte años, pero el típico pollo de hoy muere aproximadamente a las seis semanas", escribe el autor. Él mismo fue testigo de la miseria de una granja de pavos, en la que se infiltró con una activista, experiencia que comparó a la de un grupo de humanos que se queda encerrado en un ascensor -algunos se vuelven locos, otros mueren asfixiados, unos practican el canibalismo y otros no pisan el suelo por el hacinamiento- cuyas puertas se abren sólo al final de sus vidas.

La crueldad del sistema llega a niveles sádicos; de aquí que leer el libro se convierta a menudo en una pesadilla, aunque una pesadilla necesaria, cree el autor, sobre todo en un mundo en que se está consumiendo más carne que en cualquier otra época de la historia, al mismo tiempo que la obesidad va en alza (sólo Kentucky Fried Chicken compra al año casi mil millones de pollos). El problema para Safran Foer no es sólo que animales vivos están siendo tratados como si estuvieran muertos, sino además que existe una total negación de la realidad -por algo nadie quiere saber cómo funciona un matadero- y una ausencia de decisión (comer o no comer) cuando se consume carne.

Aquí cita a Derrida: "Nadie puede negar en serio (...) que los hombres hacemos lo que podemos con el fin de disimular esta crueldad [de la producción de carne] o de ocultarla ante nosotros mismos, con el fin de organizar el olvido de esta violencia a escala global". El secretismo de las granjas industriales es, para Safran Foer, la clave de su éxito: mientras la gente no sepa cómo se procesa a los animales, seguirá teniendo en mente la imagen inocente de las granjas al estilo de "La casa en la pradera" y no las industrias sangrientas que se asemejan más a la escenografía de "Blade Runner".

Kafka y los peces

El autor de "Comer animales" advierte que no es activista y que tampoco es un amante de los animales, pero aun así algunos críticos en Estados Unidos e Inglaterra lo han acusado de plantear argumentos "sentimentales" a la hora de convencer al público de no comer carne. En parte, porque pregunta al lector por qué una persona come un animal inteligente como el cerdo y no se come a su propio perro (en Filipinas es considerado "un manjar"). Pero también por su rechazo hacia el sufrimiento animal.

No obstante, no es el único escritor sensible frente al tema. Un caso célebre es el de Kafka, también vegetariano, quien cuando visitó el acuario de Berlín le dijo a los peces: "Ahora al menos puedo miraros en paz, ya no os como". Safran Foer dice al respecto: "los cuerpos de estos animales cargaban, en opinión de Kafka, con el peso del olvido de todas esas partes de nosotros que preferimos olvidar. Cuando deseamos expresar desaprobación por una parte de nuestra naturaleza, la llamamos 'naturaleza animal', y nos dedicamos a reprimirla u ocultarla".

A pesar de que el libro es muy decidor en cuanto a cifras -la industria ganadera es la culpable número uno del calentamiento global y contamina un 40 por ciento más que todo el sector del transporte junto-, "Comer animales" ha generado una gran controversia en los grandes países productores del Hemisferio Norte. Nadie cuestiona el efecto ambiental de la producción en masa de carne, pero se ha debatido mucho sobre las implicancias biológicas, morales y éticas del consumo de carne.

Jay Rayner, de "The Guardian", le reclama a Safran Foer no considerar que el consumo de proteínas animales permitió a nuestros ancestros erguirse en sus dos pies e incrementar su capacidad intelectual. En tanto, el escritor Frédéric Beigbeder, en Le Figaro, le respondió con 16 razones para comer carne. Algunas, irónicas: "porque ningún animal ha escrito 'Las flores del mal'", "porque comer animales es una metáfora de la simpática filosofía capitalista (comer y ser comido)". Otras, más serias: "porque comer animales nos recuerda nuestra fragilidad, violencia; la crueldad de la vida".

Safran Foer no espera necesariamente que dejemos de comer carne, sino que se cambien los mecanismos industriales grotescos por granjas humanas y éticas alejadas de la crueldad, muy escasas hoy en Estados Unidos. "¿Qué clase de mundo crearíamos si tres veces al día activáramos la compasión y la razón al sentarnos a comer, si tuviéramos la imaginación moral y la voluntad práctica de cambiar nuestras más elementales normas de consumo?", se pregunta el autor, quien sabe de antemano el efecto que tendrá su libro en el lector: "(Ya) no podemos alegar ignorancia, sólo indiferencia".

Comer carne es natural, ¿no?

Mucha gente le ha reclamado a Safran Foer -desde granjeros a periodistas- que ingerir animales es natural, que forma parte de la cadena alimenticia y que la naturaleza en sí es cruel, algo que el autor niega: "La naturaleza no es cruel. Ni tampoco lo son los animales que matan y a veces torturan a otros. La crueldad depende de que uno comprenda que está siendo cruel y de las posibilidades que tiene a su alcance para evitarla. O de que uno prefiera no verla", escribe el autor.

