Fernando Zevallos Cabello
Expresamos
nuestras dispensas y disculpas a los candidatos de todas las tiendas políticas,
a sus equipos de trabajo y demás partidarios, que por su naturaleza, convicción
y definición, no se encuentren inmersos en el siguiente artículo de admonición.
Ahora, lo que falta saber es que si esos candidatos existen. Gracias
¿Que
son las elecciones en general? Desde la perspectiva de los hechos y los
resultados, son el cebo que atrae a dos grupos de peruanos (cual la miel a las
moscas). En el primer grupo, a los llamados “CANDIDATOS”, sujetos
que, en su generalidad, y como está la política en el Perú, son de la más baja
calaña, los últimos detritus de la miseria social y moral del Perú. No sabemos
si habrá excepciones. Si los hay, que ellos nos dispensen, pero será más
difícil que “encontrar una aguja en un pajar”.
En
el segundo grupo, nos encontramos los llamados ELECTORES, que reeditamos
el tristemente útil papel de las RABONAS de la infausta guerra del pacífico,
con la diferencia que ellas brindaban sus servicios de acompañantes de los
soldados peruanos, por una causa suprema de patria; nosotros “acompañamos” a
los candidatos para que luego del triunfo sean los apátridas, del saqueo de
esta patria y consecuentemente sus verdugos ¿quiénes son los que le sacan la
M…..a la patria? Los gobernantes ¡que cruel designio!
La
campaña electoral está que arde, estamos en plena ¡guerra! En primera línea los
candidatos de los putrefactos (* 1) partidos políticos del ayer, pero también
nuevos “partiduchos”, que aparecen aleccionados por angurrias y apetitos
subalternos, propio de lidercillos de medio pelo, pero mañosos para timar al
pueblo con ofrecimientos baratos.
En
el Perú, la otra maldición, es que, para la política y en la política, solo
tenemos per-guanos, sujetos, individuos de ambiciones y apetitos personales e
individuales, ceros en “mística de servicio y emoción social”, ceros a la
izquierda en el “valor de la honestidad” ¡un pito les interesa el bien común,
peor los derechos colectivos y/o sociales! (no hay ciudadanos cívicos y
patriotas), solo tenemos voracidad de chacales y/o aves de rapiña.
En
las tiendas provinciales y distritales de la política, para los cargos de presidentes
regionales y que decir para alcaldes ¿cuándo se ha visto a un ciudadano digno y
honorable presentándose como candidato? Casi nunca. Para muestra un botón, pero
veamos solo dos ejemplos. En nuestro Huánuco ¿Por qué no candidatos de la talla
moral de un Virgilio López Calderón, de un Joaquín Garay o un Mario Malpartida
Besada? En los Olivos porque no como candidato el DOCTOR EUGENIO D’ MEDINA LORA,
una eminencia gris que nos honra con su vecindad ¡NADA MÁS! Creemos que en
este país y dentro de este sistema, para ser “candidato” hay que tener
abundante miseria humana, matizado con un poco de estiércol en el cráneo.
¿Qué
somos como electores? Pésimos alumnos, siempre reprobados, nunca aprendemos la
lección, “la letra, ni con sangre nos entra”. Lo peor, no somos pueblo, somos
un conglomerado de convenidos, interesados y oportunistas. Todavía existimos
peruanos que seguimos dando crédito al “cholo que nos hizo el cholito” con ECOTEVA,
al japonés que nos prometió: “Honradez, Tecnología y Trabajo”, al autor de los
narco indultos, al operador intelectual del llamado COMUNICORE, más conocido
como EL
MUDO. Pero también habemos seguidores de la última traumática
experiencia: LA GRAN TRASNFORMACIÓN, que hoy impúdica y desvergonzadamente
se muestra como la GRAN DECEPCIÓN Y FRUSTRACIÓN.
¿Qué
falta para que este inmundo estado de cosas cambie? ¿Falta pedagogía? ¿Falta didáctica
y metodología? ¿Falta civilización? ¿Falta civismo? ¿Falta patriotismo? o
¿Falta aquello que ponen las gallinas? Lo que no creemos es que falte política
y políticos, de ella y de ellos estamos más que empachados.
¿Qué
hacemos en cada elección? Lo único que hacemos, en cada elección, es ratificar
o cambiar de forajidos, nada más. Seguiremos mudando de indeseables en los
puestos de gobierno; pero la madriguera seguirá gestando y alumbrando más
detritus, mientras no nos decidamos a cambiar de vientre. En otras palabras,
mientras sigamos manteniendo a este “estado de desecho”, nientras sigamos
manteniendo a la madriguera, mientras sigamos siendo populacho, plebe o masa,
seguiremos teniendo la politiquería y los politiqueros que tenemos. Urge, hoy
más que nunca, darle la vuelta a la tortilla, vuelta de 180°. EMPECEMOS
A SER PUEBLO.
