Se reactiva la VIII Marcha Indígena en San Borja; el Oruro comienza una segunda marcha indígena hacia La Paz; declaran paro cívico indefinido en Beni; un levantamiento popular rebasa a la Policía en Rurrenabaque, se instalan ayunos en Santa Cruz y Cochabamba; y se masifica la movización ciudadana en La Paz en apoyo a los indígenas de tierras bajas.
El gobierno de Evo Morales intervino con violencia la VIII Marcha Indígena el 25 de septiembre en inmediaciones del puente San Lorenzo, a unos 6 kilómetros de la población de Yucumo. Ni siquiera los periodistas se salvaron de la represión, constató el Servicio de Noticias Ambientales (SENA) del Foro Boliviano sobre Medioambiente y Desarrollo (FOBOMADE). La ciudadanía del país está consternada por la brutal represión a los pueblos indígenas, nada menos que por instrucción del “primer presidente indígena” de Bolivia.
La marcha indígena en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) partió el 15 de agosto de Trinidad y fue desbaratada este domingo a pocos metros del puente San Lorenzo de Yucumo con el uso de la fuerza bruta.
En más de un mes de movilización, el gobierno no había podido detener el avance de entre mil y 1.500 marchistas de tierras bajas, los cuales soportaron estoicamente un descomunal matonaje mediático y decenas de innobles estrategias planificadas en Palacio de Gobierno.
En principio el Ejecutivo pretendió desprestigiar a la movilización; luego corrompió a ciertos sectores para que abandonen la marcha, y finalmente consumó la división de los originarios escenificando \"consultas públicas\" paralelas en las comunidades de Santo Domingo y San Antonio. Y ahora Evo quiere hacer lo mismo el 1 de octubre en las poblaciones Aroma y Villa Bolívar. (ABI)
Además de la guerra sucia, el masismo fue endureciendo su política represiva, al punto de organizar un bloqueo anti indígena en Yucumo con el concurso de un minúsculo grupo de la burocracia sindical campesina.
Día que pasa el “gobierno indígena” se desprestigia más, mientras aumentan en progresión geométrica las muestras de apoyo a los pueblos indígenas y el repudio al \"mal gobierno\" de Morales. El gobierno estaba consciente de que la indignación ciudadana se desbordaría en cualquier momento, y por esa razón prefirió cortar el seco la movilización indígena, a pesar del enorme costo político que implicaba vulnerar de manera flagrante el derecho a la protesta.
El operativo represivo de este domingo fue cuidadosamente planificado y precedido por una intensa campaña propagandística que tuvo como clímax el presunto “secuestro” del canciller Choquehuanca el sábado, cuando un grupo de mujeres indígenas lo obligó a marchar junto a ellas, logrando así romper el cerco policial en inmediaciones del arroyo Chaparina.
Semejante acto de valor de las mujeres indígenas tuvo un enorme impacto mediático y envalentonó a los marchistas; al mismo tiempo, fue una sonora cachetada a las fuerzas represivas. El gobierno no estaba dispuesto a perdonar la “humillación”.
El canciller fue “atropellado y humillado ante el pueblo boliviano y el mundo” por los marchistas que pusieron en peligro su vida al utilizarlo como escudo humano para romper una barrera policial... “el canciller fue atropellado y literalmente estuvo prisionero por un grupo de activistas radicales… fue un secuestro sin precedentes”, graficó el ministro de la Presidencia Carlos Romero.
El gobierno se desquitó este domingo ordenando una sañuda represión abundante en gases lacrimógenos y balines de goma, con el objetivo de abortar definitivamente la marcha indígena pacífica al promediar las 17 horas. La prensa y varios testigos presenciales aseguraron que la tropa policial se entremezcló entre los indígenas sigilosamente y desató de improviso la represión provocando confusión y pánico entre las familias indígenas.
Medio millar de efectivos policiales intervinieron sorpresivamente el campamento indígena improvisado a la vera del camino. Las mujeres indígenas fueron agredidas, y fueron detenidos los líderes de la marcha, entre ellos el presidente de la Subcentral TIPNIS Fernando Vargas.
El Servicio de Noticias Ambientales (SENA-Fobomade) constató que los efectivos entorpecieron el trabajo de la prensa, impidieron el libre tránsito de los periodistas y este domingo arrebataron las cámaras de algunos reporteros.
La represión policial frenó temporalmente la movilización indígena, pero todo indica que ésta continuará en los próximos días. El ex viceministro de Tierras Alejando Almaraz que se encuentra en la zona de conflicto confirmó a la Red Erbol que los marchistas continuarán avanzando por el monte hacia la ciudad de La Paz.
Se masifican las protestas
El gobierno del Presidente Evo Morales enfrenta una escalada de protestas sociales sin precedentes tras la violenta represión de la VIII Marcha Indígena. Este lunes renunció la Ministra de Defensa y se masificaron las movilizaciones ciudadanas en varias capitales del país. El Comité Cívico de Beni declaró paro indefinido; hubo un alzamiento popular en Rurrenabaque; se instalaron piquetes de huelga de hambre en Santa Cruz y Cochabamba; indígenas de Oruro iniciaron una marcha hacia La Paz, y los indígenas reprimidos se reagrupan en San Borja para reanudar la caminata hacia la sede de gobierno.