Sin embargo, la existencia de humanos carnívoros data de 2,5 millones de años atrás , lo que ha quedado demostrado en el descubrimiento de herramientas de piedra diseñadas para cortar carne y de huesos con marcas de cortes provocados por estos utensilios. Se cree que la ingesta de carne en nuestros antepasados habría comenzado como una forma de sobrevivir dentro de su propio nicho ecológico, según explica la periodista Hillary Mayell, de The National Geographic.

Una de las falencias de "Comer animales" es que el autor no ahonda en el tema de las proteínas animales -quizás porque dice no estar escribiendo un panfleto por el vegetarianismo-, de las que se sabe aportan nutrientes como hierro, vitamina B12 y proteínas , que tendrían cualidades diferentes a las de origen vegetal.

Según Craig B. Stanford, ecologista de la Universidad de Southern California y miembro de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, comer carne ha impactado la evolución del cuerpo humano , por ejemplo, gatillando un cambio genético que permitió que el ser humano tenga una mejor habilidad de procesar las grasas y el colesterol , aunque también ha provocado que la mandíbula se vuelva más pequeña y que, por ende, se creen ciertos problemas dentales.

Mundo: Ratas alimentadas con maíz transgénico de Monsanto tienen alto índice de mortalidad


La alta mortalidad en un grupo de ratas que fue alimentado durante dos años con maíz transgénico e insecticidas de Monsanto, comprobó un estudio realizado por la universidad francesa de Caen y publicado en la revista Food and Chemical Toxicology.

La muestra del estudio fueron 200 ratas divididas en tres grupos: las alimentadas con el maíz transgénico NK603 en distintas proporciones (11%, 22% y 33% de su dieta); otro grupo alimentado con este maíz transgénico tratado por el herbicida Roundup, de Monsanto; y finalmente un grupo alimentado con maíz natural.

Pasados 17 meses del estudio los resultados empezaron a mostrarse: murieron cinco veces más roedores alimentados con maíz transgénico y herbicida que el grupo de control. Asimismo, aquellos roedores mostraron tumores del tamaño de una pelota de ping-pong.

“Por primera vez en el mundo, se ha evaluado un transgénico y un pesticida por su impacto en la salud de una forma más amplia que la realizada hasta ahora por los Gobiernos y la industria. Los resultados son alarmantes”, señaló Gilles-Eric Séralini, director del estudio .

“Los resultados revelan una mortalidad mucho más rápida e importante durante el consumo de los dos productos”, agregó. “La primera rata macho alimentada con transgénicos muere un año antes que la rata indicador. La primera rata hembra ocho meses antes.”

La revista Food and Chemical Toxicology ha publicado otros estudios elaborados por la empresa estadounidense Monsanto en los que se niega la toxicidad de los alimentos genéticamente modificados, pero sobre un periodo de estudio de 90 días.

Según el informe del estudio, los tumores aparecieron en los machos hasta 600 días antes que en las ratas indicador, en la piel y los riñones. En el caso de las hembras alimentadas con transgénicos, los tumores aparecieron en las glándulas mamarias, cerca de 94 días antes.

Reacciones

Las reacciones de diversos grupos al estudio no se hicieron esperar. Stéphane Le Foll, ministro de Agricultura de Francia, reclamó que los procedimientos de homologación de alimentos transgénicos en la Unión Europea sean más estrictos.

Por su parte, José Bové, eurodiputado verde y uno de los mayores opositores a los transgénicos, pidió a la Comisión Europea la suspensión inmediata de este tipo de alimentos.

La Comisión Europea, asimismo, anunció que la agencia encargada de seguridad alimentaria, examinará los resultados del estudio.

La primera medida a tomar podría ser congelar la petición de Monsanto para renovar el permiso para cultivar su semilla transgénica MON 810.

Sin embargo, también se alzaron voces cuestionando la cientificidad del informe. Así, el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, José Antonio López Guerrero, señaló que “el trabajo parece muy sesgado”.

“Sería deseable que se repitiera con controles mejores y en más número. Con los del artículo, no se pasaría un análisis estadístico serio. Parece que todo estaba diseñado para dar estos resultados”, agregó.

Asimismo, Maurice Moloney, del Instituto de Investigación Rothamsted, señaló que “aunque el artículo ha sido publicado en una revista con revisión por pares [otros científicos], hay anomalías que deberían haber sido resueltas durante ese proceso”.

Asimismo, señaló que el roedor escogido tiene una gran tendencia a presentar tumores en cualquier circunstancia, y que, se sabe, aparecieron también en las ratas indicadores.

Al respecto, Monsanto, informó a través de una nota de prensa que: “De la misma forma que nosotros nos tomamos muy en serio todas las reclamaciones dirigidas a nuestros productos, nos gustaría que éstas mantuviesen el mismo nivel de escrutinio científico que nuestros productos.”

