ATENTADO CONTRA
EL BOLSILLO POPULAR
ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)
Resulta recurrente cada cierto tiempo tratar sobre los altos precios del gas licuado de petróleo (GLP) más conocido como el gas doméstico que se expende en balones de 10 kilos concentrando Lima Capital cerca al 25 por ciento de la demanda interna que se satisface con 41 mil barriles diarios a nivel país, con una producción que tiene una serie de actores, siendo los principales el Consorcio Camisea con su operador mayoritario Pluspetrol Plus Corporation (PPC), y la petrolera estatal PetroPerú con su refinería de Talara, con una producción marginal.
Si los precios
finales del balón de 10 kilos al consumidor como lo señala el organismo
regulador Osinergmin fluctúan entre los 31 nuevos soles hasta 40 nuevos soles
en los distritos con mayores ingresos, con una dispersión de precios donde el
objetivo limitado del regulador se reduce a proporcionar la información por medio del internet sobre
los establecimientos que ofrecen los precios más accesibles, estamos ante una
realidad perversa para los intereses de los usuarios.
Si de esta forma
se concibe la regulación en un mercado supuestamente competitivo,
lamentablemente se verificarán posiciones de dominio en la producción,
distorsiones en la distribución y rigideces en la comercialización del GLP,
para “mala suerte” del consumidor”
Desde el ámbito
de la economía política, lo que acontece en las esferas de distribución y
comercialización reproduce lo que sucede en el ámbito de la producción. De allí
lo sustantivo de analizar dialécticamente la producción y distribución y la
estructura de los precios en este vital combustible.
Por ello, lo
importante de tener varios puntos de vista en consideración:
1. En
primer lugar, la producción de GLP tiene dos formas de obtenerse. La principal
es a partir de las plantas de fraccionamiento de líquidos, como la unidad de
Pisco que opera como una pequeña refinería procesando los líquidos de gas
natural proveniente de los lotes 88 y 56.
Teniendo en cuenta que los líquidos de gas natural se
obtienen al mismo tiempo con la extracción del gas natural, siendo separados en
el campo y transportados por un ducto de líquidos hasta la unidad de Pisco,
donde son fraccionados obteniéndose GLP con una producción promedio de 37 mil
barriles diarios, más importantes volúmenes de nafta que se exportan y diesel
limpio de azufre que abastece el mercado interno.
Adicionalmente se obtienen pequeños volúmenes de GLP en
Plantas de fraccionamiento en Talara, con las operaciones de la unidad de
Procesadora de Gas Pariñas que utiliza el gas húmedo del Z-2B operado por Savia
Perú, a ello se debe agregar la unidad de fraccionamiento de Graña y Montero
que procesa el gas natural del lote I. Por último se sumaría la unidad de
Aguaytía de la Maple en el departamento de Ucayali. En su conjunto la
producción de GLP de estas pequeñas unidades no superan los 2,500 barriles
diarios.
2. En
segundo lugar, está la producción de GLP a partir de la extracción de petróleo
crudo, por el cual se abonan precios internacionales que resultan mayores a los
precios de los líquidos de gas natural.
El principal responsable de esta participación es la
petrolera estatal PetroPerú que tiene que abonar precios internacionales por el
crudo que procesa, que en su mayor parte tiene como fijador el crudo Brent que
tiene un mayor precio al WTI.
En la refinería luego del proceso de tratamiento en la
unidad de destilación primaria, de la destilación al vació, y luego del
tratamiento en la unidad de craqueo catalítico, se obtiene un promedio de 4,500
barriles de GLP.
PetroPerú con su producción propia de GLP y lo que puede
comprar al Pluspetrol Plus Corporation en Pisco, satisface el mercado de Lima a
través de la distribución mayorista pues la petrolera estatal no envasa ningún
cilindro, solamente vende a granel la producción que comercializa para la
cadena de distribución, a las empresas de envase que su vez distribuyen y
comercializan tan vital combustible, casos como Vita Gas, Delta Gas, Flama Gas, etc.
El segundo actor en la participación del GLP a partir del
petróleo crudo es la Refinería La Pampilla con una producción menor a los 1,800
barriles diarios; ésta unidad tiene como
mayor accionista a la transnacional Repsol de España, que tiene una estrecha
vinculación con el Consorcio Pluspetrol Corporation, a través de su
participación en Pluspetrol Energy en la Argentina.
A través de esta vinculación Repsol con Pluspetrol
Camisea, no solamente distribuye la producción de su refinería, sino que compra
este derivado a precios con importantes descuentos el GLP obtenido en la Planta
de fraccionamiento en Pisco, que como hemos afirmado procesa los líquidos de
los lotes 88 y 56.
Con el GLP obtenido Repsol, sea con producción propia y el
adquirido a Pluspetrol, a través de su filial Solgás, envasa, distribuye, y
comercializa este derivado cubriendo el 35 por ciento del mercado interno, con
importantes márgenes a nivel de producción, envasado, más la distribución mayorista y minorista.