“AL PAN, PAN Y AL
VINO, VINO”
Estas
nuevas elecciones regionales y municipales, con las honorables excepciones
contadas con los dedos de una mano, serán la repetición de la misma grosera
pantomima del ayer. Estas elecciones, serán los nuevos coloretes con que se
maquilla esta democracia totalmente prostituida. Para este “teatrín” de “CALLEJÓN
DE UN SOLO CAÑO”
¿Quiénes
son la mayoría de los competidores a nivel departamental, provincial y
distrital? verdaderos carteles y/o mafias al mando de un “grosero impostor de político”,
tras ellos una tropelía de “pendejos” en las artes del timar, coimear,
chantajear; verdaderos magister en toda suerte de faenones y coimisiones. Pero
también les acompañan una sarta de cándidos e ingenuos, delirantes por unas
cuantas migajas o una chambita que nunca llegará. Hipotecan su suerte en el
“clientelismo político”; prefieren ser parte del hato, antes que de un grupo
social. Prefieren el éxito fácil y barato, incapaces de lograrlo con trabajo,
sudor y hasta lágrimas.
El
espectáculo de los mercachifles, de los vendedores de “cebo de culebra”, de
adivinadores y buhoneros, de estos días, no es nada, comparado con el cinismo
que destilan. La hemorragia de mentiras y felonías son de las más groseras.
Toda su metodología de timación son garfios para embaucar al pueblo más
deprimido por razones de miseria e ignorancia. Ayer, viajando en el Metropolitano,
escuchamos decir a un pasajero: ¡Que Tales Forajidos de M….”
Sin
ninguna duda, para todo observador imparcial, y así cómo va el desarrollo de la
campaña, las elecciones en el Perú, son trueques de votos por dádivas,
prebendas y ofrecimientos, siempre baratos y ordinarios, en el marco de la más
descarada frivolidad, matizada con farándula, chicha y farra, para todos los
gustos. Esta descripción sumarísima, de las llamadas “campañas electorales”,
que tiene de histrionismo, de sinvergüencería, de candidez y de cojudez, se
desarrolla especialmente en los grandes bolsones poblaciones, llamados
asentamientos humanos, barriadas, sectores marginales y que decir en los medios
y predios rurales.
En
estos escenarios, donde reina la necesidad con cara de hereje, la miseria
social y humana, tiene otro rostro, veamos: Cuando llega el candidato, todos,
al unísono se preguntan: ¿QUÉ NOS HABRÁ TRAIDO? Si no trajo
Nada ¡SE FREJO! Pero si de por medio
hay presentes, regalos, sorteos, butifarras y aguardiente, ahí sí, todos
felices y contentos.
Mención
aparte merece el papel de la mafia y los mafiosos, del crimen y el sicariato,
los criminales y los sicarios que también ya están presentes en la política
peruana; muy en especial cuando se trata de capturar el gobierno regional y/o
municipal donde los jugosos presupuestos son el preciado botín, Este tema
compete su análisis a los analistas políticos superiores y mayores. A nosotros
solo nos consterna constatar que al paso que vamos, la política, y las
elecciones, de negocio de delincuentes, está pasando a ser oficio de la más
alta y peligrosa criminalidad, asociada con NARCOTRÁFICO. Pregúnteles
a los honorables padres de la patria, expertos en estos menesteres. ¿Vale
continuar con este Estado de Derecho?
Este
es el Perú electoral, el Perú y su campaña electoral; pura pantalla, puro
“Pantallazo”, puro FOTOCHOP, pura grosería y mentira. Estas son las ELECCIONES,
donde se excreta lo más fétido de todas nuestras miserias. La miseria moral,
hecha política. Este es el Perú de la más vil y descarnada HIPOCRECÍA. HASTA
CUANDO. Necesitamos no solo un cambio GENERACIONAL HISTÓRICO,
sino una verdadera REGENERACIÓN, que rompa al Perú en dos épocas marcadamente definidas:
1.-
El Perú antes del bicentenario y
2.-
El Perú después del bicentenario.
COMPATRIOTAS: Las elecciones del 5 de octubre serán la
repetición de la misma pantomima, de la misma bufonería, a cargo de los mismos
bufones y buhoneros. Pero también será estreno de criminales y sicarios estrenándose
como presidentes regionales y alcaldes ¿exageración? quisiéramos que sea.
Preparémonos
para las verdaderas elecciones de los cerebros, las conciencias y las
voluntades. Preparémonos para el bicentenario del Perú. Preparémonos para “la
refundación del Perú y la instauración de la Segunda República. Para el
bicentenario esperamos tener elecciones, pero de verdad.
Pero
para estas verdaderas elecciones, tenemos que tener cultura cívica, patriótica,
cultura política; fundamentalmente tenemos que ser civilización, hay que
reconocerlo, ¡no lo somos!
Mientras
tanto, nosotros también seguiremos siendo parte de este “payasada”, simulando
ser un payaso más al momento de votar, dizque para cumplir con la patria
¡miserables!
INVOCACIÓN FINAL: Sin embargo, pese a
todo lo dicho, y en la evidencia que todavía hay gente confiable; solo nos
queda formular una invocación a todo el pueblo peruano:
COMPATRIOTAS: Vayamos a votar, no
solo tapándose la nariz, sino haciendo un esfuerzo de investigación, análisis y
síntesis para encontrar, en medio de la putridez, a los candidatos que, de
alguna manera inspiren confianza y credibilidad; por sus antecedentes,
historial de vida y muy en especial por su solvencia moral, humana y
profesional.
Hagamos
algo supremo y superior; despojémonos de nuestras ruindades y miserias; que las
elecciones no sean una excreción de nuestra miseria sino manifestación de
nuestra madurez cívica, de honestidad y nobleza, si no la tenemos, ahí si, como
dicen en mi Tierra Huánuco. ESTAMOS JODIDOS y seguiremos JODIDOS.
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