“Las denuncias presentadas con anterioridad han sido rechazadas, posteriormente, a través de otros artículos revisados por otros científicos así como por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)”, indicó la firma estadounidense.
Final Paper

Perú: Foro público analizará lecciones de la demanda de Doe Run al Perú


El foro público “Lecciones de una demanda injusta: Doe Run Vs. Perú” tiene como objetivo mostrar las lecciones que nos va dejando el caso Doe Run y la situación actual desde una mirada nacional e internacional. El mismo se celebrará el 29 de noviembre a las 6 p.m. en el Hotel José Antonio, Calle Colón 325, Miraflores.

Uno de los objetivos del foro es identificar problemas y alternativas en el marco de las inversiones en el Perú, así como colocar en el debate público la necesidad de reformar el marco de protección de inversiones vigente.

Para ello, la actividad contará con la participación de expertos nacionales e internacionales como José de Echave, de CooperAcción, quien anañizará el caso de la demanda en La Oroya; Matthew Porterfield, de Georgetown Universityn , con el tema “Soberanía, constitucionalidad de los marcos de protección de inversiones”.

Asímismo expondrán Melinda Saint Louis, de Public Citizen, el “Marco alternativo para las inversiones en los TLC”; Rosa Amaro, de MOSAO, con el tema “Doe Run y el problema de la salud en La Oroya”.

El evento es organizado por la Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGe), CooperAcción, la Red Uniendo Manos Perú, Red Muqui, la Mesa Técnica de La Oroya, Movimiento de la Salud por La Oroya (Mosao), y con el apoyo de 11.11.11 Vecht Mee Tegen Onrecht.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Gaza



Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.

Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.
Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.
 
Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?

El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.

Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?
Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.

Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.

La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

¿Estamos preparados para un aumento de 4 grados en la temperatura mundial?

© El Banco Mundial

Huracanes más frecuentes e intensos, menor superficie cultivable y pérdida de zonas bajas son apenas algunas de las posibles consecuencias para América Latina y el Caribe si la temperatura mundial aumentara 4 °C hacia 2100, de acuerdo al nuevo estudio ‘Bajando la temperatura’. Un aumento que duplica la meta reconocida a nivel internacional de 2 °C, ampliamente considerada como el punto de inflexión tras el cual el daño ambiental se torna irreparable.

Responsable de solo una fracción (12,5%) de las emisiones mundiales totales, América Latina podría ser una de las regiones más castigadas si la temperatura aumentara, siendo las zonas más afectadas el Caribe y las regiones tropicales, y las poblaciones pobres de la región las que más sufrirían.

Ejemplos concretos de este impacto:

Mayor nivel de los océanos: desde 1998, el deshielo de los campos de hielo patagónicos han contribuido un 2% del aumento anual en el nivel del mar. A medida que la temperatura sube, esta tasa probablemente también aumente; el informe estima que el nivel del mar aumentará entre 0,5 y 1 m para comienzos del siglo entrante. Dicho aumento podría ocasionar daños incalculables a las pequeñas islas caribeñas que se encuentran apenas por encima del nivel del mar, contaminando humedales de agua dulce vitales para el suministro de agua de esas islas; las pérdidas totales se cifran en US$68.200 millones para 2080, buena parte de ellas asumidas por la industria turística de esa región.

Tormentas frecuentes: uno de los riesgos meteorológicos más peligrosos para la región, se espera que la frecuencia de las tormentas tropicales de alta intensidad aumente, siendo América Central y el Caribe una de las cuatro regiones con mayores probabilidades de padecer las consecuencias de los daños resultantes. Esto sería particularmente preocupante en países como México, cuya costa oriental, como explican los expertos en este blog, ya está expuesta a un riesgo considerable, sobre todo dada la velocidad a la que crece la población e infraestructura local.

Más sequías: dado el crecimiento de la población mundial, se espera que la demanda de alimentos también aumente. Hogar de un tercio de la tierra cultivable y de los recursos del mundo, la región está bien ubicada para convertirse en uno de los principales productores de alimentos a futuro. Sin embargo, como se pudo observar en la grave sequía que afectó a México este año, el informe advierte que un aumento de 4 °C tendría un impacto muy importante en la superficie de tierra cultivable, que disminuiría, especialmente en América Latina, África e India.

Adaptación al cambio climático

Aun hoy, el clima mundial está cambiando y por lo tanto las diferentes regiones deben adaptarse para poder maximizar su capacidad de recuperación ante los cambios. Como explica el Asesor del Banco Mundial para Cambio Climático, Erick Fernandes, “prepararse ante los desastres naturales de hoy constituye el primer paso en la adaptación a los desastres naturales de mañana”.
  • En el caso de América Latina, esta capacidad de recuperación significa:
  • Asegurar que la infraestructura regional pueda soportar los nuevos ‘extremos’ climáticos
  • Utilizar una mayor variedad de cultivos, que tengan un buen rinde en caso de sequía, inundación y alta temperatura, así como garantizar los cultivos futuros mediante bancos de semillas. 
  • Priorizar el uso territorial para conservar y gestionar peligros múltiples
  • Implementar planes de respuesta a situaciones de emergencia y sistemas de alerta temprana
  • Establecimiento de redes de protección y seguridad social para proteger a los grupos más vulnerables de la región.
  • Intercambio de mejores prácticas y sistemas de información entre países.
  • Monitoreo del tiempo y clima regionales
¿La solución radica en el crecimiento verde?

