La propuesta de reducir el precio del gas licuado de petróleo (GLP) a S/.12 ha despertado mucha expectativa, no solo por ser una promesa presidencial difícil de cumplir, sino porque hasta el momento no se revela la fórmula que permitirá que baje el precio del balón de diez kilos de GLP, el que todos tenemos en nuestros hogares.
El ministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, ha declarado que es imposible lograr que el balón baje de S/.35 a S/.12 pero que, sin embargo, su despacho realizará los esfuerzos para intentar que disminuya en algo el precio en la cadena de comercialización.
El GLP que consumen las amas de casa pasa por un largo proceso que va desde la extracción del propano y butano (juntos forman el GLP), su transporte, comercialización, envasado, y venta minorista. Cada tramo significa una rentabilidad y un costo en aumento.
Esta semana los empresarios agrupados en la Asociación de Empresas Envasadoras de Gas del Perú (Aseeg), gremio que integra a 51 firmas en el ámbito nacional, se reunieron con el ministro Herrera y le plantearon que una rebaja del precio del GLP solo es posible si el productor reduce sus precios.
Igualmente, las envasadoras que tienen la mayor participación de mercado, como Solgas, Zeta Gas y Lima Gas, se reunieron con el titular de Energía y Minas para expresar sus apreciaciones sobre este tema.
GLP CUSQUEÑO
Actualmente, más del 60% del GLP comercializado proviene de los campos de Camisea (en Cusco). Los envasadores reclaman que sea el Consorcio Camisea, operador de estos campos, el que dé las primeras señales de ‘sacrificio’ en sus márgenes.
“El Perú se encuentra en una cuenca gasífera, por lo tanto los costos a los que se debería vender el GLP deben ser los de transportarlo y producirlo; sin embargo, en base a una cuestión jurídica, se ha determinado que el gas (GLP) se venda a precios internacionales”, señala Abel Camasca, gerente de Aseeg.
En efecto, el gas extraído de Cusco se comercializa en el mercado local a precios de exportación; se toma para ello referentes de precios del mercado externo, sin que necesariamente esto represente su costo de producción.
Camasca estima que el precio de un barril de GLP de Camisea es de US$60 cuando el costo de producirlo es de US$10. Es decir, el consorcio vendería el producto a 600% de su costo, todo porque se le ha permitido comercializarlo como si lo estuviera vendiendo a un país de ultramar.
Se estima que el ingreso bruto para el Consorcio Camisea por cada diez kilos (un balón) de GLP extraído es de S/.24. César Bedón, decano del Colegio de Economistas y seguidor cercano de la comercialización de GLP, señala que de estos S/.24, cerca de S/.10 corresponden a las regalías que paga el consorcio por extraer el GLP. Es decir, que una eventual reducción de precios no solo afectará al consorcio, también lo hará a los ingresos del Estado.
Según estimaciones del economista, descontando impuestos, regalías y flete por transporte, el consorcio tendría un ingreso neto aproximado de S/.13,63 por cada balón de S/.35. Mientras el Estado (en impuestos y regalías) se estaría llevando hasta S/.9,54. Por último, los márgenes comerciales de los envasadores, distribuidores y comerciantes minoristas, representarían cerca de S/.12. Los que más ganan son el Estado y el Consorcio Camisea.
EN ESPERA
El Consorcio Camisea aún no ha tratado el tema con el actual gobierno. El gerente de Relaciones Institucionales de Pluspetrol (operador del consorcio), Daniel Guerra, señala que solo hubo una reunión protocolar, pero que no se han tratado temas específicos. Asimismo, señaló que el Ministerio de Energía y Minas no ha pedido al consorcio una propuesta acerca del tema.
Imponer mediante una norma estatal que Camisea rebaje el precio del GLP sería ir en contra del orden jurídico. Camasca cree que una rebaja solo se logrará negociando y conversando con los actores de la cadena de producción y comercialización, sin decretos que obliguen a hacerlo.
Bedón, por su parte, se muestra escéptico respecto a lograr que vía negociación se rebaje el precio del GLP. El especialista continúa confiando en el mercado, pese a que este no ha permitido reducir los precios significativamente en los últimos años. Indica que la otra vía sería apostar por los subsidios.
“Hay que recordar que en estos momentos hay un subsidio al GLP de más de US$300 millones al año; esto a través del Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles. Tener más subsidios podría ser peligroso”, advierte.
Mucho se ha hablado de la reducción de precios; sin embargo, los especialistas consultados para este reportaje no creen que tras las negociaciones la rebaja del balón de GLP sea de más de S/.6. No se llegaría a vender a S/.12, como prometió el Gobierno.
Ayer, el ministro Herrera señaló que una de las posibilidades que podría permitir reducir el precio del balón de GLP es que parte de las regalías que genera la extracción del gas natural de Camisea sea pagada en especies, especialmente con gas licuado de petróleo. Este GLP sería entregado a Petro-Perú para que lo comercialice a un precio menor.
“Eso ayudaría a poder disminuir los costos para el mercado interno, sin usar subsidios”, indicó.
Por supuesto, que esto tendrá que ser consultado a la región Cusco, que es la principal receptora de las regalías de Camisea.
