Por Adrián Salbuci
Los Dueños del Poder Mundial enquistados profundamente dentro de los principales Estados y Gobiernos están decididos a imponer sobre todo el planeta un Gobierno Mundial, a capa y espada… ¡Y cuanto antes, mejor (para ellos)!
Invito al lector a evaluar doce “megaprocesos” que se están utilizando como “disparadores” geopolíticos para lograr ese objetivo. Esto ya lo anunciamos en un video a fines de 2009; lamentablemente, los hechos van demostrando que no estábamos errados ([1]).
Pareciera que todos los caminos conducen al Gobierno Mundial. Ello no debiera sorprender a nadie. El prestigioso periódico británico Financial Times lo manifestó abiertamente en un artículo redactado por su comentarista en asuntos exteriores Gideon Rachman, el 8 de diciembre de 2008 ([2]). Su título lo dice todo: “And Now for a World Government” (Y ahora vamos por un Gobierno Mundial). Esto es apenas un eco de lo que vienen pregonando desde hace décadas entidades decisorias del poder mundial como la Comisión Trilateral, el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), el Grupo Bilderberg e incluso, más recientemente, hasta el Vaticano.
Empecemos por lo obvio: el gerenciamiento integral del planeta Tierra no es asunto simple. Requiere de planeamiento estratégico y táctico por parte de una vasta red de bancos de cerebros, aliados a universidades de élite, operando a través de ejércitos de académicos, lobbyistas, periodistas, políticos, funcionarios de Gobiernos y operadores de toda clase que interactúan profusamente financiados por la estructura supranacional de bancos y corporaciones.
Operan de manera mancomunada y holística, diseñando y activando estos “disparadores” geopolíticos en diferentes áreas y planos, sabiendo que cada uno tiene sus propias características, dinámica y velocidad. Por ejemplo:
—Disparadores Financieros: se mueven a la velocidad de la luz, gracias a las tecnologías de la informática y las comunicaciones que permiten elevar o colapsar a mercados, monedas, economías nacionales y regionales en apenas horas o días.
—Disparadores Económicos: se mueven más lentamente puesto que la fabricación de automóviles, aeronaves, alimentos, indumentaria o la construcción de viviendas, plantas e instalaciones demanda meses, si no años.
—Disparadores Políticos: se encuentran sujetos al mal llamado “sistema democrático”. Maniobran para posicionar, financiar e imponer a sus políticos y operadores en los máximos estamentos de poder de todos los Estados, desde cuyas estructuras impulsan durante años las medidas y leyes que favorecen los intereses de los Dueños del Poder Mundial;
—Disparadores Culturales: suelen requerir de varias generaciones para implementar; es aquí donde la Guerra Psicológica ha logrado “éxitos” sin igual en la formación, conformación y deformación del imaginario colectivo, imponiendo patrones de comportamiento y pensamiento de efectos perversos y disolventes, con los catastróficos resultados sociales que tenemos a la vista.
La compleja administración por parte de los Dueños del Poder de todos los riesgos que abarca este proceso exige tomar en cuenta las trampas, peligros y sorpresas que el futuro depara. De manera que para cada uno de estos y muchos otros rubros, tienen preparados eventuales “Planes B” —incluso Planes C y D— que, de ser preciso, pueden implementarse rápidamente.
12 Disparadores para imponer un Gobierno Mundial
Hoy, los Dueños del Poder Mundial están cerrando el proceso geopolítico que en su momento bautizaron con el nombre de “globalización”, iniciado con el colapso de la antigua Unión Soviética hace poco más de veinte años. Pretenden reemplazarlo con un Gobierno Mundial forjado a su medida. Es así que nuestro mundo se encuentra transitando una peligrosa transición que va desde la prometedora “globalización” de aquellos días hasta el Gobierno Mundial que hoy nos amenaza.
Algo análogo a lo que el filósofo alemán Federico Nietzsche describiera en su Así Hablaba Zaratustra: “Un peligroso cruzar, un viaje azaroso, un peligroso mirar hacia atrás, un peligroso temblar y paralizarse”.
Estos 12 Disparadores se encuentran entrelazados y entrecruzados dentro de una matriz altamente compleja y holística, que es muy flexible en sus tácticas, mas rígidamente incambiable en sus objetivos estratégicos. Cuando se lo mira en su totalidad, este modelo de dominio planetario resulta mucho más que la mera suma de sus partes.
1) Colapso del Sistema Financiero Global. Desde el año 2008, el Sistema Financiero Global continúa en terapia intensiva. Grandes banqueros como Ben Bernanke, Timothy Geithner y el “equipo SWAT” financiero norteamericano (Robert Rubin, Larry Summers y los megabanqueros de Goldman Sachs, CitiGroup, JPMorganChase, Rothschild, Lazard, Warburg) operan junto a sus pares en el Banco de Inglaterra, Banco Central Europeo y demás bancos, sin haber tomado medida alguna para ayudar a las sufrientes poblaciones y a las economías devastadas por este “cáncer” financiero. Sólo pretenden “resolver” la crisis regalando billones de dólares a la elite bancaria e imponiendo el mito mediático de que ciertos bancos son “demasiado grandes para dejarlos caer” (que en su lenguaje eufemístico orwelliano significa que son demasiado poderosos para dejarlos caer). ¿Por qué? Porque en el mundo industrializado no son los Gobiernos los que controlan, supervisan y monitorean a los Goldman Sachs, CitiCorp, HSBC, Deutsche Bank y JPMorganChase, sino que la realidad es exactamente al revés: son los megabancos los que controlan a los Gobiernos.