Ofreciendo una panorámica de la más reciente climatología, el informe advierte que la temperatura mundial apunta a una suba de 4 °C y que los más recientes compromisos en términos de gases de efecto invernadero no reducirán en mucho esta cifra. Sin embargo, un compromiso sostenido con el crecimiento verde e inclusivo podría limitar este aumento a 2 °C.

Actualmente, América Latina emite el 12,5% de los gases de efecto invernadero del mundo, aunque la creciente población urbana y la tasa de motorización aparecen en el informe ‘Crecimiento verde inclusivo en América Latina y el Caribe’ como fuentes potenciales de degradación ambiental en caso de no corregirse.

De todas maneras, la región ya asumió el desafío, muchos países están llevando a cabo soluciones innovadoras y ecológicamente saludables, adaptadas a sus responsabilidades ambientales.

En particular:

Se han establecido sistemas de autobuses de transporte rápido en toda la región para fomentar el uso de transporte público y reducir la dependencia del automóvil, yendo a la vanguardia en términos de transporte público en el mundo en desarrollo.

La generación eléctrica en América Latina se multiplicó en más de dos veces en los últimos 20 años, aunque un aumento en la utilización de recursos renovables, así como de gas natural, ayudaron a que la región redujera su dependencia del petróleo y del diésel, reduciendo de esta forma la huella de carbono de su industria eléctrica.

Siendo algunos de los principales productores agropecuarios del mundo, varios países de América Latina han reducido la huella ambiental de la industria a través de esquemas para la conservación de bosques y áreas arboladas, así como fomentando la reforestación, como este en Costa Rica.

Actualmente, el Banco está trabajando junto a 130 países de todo el mundo para solucionar el cambio climático, duplicando los créditos para adaptación. Ahora mismo están operando US$7200 millones en Fondos de inversión en el clima en 48 países, 14 de los cuales se encuentran en América Latina y el Caribe.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Mundo: Banco Mundial advierte consecuencias de incremento en 4ºC de temperatura global


Un dramático incremento de 4ºC en la temperatura global para 2100 y las consecuentes olas de calor, elevación de mares, sequías y otros efectos adversos del calentamiento global, fueron advertidos en el informe Bajemos la temperatura: Por qué se debe evitar un planeta 4ºC más cálido del Banco Mundial.

El documento señala que los efectos negativos del cambio climático “se inclinan en contra de muchas de las regiones más pobres del mundo”, y predice que esos efectos minarán los esfuerzos y metas de desarrollo.

Según el estudio, aún si los países cumplieran sus actuales promesas de reducción de emisiones de gases invernaderos, la temperatura media actual del planeta aumentaría de su actual nivel de 0,8 por encima de la era preindustrial, a casi 4ºC para 2100.

Tal incremento desencadenaría la elevación de los mares, así como pérdida de ecosistemas, biodiversidad, olas de calor extremas, sequías y la disminución de las existencias de alimentos a nivel mundial, entre otras cosas, advierte el informe.

Sin embargo , asegura que “Si se adoptan medidas, empero, ese panorama puede evitarse y es probable que se pueda mantener un nivel decalentamiento inferior a los 2°C”.

Frente a esta grave situación climática, los autores -pertenecientes al Potsdam Institute for Climate Impact Research y Climate Analytics-, instan a tomar “medidas de mitigación adicionales como el mejor seguro contra un futuro incierto”.

El documento, que se autodefine como “un intento riguroso de describir un amplio espectro de riesgos, con especial énfasis en los países en desarrollo y especialmente en los pobres”, será presentado antes de los próximos amplios estudios del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) en 2013-14.

Entre los daños ambientales que se advierten en el estudio, está el creciente incremento del nivel del mar, cuya mayor intensidad ha tenido lugar en las dos últimas décadas principalmente, a causa del derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida. “Hay indicios de que la mayor extensión de hielo derretido de los últimos 225 años se ha producido en la última década”, precisa el informe.

Asimismo, advierte que la acidificación de los mares por el incremento del carbono en la atmósfera podría detener el crecimiento de los corales en la década de 2030 si llegara a 1,4ºC. Y los disolvería si se alcanzasen los 2,4ºC
En cuanto a la temperatura, se esperan olas de calor de incluso 6ºC más que las temperaturas medias mensuales en los veranos de algunas regiones del Mediterráneo Subtropical, África del Norte y algunas zonas de Estado Unidos.

Igualmente, el documento afirma que un incremento de 4ºC en la temperatura global reduciría el rendimiento de los cultivos y podría “socavar considerablemente la seguridad alimentaria mundial en un planeta”.