La violenta intervención policial terminó por romper los lazos que sujetaban la frágil alianza del gobierno del MAS con los pueblos indígenas de tierras bajas y una amplia gama de organizaciones sociales y activistas de clase media. Según varios observadores, la inhumana represión anti indígena del domingo marcó un punto de inflexión en el denominado “proceso de cambio” y finalmente desenmascaró al Presidente “indígena” autoproclamado “defensor de la Madre Tierra”.
En la víspera, efectivos policiales rompieron la marcha indígena a palazos, patadas y puñetes. A estas horas recorren por el mundo cientos de fotografías de indígenas brutalmente golpeados, maniatados y con cinta adhesiva en la boca. “Este es un falso gobierno indígena, Evo Morales es un traidor a su propia clase”, deploró el dirigente obrero de Oruro Jaime Solares. La dirigente guaraní Justa Cabrera dijo que Evo se ha convertido en el “capataz de las transnacionales” Petrobras, Repsol, Total y Petroandina, y lo comparó con los caporales que apaleaban a los indígenas esclavizados en las haciendas.
La indignación ciudadana no solo se generaliza en las calles sino también en el seno mismo del Poder Ejecutivo. Prueba de ello es la renuncia irrevocable de la ministra de Defensa Cecilia Chacón y el malestar expresado por tras autoridades como el viceministro de Minería Fredy Beltrán. El Ministerio de Culturas, la ONU Mujeres y la Coordinadora de la Mujer decidieron suspender el Seminario Internacional Mujeres en Diálogo: Avanzando hacia la Despatriarcalización en Bolivia, que debía comenzar hoy con la participación de más de 400 intelectuales, líderes y activistas de América Latina, España y Bolivia.
La Defensoría del Pueblo, representantes de Naciones Unidas en Bolivia, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos y varias otras organizaciones de la sociedad civil también condenaron la brutal represión a la Marcha Indígena en defensa del TIPNIS ordenada por el gobierno de Morales. Instituciones no gubernamentales que no se habían pronunciado sobre el conflicto hasta ahora convocaron a debatir amplia y democráticamente sobre el modelo de desarrollo que desea el pueblo boliviano.
Tras la violenta intervención del domingo, al menos 270 marchistas –entre ellos el diputado Pedro Nuni y los dirigentes Celso Padilla y Fernando Vargas– fueron trasladados a la fuerza en 11 camionetas y tres buses hasta la localidad de Rurrenabaque, para de allí embarcarlos en un vuelo comercial con rumbo a sus poblaciones de origen.
Sin embargo, esta mañana indígenas tacanas y pobladores de Rurrenabaque tomaron el aeropuerto, encendieron fogatas en la pista, impidieron el arribo y la partida de aviones, y finalmente lograron liberar a los detenidos. El alzamiento popular rebasó a los efectivos de la Policía y los obligó a replegarse, reconoció el ministro de gobierno Sacha Llorenti.
Mientras tanto en capital Trinidad, el Comité Cívico de Beni declaró al medio día paro general indefinido en todo el departamento. Por otro lado, las comunidades chimanes de La Cruz y Tacuaral de Beni masifican los bloqueos en los ingresos a las ex concesiones forestales Bosques del Norte, Bolivian Mahogany y Fátima.
En el departamento de Pando, al menos mil originarios del municipio indígena de Blancaflor tomaron físicamente el aeródromo de la zona y bloquearon la carretera hacia Cobija. Las vigilas ciudadanas instaladas en Cochabamba y en puertas de la catedral de la ciudad de Santa Cruz se convirtieron en huelgas de hambre; la Asamblea del Pueblo Guaraní instaló un piquete de ayuno en Camiri y la Iglesia Católica convocó a una vigilia este martes para orar por la paz y el diálogo.
En La Paz más gente se ha plegado a la vigilia instalada hace siete días por mujeres indígenas de CONAMAQ, CIDOB y CPILAP en puertas de la Catedral de San Francisco. Al momento participan en esa manifestación unas 400 personas, entre ellas la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos Yolanda Herrera; el secretario ejecutivo del Magisterio Urbano de La Paz José Luís Álvarez; el ex defensor del Pueblo Waldo Albarracín; la socióloga Silvia Rivera y decenas de dirigentes de FEJUVE La Paz y El Alto.
Esta mañana al menos cinco mil personas marcharon por el centro de la ciudad de La Paz, en la movilización más grande registrada hasta la fecha en solidaridad con los indígenas maltratados por el gobierno. “Evo, Sacha, el pueblo no se agacha”; “los niños no se matan carajo”; “Evo decía que todo cambiaría, pero todo es la misma porquería”; “Evo traidor te espera el paredón”; “Evo malhecho, el bosque es un derecho”, gritaron los paceños de clase media.
En las movilizaciones registradas este lunes en La Paz, Riberalta y Tarija los ciudadanos exigieron la renuncia de los ministros de Gobierno y de la Presidencia Carlos Romero por su probada ineptidud, y algunos pidieron la renuncia del propio Presidente “traidor del proceso de cambio”.
En Oruro, delegados de los ayllus de Kara Kara iniciaron hoy una marcha hacia la ciudad de La Paz en apoyo a los indígenas reprimidos. Por su parte, la Central Obrera Boliviana (COB) confirmó el paro nacional convocando para el 28 de septiembre.
Entretanto, los indígenas reprimidos el domingo se reagrupan en la ciudad de San Borja y se preparan para reanudar la VIII Marcha Indígena en cualquier momento con más fuerza y con mucha más gente.