Los días del diario Peru21, en esta campaña electoral, están enlodados de fango y sin importarles se revuelcan en él, disfrutando ver cómo dan frutos sus mentiras y sus calumnias. Esto es realmente nauseabundo, ha superado todo límite y merece un llamado de atención por parte de la sociedad, pues lo que hacen no es periodismo sino canibalismo.
Todos sabemos que desde que comenzó la segunda vuelta, el pasquín fujimorista, se ha dedicado a atacar con infundios al candidato de Gana Perú, Ollanta Humala. No está mal que se le critique, pero lo que sí es altamente reprensible es que su Director, el ex señor, Fritz Du Bois Freund, acepte publicar información tendenciosa, malintencionada, falsa y abusiva con el único fin de demoler al candidato que no les gusta a sus jefes, sí a sus jefes, porque esto no es gratis, tiene un cariz económico y da muestras de que lo se viene es aún más cruel.
El día de hoy, en su portada, se publica una declaración del ex Sargento Segundo Gómez en la que dice haber visto a Ollanta Humala matar personas cuando este se encontraba de servicio en Madre Mía. Al respecto, por la noche de ayer, pasaron un reportaje en el programa periodístico Prensa Libre, en donde Rosa María Palacios dijo que esto sería algo mal armado, pues los tiempos en que este señor dice haber estado en madre mía no coinciden con las fojas de servicio de Humala en el mismo lugar. Por lo mismo y consiguiente estamos hablando de una evidente mentira. Por qué el señor Gómez no dijo eso en el juicio del 2006 cuando archivaron el caso por falta de pruebas ya que no había testigos. Pero por lo visto al ex señor Fritz Du Bois esto le interesa un comino, lo que interesa es mentir, poner el titular para seguir asustando a la gente para lograr que gane la hija de un ladrón y asesino comprobado.
Perú21 tiene moral selectiva, a un candidato lo juzga con testigos falsos y confesiones armadas, y a su candidata no la toca ni mucho menos menciona el legado vergonzoso y lleno de sangre dejado por el gobierno de su padre, a sabiendas de que ella fue parte de ese gobierno.
Tiempos distintos eran cuando el mencionado diario mantenía una línea editorial respetable, que más allá de cualquier crítica razonable no había caído como hoy a lo más bajo, pues hoy, sin duda, debe ser bautizado como la vergüenza y la gran cacana del periodismo nacional
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