Por otra parte, explica que podría haber grandes desplazamientos de poblaciones a causa de los impactos previstos en la disponibilidad de agua, los ecosistemas, la agricultura y la salud humana. Hecho que repercutiría negativamente en la seguridad humana y en los sistemas económicos y comerciales.

Incendios y muerte de bosques Amazónicos

El estudio indica que los incendios en la Amazonía se duplicarían para 2050 de alcanzarse 1,5°C a 2°C sobre el nivel de la era preindustrial, “los cambios podrían ser aún más graves en un planeta 4°C”, añade.

Asimismo, se predice una posible muerte a gran escala de los bosques amazónicos “que afectaría drásticamente a los ecosistemas, los ríos, la agricultura, la producción de energía y los medios de subsistencia en una región a escala casi continental y podría contribuir considerablemente al calentamiento global en el siglo XXI”, señala el informe.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Arequipa: Converzatorio sobre la privatización del agua en el Perú

Perú: Estudio jurídico pro empresarial gana consultorías sobre Ley de Consulta Previa


Un estudio jurídico especializado en asesorar y atender a grandes empresas y corporaciones mineras obtuvo cinco de doce adjudicaciones para elaborar consultorías referidas a la Ley 29785, de derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u originarios.


Los resultados fueron publicados el viernes 16 de noviembre en el sitio web del Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES) y las adjudicaciones corresponden al ministerio de Agricultura (Minag), la Autoridad Nacional del Agua (ANA), ministerio de Cultura (Mincu), ministerio de Energía y Minas/Perupetro (Minem-Perupetro) y ministerio de Salud (Minsa).

La convocatoria tiene por objeto levantar y sistematizar información sobre las medidas administrativas que deben ser consultadas a los pueblos indígenas u originarios para ser utilizada por la Defensoría del Pueblo en sus tareas de supervisión sobre la implementación del derecho a la consulta previa.

La convocatoria se efectuó en el marco de la cooperación técnica que recibe la Defensoría del Pueblo de la República Federal de Alemania, como aporte a la prevención de conflictos. Para esta convocatoria se solicitó la colaboración del CIES.

La participación de un estudio jurídico cuya función privada principal es servir al interés gran empresarial responde a la decisión de algunos organismos públicos de tercerizar actividades que tienen relación con la protección de derechos humanos.

 

¿El gato de despensero?

El estudio jurídico señalado patrocina y tiene como principales clientes representativos a empresas mineras como Yanacocha, Barrick Gold, Newmont Mining Corporation, Compañía Minera Milpo, Shougang Hierro Perú, Xtrata Perú, entre otras.

Asimismo, asesora al sector empresarial en adquirir derechos superficiales para proyectos mineros, centrales hidroeléctricas, centrales térmicas, tendidos de tuberías de gas natural y ductos de conexión a puertos.

En tal sentido su labor incluye la celebración de acuerdos con propietarios y posesionarios de terrenos en zonas rurales para la ejecución de contratos de opción, adquisición, servidumbres y celebración de transacciones extrajudiciales.

Abogados consultados por Servindi observaron posibles conflictos de interés que se podrían desencadenar a partir de las consultorías y el sesgo privatista que podrían adquirir las políticas públicas sobre los pueblos indígenas.

La interrogante que surge ante todo esto es si es adecuado que un estudio de abogados cuyos clientes representativos son grandes empresas y corporaciones mineras, tenga injerencia directa o indirecta en determinar los temas, normas y procedimiento de consulta a los pueblos indígenas que deberán ser supervisados por la Defensoría del Pueblo. Al respecto esta institución tiene la palabra.

Clientes representativos del Estudio Rubio, Leguía, Normand y Asociados
Saneamiento de tierrasMinería
  • Minera Yanacocha S.R.L
  • Barrick Gold Corporation
  • Anglo American PLC
  • Perú LNG S.R.L
  • Transportadora de Gas del Perú S.A
  • GENERALIMA S.A.C
  • EDEGEL S.A.A
  • Shougang Hierro Perú S.A.
  • Químicos del Sur S.A
  • Minera Yanacocha S.R.L.
  • Barrick Gold Corporation
  • Anglo American PLC
  • Newmont Mining Corporation
  • Minera Peñoles de Perú S.A.
  • Minera Newcrest Perú S.A.C.
  • Compañía Minera Milpo S.A.A.
  • Sociedad Minera Cerro Verde S.A.A.
  • Fresnillo Perú S.A.C.
  • Consorcio Minero Horizonte S.A.
  • Shougang Hierro Perú S.A.A.
  • Century Mining Corporation
  • Nyrstar NV
  • Minera Sulliden Shahuindo S.A.C.
  • Cliffs Natural Resources INC
  • Chancadora Centauro S.A.
  • Xtrata Perú S.A.