2) Crisis económicas. Hoy en día el “Capitalismo Extremo y Destructivo” se encuentra muy ocupado colapsando a las economías nacionales y regionales, para entonces reformatearlas como entidades crecientemente esclavistas; una suerte de gulag mundial que el propio José Stalin envidiaría. El problema del mundo no es la economía real global (que sigue mayormente intacta), sino la crisis terminal que afecta al mundo falso y artificial de las finanzas, los bancos y la especulación parasitaria y usurera.
3) Convulsiones sociales. Los colapsos en Grecia, Irlanda, Portugal, Islandia y —próximamente— Italia, España y otros, disparan violentos levantamientos y convulsiones sociales, aún en países como Estado Unidos y el Reino Unido, tal como sufrieron Argentina, México y Brasil en décadas pasadas.
4) Pandemias. Preparémonos para más “sorpresas gripales” que, convenientemente ingenierizadas, preparan el camino para las vacunaciones masivas obligatorias; una oportunidad discreta para introducir minúsculos chips RFID (transponders identificadores por radio frecuencia) en nuestros cuerpos y para probar “virus inteligentes” que tendrán como “blanco” determinadas secuencias de ADN. ¿Nos enfrentaremos a virus selectivos étnico-raciales como parte de campañas masivas de despoblación?
5) Calentamiento global. A medida que la economía global se hunde en el “crecimiento cero”, los dinamizadores económicos pasan del crecimiento expansivo a la contracción del consumo. ¿Serán los nacientes “créditos de carbono” el futuro mecanismo de control social?
6) Megaataques terroristas de “Bandera Falsa”. Los dueños del poder mundial mantienen esta carta comodín en sus mangas para detonar nuevas y gigantescas “crisis” que servirán de atajos hacia la imposición de un Gobierno Mundial. ¿Veremos nuevos ataques de este tipo que harán empalidecer a los ataques del 11 de septiembre 2001 en Nueva York y Washington? ¿Veremos la detonación de algún artefacto nuclear sobre alguna ciudad occidental, del que luego se culpará a los enemigos de los dueños del poder mundial?
7) Guerra generalizada en Oriente Medio. En estos momentos se alistan fuerzas aéreas, navales y terrestres occidentales para atacar a países como Siria e Irán.
8) “Accidentes” ecológicos y ambientales. El accidente nuclear en la planta ucraniana de Chernóbil en 1986 marcó el principio del fin de la antigua Unión Soviética al mostrarle al mundo y a los propios soviéticos que su Estado no estaba en condiciones de administrar de forma segura su infraestructura nuclear. En abril de 2010 vimos el enorme accidente ecológico de la plataforma petrolífera de la BP Deepwater Horizon en el golfo de México; luego, desde marzo de 2011, Japón y el mundo se enfrentan a un accidente nuclear aún mayor en el complejo nuclear de Fukushima Daiichi. ¿Hubo alguna jugada sucia en torno a estos accidentes?
9) Asesinato de figuras políticas o religiosas de alto nivel, de los que se culpará a algún enemigo de los dueños del poder. El Mossad, la CIA y el MI6 tienen vasta experiencia en este tipo de juego sucio.
10) Ataques contra “Estados transgresores”. Ya lo vimos en Irak y Libia. ¿Quiénes serán las próximas víctimas? ¿Siria? ¿Irán? ¿Venezuela? ¿Corea del Norte, quizás?
11) Puesta en escena de un “evento religioso”. La creciente necesidad de las masas de hallar algún significado para sus vidas las torna presa fácil de alguna supuesta “segunda venida” de un “mesías” electrónico, orquestada y armada por los técnicos de Hollywood con su realidad virtual 3D y hologramas. ¿Veremos la aparición repentina de algún “ser superior” electrónico y virtual que actuará en sincronía con los objetivos mundiales de los dueños del poder? En tal caso, ¿quién se atreverá a desobedecer al propio “Dios”?
12) Puesta en escena de un supuesto “contacto con seres de otros mundos”. Puede ser que también se esté planeando algo por el estilo. A lo largo de décadas, grandes sectores de la población mundial han sido convenientemente programados para creer en la existencia de los “alienígenas”: seres de otros mundos. También aquí puede que veamos la aplicación de tecnologías holográficas que fabriquen el supuesto aterrizaje de una nave espacial extraterrestre —¡en el jardín de la Casa Blanca, por supuesto!— destacando así la imperiosa “necesidad” que tiene la humanidad de disponer de una “representación unificada” ante los “extraterrestres”. ¿Una justificación más para imponer un Gobierno Mundial?
¿Qué tienen en común todas estas “crisis” interrelacionadas? El calentamiento global, las pandemias, el terrorismo internacional, el colapso financiero, la depresión económica, las convulsiones sociales y aún los contactos alienígenas? Todos sirven para demostrar que no pueden ser abordados por ningún Estado nacional por sí solo, justificando así la necesidad de contar con un Gobierno Mundial.
Por todo esto y más, debemos mantenernos particularmente alerta, entendiendo las cosas como realmente son y no como los dueños del poder mundial y sus multimedios globales quieren que creamos que son.