3. Debiera
ser evidente que los costos de la obtención del GLP a partir del petróleo
(PetroPerù) resultan más elevados en relación al GLP obtenido de las plantas de
fraccionamiento de líquidos (Pluspetrol/ Camisea)
La petrolera estatal tiene que abonar precios
internacionales por el crudo que procesa, así mediante la destilación primaria,
pasar por la unidad al vació y por último por medio de la unidad de craqueo
catalítico obtener el gas licuado de petróleo (GLP)
Si se tiene presente que los líquidos de gas natural se
obtienen en el mismo proceso de extracción que el gas natural, y sus precios
tienen referentes internacionales que son menores a los marcadores del petróleo
sea el WTI y Brent. Es decir, Pluspetrol Plus Corporation (PPC) no compra ni
muchos menos importa los volúmenes de líquidos de gas natural
Por ello, el procedimiento técnico material para obtener
el GLP por medio de las unidades de fraccionamiento como la planta de Pisco es
más simple, y por tanto más económico. Así, desde el punto teórico por la
categoría de economías de escala, el costo unitario de procesar 37 mil barriles
diarios frente a 4,500 barriles, debiera confirmar lo evidente.
4.- Si bien el GLP de uso doméstico está en la franja de precios de
organismo regulador para la aplicación del llamado Fondo de Estabilización,
usando la propia información procesada de Osinergmin en el documento de los
“Precios de Referencia de Combustibles Derivados del Petróleo, con las
cotizaciones vigentes al 03-06-2013 al 14-06-2013, que sigue los lineamientos
del Ministerio de Energía y Minas y la Resolución Nº 136-2011-OS/CD.
Se ha considerado como precio referencial del GLP en
términos de barriles un precio de 46.90 dólares el barril, y se han respetado
la propia información del organismo regulador. Este sería el precio de una
importación eficiente teniendo en cuenta el precio marcador de Mont Belvieu más
otros costos adicionales, que entraña la exportación de este derivado.
PetroPerú con el listado de precios vigente del GLP al 17
de junio del presente tiene como precio neto la suma de 51.48 dólares el
barril, al cual hay que sumar el18 por ciento por concepto del IGV. Por tanto
el precio ex planta de refinería puesto en el puerto del Callao, más los
impuestos es de 60.75 dólares el barril.
Es decir, PetroPerú obteniendo el GLP de su refinería,
transportando los volúmenes de derivado por más de 1,200 kilómetros desde Talara
al Callao, ofrece el barril de GLP incluyendo impuestos a 60.75 dólares el
barril. Se supone que con estos niveles de precios la petrolera estatal está
obteniendo beneficios.
Las plantas de envasado de GLP (que son más de 90), toman
estos niveles de precios. Por tanto la cadena de envasado, distribución
mayorista y minorista representa la suma de 46.54 dólares el barril de este
derivado esencial, es decir tanto como el precio neto del productor marginal
que es PetroPerú (US$ 46.54 versus 51.48 dólares)
El precio de venta al público es de 107.29 dólares el
barril, adoptado como promedio de los locales de venta en Lima según Osinergim
vigente al mes de junio del 2013.
Esto significa
simplemente que Pluspetrol está obteniendo ganancias extraordinarias en la
producción de líquidos de gas natural y en la venta del gas licuado de
petróleo, con una producción mayoritaria de este derivado pues se alinea al
marcador Mont Belvieu.
Es más, las
empresas como Solgás, Lima Gas, Zeta Gas, etc. que procesan integralmente el
envasado, y la distribución mayorista más minorista utilizando sus propias
unidades de transporte y establecimientos tienen mayores ingresos y beneficios
por la unidad de sus actividades, pues en todas las etapas tienen márgenes.
Resulta perversa
la relación en la cual el proceso de envasado, es decir llenar los balones,
distribuir sea en la cadena mayorista y minorista cueste tanto como la
obtención de un barril de GLP mediante el procedimiento de la refinación.
En resumen, una
efectiva regulación no debiera limitarse a la publicación y comunicación de los
menores precios del GLP en los diversos establecimientos. Si un organismo
regulador resulta permisivo frente a la obtención de ganancias extraordinarias
en la producción con abusos de mercado en la distribución no se estaría
cumpliendo con el debido rol supervisor y regulador.
De allí la
necesidad de promover el fortalecimiento de PetroPerú como el regulador más
efectivo, autorizando su presencia en el envasado y venta directa del gas
licuado de petróleo al público consumidor.
Al mismo tiempo,
resulta un imperativo nacional la construcción del ducto que permita el
traslado del GLP desde Pisco a Lurín, anunciado desde el 2006 y hasta la fecha
se posterga la concesión. Se trata de reducir los sobrecostos que la
transnacional argentina traslada a los usuarios que tenemos que abonar por
flete un promedio de 80 a 85 dólares por tonelada transportada mediante buques,
de Pisco al Callao.
En verdad, el
precio del GLP no debiera superar los 30 nuevos soles el balón de 10 kilos
envasado respetando los principios de la competencia; y las empresas estarían
obteniendo “ganancias normales” en el sentido marshalliano, y no los beneficios
extraordinarios que afectan los bolsillos populares.