Arequipa: Bases del SUTEP no quieren a SUTEP Patria Roja



Un sector de las bases del SUTEP salió hoy a las calles de Arequipa para protestar contra la Ley de Reforma Magisterial que hoy debate el Pleno del Congreso. Al llegar a la Plaza de Armas, se manifestaron en contra los dirigentes del SUTEP Patria Roja, y deslindaron cualquier relación con movimientos radicales. Profesores de Patria Roja también llegaron a la plaza.

martes, 20 de noviembre de 2012

Mundo: Gaza, la prisión al aire libre más grande del mundo



Por Noam Chomsky

Incluso una sola noche en la cárcel es suficiente para tener una idea de lo que significa estar bajo el control total de alguna fuerza externa. Y difícilmente se requiere más de un día en Gaza para apreciar lo que debe ser tratar de sobrevivir en la prisión al aire libre más grande del mundo, donde alrededor de 1,5 millones de personas en una franja de territorio de aproximadamente 140 millas cuadradas (unos 360 kilómetros cuadrados) están sometidas al terror y al castigo arbitrario, al azar. Sin más propósito que humillar y degradar.

Esa crueldad es para asegurarse de que las esperanzas palestinas de un futuro decente sean destrozadas, y que el abrumador apoyo mundial para un arreglo diplomático que conceda los derechos humanos básicos sea nulificado. El liderazgo político israelí ha ilustrado de manera dramática este empeño en los últimos días, advirtiendo que enloquecerá si los derechos de los palestinos reciben incluso un reconocimiento limitado por parte de Naciones Unidas. Esta amenaza de enloquecer (nishtagea) –es decir, lanzar una dura respuesta– está profundamente arraigada, remontándose a los gobiernos laboristas de los años 50, junto con el relacionado complejo de Sansón: Si nos desafían, derribaremos los muros del templo a nuestro alrededor.

Hace 30 años, los líderes políticos israelíes, incluidos algunos notables militaristas, presentaron al primer ministro Menajem Begin un asombroso informe sobre cómo los colonos en Cisjordania regularmente cometían actos terroristas contra los árabes ahí, con total impunidad. Disgustado, el prominente analista político-militar Yoram Peri escribió que la tarea del ejército israelí, al parecer, no era defender al Estado, sino demoler los derechos de personas inocentes sólo porque son araboushim (un duro epíteto racial) que viven en territorios que Dios nos prometió.

Los gazatíes han sufrido un castigo particularmente cruel. Hace 30 años, en su biografía The Third Way, el abogado Raja Shehadeh describió la desesperada tarea de tratar de proteger los derechos humanos fundamentales dentro de un sistema legal diseñado para garantizar el fracaso, y su experiencia personal como samid, un inquebrantable, que vio su casa convertida en prisión por obra de ocupantes brutales y no pudo hacer nada, sino soportarlo de algún modo. Desde entonces, la situación ha empeorado mucho.

Los Acuerdos de Oslo, celebrados con mucha pompa en 1993, determinaron que Gaza y Cisjordania son una sola entidad territorial. Para ese entonces, Estados Unidos e Israel ya habían iniciado su programa para separar a Gaza y Cisjordania, así como para bloquear la solución diplomática y castigar a los araboushim en ambos territorios. El castigo para los gazatíes se volvió incluso más severo en enero de 2006, cuando cometieron un crimen importante: Votaron de la manera equivocada en la primera elección libre en el mundo árabe, eligiendo a Hamas.

Mostrando su anhelo de democracia, Estados Unidos e Israel, respaldados por la tímida Unión Europea, inmediatamente impusieron un estado de sitio brutal, junto con ataques militares. Estados Unidos recurrió de inmediato a su procedimiento operativo estándar cuando una población desobediente elige al gobierno equivocado: preparar un golpe de Estado militar para restablecer el orden. Los gazatíes cometieron un crimen aún mayor un año después al bloquear el intento de golpe de Estado, lo que condujo a una intensificación del estado de sitio y los ataques. Estos culminaron en el invierno de 2008-09, con la Operación Plomo Fundido, uno de los más cobardes y viciosos ejercicios de fuerza militar en la historia reciente: una población civil indefensa, atrapada, fue sometida a un ataque incesante por parte de uno de los sistemas militares más avanzados del mundo, dependiente de armas estadounidenses y protegido por la diplomacia de Washington.

Por supuesto, hubo pretextos; siempre los hay. El común, sacado a relucir cuando se necesita, es la seguridad: en este caso, contra cohetes de fabricación casera lanzados desde Gaza. En 2008, se estableció una tregua entre Israel y Hamas. Ni un solo cohete de Hamas fue disparado hasta que Israel rompió la tregua bajo la cubierta de la elección estadounidense el 4 de noviembre, invadiendo Gaza sin una buena razón y matando a media docena de miembros de Gaza. Sus más altos funcionarios de espionaje aconsejaron al gobierno israelí que la tregua podría ser renovada relajando el bloqueo criminal y poniendo fin a los ataques militares. Pero el gobierno de Ehud Olmert –él mismo, según se dice, amante de la paz– rechazó estas opciones, recurriendo a su enorme ventaja en la violencia: la Operación Plomo Fundido.

El internacionalmente respetado defensor de los derechos humanos gazatíes Raji Sourani analizó el patrón del ataque bajo la Operación Plomo Fundido. El bombardeo se concentraba en el norte, haciendo blanco en civiles indefensos en las áreas más densamente pobladas, sin una posible base militar. El objetivo, sugiere Sourani, quizá haya sido impulsar a la población intimidada hacia el sur, cerca de la frontera con Egipto. Pero los samidin no se movieron. Un objetivo adicional podría haber sido empujarlos más allá de la frontera. Desde los primeros días de la colonización sionista se argumentó que los árabes no tenían razón real para estar en Palestina: pueden ser igual de felices en cualquier otra parte, y deberían irse; cortésmente transferidos, sugirieron los menos militaristas.

Esto seguramente no es de poca importancia para Egipto, y quizá sea una razón por la cual El Cairo no abre las fronteras libremente a los civiles o incluso a los suministros desesperadamente necesitados. Sourani y otras fuentes reconocidas han observado que la disciplina de los samidin oculta un barril de pólvora que podría explotar en cualquier momento, inesperadamente, como la primera Intifada en Gaza en 1987, después de años de represión. Una impresión necesariamente superficial después de pasar varios días en Gaza es el asombro, no sólo ante la capacidad de los gazatíes para seguir adelante con su vida, sino también ante la vitalidad entre los jóvenes, particularmente en la universidad, donde asistieron a una conferencia internacional.

Pero uno puede detectar signos de que la presión podría volverse demasiado difícil de soportar. Los reportes indican que se fermenta la frustración entre los jóvenes; un reconocimiento de que bajo la ocupación estadounidense-israelí el futuro no les depara nada. Gaza tiene la apariencia de un país del Tercer Mundo, con reductos de riqueza rodeados por una horrible pobreza. Sin embargo, no está poco desarrollada. Más bies está de-desarrollada y muy sistemáticamente, para tomar prestado el término de Sara Roy, la principal especialista académica sobre Gaza.

La Franja de Gaza pudiera haber llegado a ser una región mediterránea próspera, con una rica agricultura y una floreciente industria pesquera, maravillosas playas y, como se descubrió hace una década, buenas perspectivas de extensos suministros de gas natural dentro de sus aguas territoriales. Por coincidencia o no, fue entonces cuando Israel intensificó su bloqueo naval. Las perspectivas favorables fueron abortadas en 1948, cuando la Franja tuvo que absorber a una inundación de refugiados palestinos que huían del terror o fueron expulsados por la fuerza de lo que se convirtió en Israel; en algunos casos meses después del cese al fuego formal.

Las conquistas de 1967 de Israel y sus consecuencias asestaron golpes adicionales, y los crímenes terribles continúan hasta la actualidad. Los signos son fáciles de ver, incluso durante una breve visita. Sentado en un hotel cercano a la costa, uno puede oír el fuego de ametralladoras de lanchas cañoneras israelíes que ahuyentan a los pescadores de las aguas territoriales de Gaza y los obligan a acercarse a tierra, forzándolos a pescar en aguas que están fuertemente contaminadas debido a la negativa estadounidense-israelí de permitir la reconstrucción de los sistemas de drenaje y electricidad que destruyeron. Los Acuerdos de Oslo incluyeron planes para dos plantas de desalinización, una necesidad en esta región árida.

Una instalación avanzada fue construida: en Israel. La segunda está en Khan Yunis, en el sur de Gaza. El ingeniero a cargo en Khan Yunis explicó que esta planta fue diseñada de manera que no pueda usar agua de mar, sino que debe depender del líquido subterráneo, un proceso más barato que degrada más el escaso manto acuífero, garantizando problemas en el futuro. El suministro de agua sigue estando gravemente limitado. El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (OOPS), que atiende a los refugiados, pero no a otros gazatíes, dio a conocer recientemente un informe que advierte que el daño al acuífero podría volverse irreversible pronto, y que sin una rápida acción de remedio Gaza podría dejar de ser un lugar habitable para 2020.

Israel permite que entre concreto para los proyectos del OOPS, pero no para los gazatíes involucrados en los enormes esfuerzos de reconstrucción. El limitado equipo pesado permanece en su mayor parte ocioso, ya que Israel no permite el ingreso de materiales para la reparación. Todo esto es parte del programa general que Dov Weisglass, un asesor del primer ministro Olmert, describió después de que los palestinos no siguieron las órdenes en las elecciones de 2006: “La idea –dijo– es poner a dieta a los palestinos, pero no hacerlos morir de hambre”.

Recientemente, después de varios años de esfuerzos, la organización israelí de derechos humanos Gisha logró obtener una orden judicial para que el gobierno dé a conocer sus registros que detallan los planes para la dieta. Jonathan Cook, un periodista basado en Israel, los resume así: “Funcionarios de salud ofrecieron cálculos de la cantidad mínima de calorías necesarias para que el millón y medio de habitantes de Gaza evitaran la desnutrición. Esas cifras fueron luego traducidas a los cargamentos de alimentos que Israel permitiría que ingresaran cada día, un promedio de apenas 67 camiones –mucho menos de la mitad del mínimo requerido– entraría en Gaza diariamente. Esto comparado con más de 400 camiones antes de que empezara el bloqueo”.

El resultado de imponer la dieta, observa el experto en Medio Oriente Juan Cole, es que “alrededor de 10 por ciento de los niños palestinos en Gaza menores de cinco años han visto afectado su crecimiento por la desnutrición.
Además, la anemia está extendida, afectando a dos terceras partes de los infantes, a 58,6 por ciento de los niños en edad escolar, y a más de un tercio de las madres embarazadas”.

Sourani, el defensor de los derechos humanos, observa que lo que se debe tener en mente es que la ocupación y el cierre absoluto son un ataque constante contra la dignidad humana del pueblo de Gaza, en particular, y de todos los palestinos, en general. Son la degradación, humillación, aislamiento y fragmentación sistemáticas del pueblo palestino. Esta conclusión ha sido confirmada por muchas otras fuentes. En The Lancet, una importante publicación médica, Rajaie Batniji, un médico de Stanford visitante, describe a Gaza como una especie de laboratorio para observar la ausencia de dignidad, una condición que tienen efectos devastadores en el bienestar físico, mental y social. La vigilancia constante desde el cielo, el castigo colectivo a través del bloqueo y el aislamiento, la intrusión en las casas y las comunicaciones, así como las restricciones sobre quienes tratan de viajar, casarse o trabajar dificultan vivir una vida digna en Gaza, escribe Batniji.

Los araboushim deben ser enseñados a no levantar la cabeza. Había esperanzas de que el nuevo gobierno de Mohammed Morsi en Egipto, que es menos servil con Israel que la dictadura de Hosni Mubarak respaldada por Occidente, pudiera abrir el Cruce de Rafah, el único acceso de Gaza hacia el exterior que no está sujeto al control israelí directo. Ha habido una ligera apertura, pero no mucha. La periodista Laila el-Haddad escribe que la reapertura bajo el gobierno de Mosri “es simplemente un regreso al statu quo del pasado: solo los palestinos que porten tarjetas de identificación de Gaza aprobadas por Israel pueden usar el Cruce de Rafah”.

Esto excluye a muchísimos palestinos, incluida la propia familia de El-Haddad, donde sólo un cónyuge tiene una tarjeta. Además, continúa, el cruce no conduce a Cisjordania, ni permite el paso de bienes, el cual está restringido a los cruces bajo control israelí y sujeto a prohibiciones sobre los materiales de construcción y las exportaciones. El restringido Cruce de Rafah no cambia el hecho de que Gaza sigue bajo hermético estado de sitio marítimo y aéreo, y continúa estando cerrado a las capitales culturales, económicas y académicas en el resto (de los territorios ocupados por Israel), en violación de las obligaciones israelí-estadounidenses según los Acuerdos de Oslo.

Los efectos son dolorosamente evidentes. El director del hospital de Khan Yunis, que también es jefe de cirugía, describe con enojo y pasión cómo incluso faltan las medicinas, lo cual deja a los médicos impotentes y a los pacientes en agonía. Una joven habla sobre la enfermedad de su difunto padre. Aunque él hubiera estado orgulloso de que ella fuera la primera mujer en el campamento de refugiados en obtener un título avanzado, dice, “murió después de seis meses de combatir el cáncer, a los 60 años. “La ocupación israelí le negó un permiso para ir a hospitales israelíes en busca de tratamiento. Yo tuve que suspender mis estudios, mi trabajo y mi vida para ir a sentarme al lado de su cama. Todos nos sentamos, incluido mi hermano el médico y mi hermana la farmacéutica, impotentes e inútiles, observando su sufrimiento. Murió durante el inhumano bloqueo de Gaza en el verano de 2006 con muy poco acceso a servicios de salud.

Pienso que sentirse impotente e inútil es el sentimiento más aniquilador que puede tener un ser humano. Mata el espíritu y rompe el corazón. Se puede combatir la ocupación, pero no se puede combatir tu propia sensación de ser impotente. Ni siquiera se puede disolver ese sentimiento.

Un visitante en Gaza no puede evitar sentir disgusto ante la obscenidad de la ocupación, agravado por la culpa, porque está a nuestro alcance poner fin al sufrimiento y permitir que los samidin disfruten de las vidas de paz y dignidad que merecen.
La más reciente colección de columnas de Noam Chomsky es Making the Future: Occupations, Interventions, Empire and Resistance. Es profesor emérito de Lingüística y Filosofía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Massachusetts.