La organización ecologista WWF (World
Wildlife Fund) una de las mas grandes a nivel mundial, hace seis años
que viene promoviendo ‘La hora del Planeta’, como una forma pública para
luchar contra el cambio climático. Sin embargo, esta misma organización
es considerada por pueblos indígenas y ecologistas de abajo como parte
de los colonialistas ecológicos que están promoviendo la privatización
–mercantilización total de los recursos naturales- y saqueo de los
conocimientos indígenas por medio de patentes de la biodiversidad,
Parques Nacionales, Áreas Nacionales Protegidas, Patrimonio de la
Humanidad, Áreas de Conservación Trasfronterisas (TFCA), Parques
Transnacionales – también llamados parques para la paz- y “Corredores
ecológicos”.
Al parecer es el rostro noble de grandes
empresarios y corporaciones más poderosos del mundo, que se muestran
interesados en la crisis ambiental y se ven en la necesidad de donar
millones de dólares, como: La fundación Rockefeller, que evalúa sus
activos en 3.400 millones de dólares, dedica 175 millones anuales.
Andrew W. Mellon foundation dispone de 3.600 millones en activos y
otorga 180 millones anuales. John D. Y Catherine MacArtur Foundation
disponía de US$6.120 millones en activos y destina 180 millones.
Fundación Carlos Slim que cuenta con mas 74.000 millones de dólares en
activos, destina 100 millones de dólares anuales (J.Orduna 2008). Así
podríamos seguir enlistado a muchas empresas, gobiernos y corporaciones
que están haciendo supuestas donaciones para proyectos de
conservacionismo.
Pero la realidad, es que no son ninguna
donación, son grandes inversiones de un nuevo mercado que se sostiene
por medio de estas áreas protegidas, que sirven para negociar y
especular con permisos de contaminación, mejor conocidos como Bonos de
carbono, o para implementar las tecnologías limpias que han comenzado a
reconfigurar los espacios de valorización del capital por medio de una
reconversión energética y así seguir con reproducción ampliada del
capital.
Al implementar estas soluciones de
Mercado, necesariamente implica un cambio en las nuevas formas de vida o
cultura de consumo como identidad, es así como se socializan los planes
de co-gestión, el ecoturismo, la bioprospección, las tecnologías
limpias, los alimentos sanos y la denominada ‘hora del Planeta’, con
las mismas bases del mercado tradicional que busca la valorización y así
una vez mas se repite el ciclo de la acumulación de capital.
Me parece Buena la iniciativa de ‘La hora
del Planeta’ porque muchas personas lo hacen por conciencia y porque
realmente esta preocupada por la crisis ecológica, pero si no podemos
identificar la raíz de esta crisis, no podremos detenerla. Me refiero a
los responsable inmediatos, aquellos que promovieron la modernidad, el
desarrollo y el crecimiento exponencial sin limites. Es decir, al
capitalismo en todas sus fases de desarrollo, que desde su comienzo ha
tendido hacia la acumulación sin fin. Este sistema ha promovido la
producción en base a la destrucción de los ecosistemas que han
representado su acumulación originaria (Marx) y siguen representado la
ampliación de su capital por medio de la expropiación constante del
total de la naturaleza en su conjunto (Amin 2009).
Así que una buena acción seria que los
responsables directos del calentamiento global -Empresas multinacionales
y transnacionales- dejasen de explotar recursos naturales, –bienes
comunes- contaminar los ríos y promover la explotación de minería a
cielo abierto y el negocio de los bonos de carbono deberían de dejar de
ser permisos de contaminación. No nos engañemos apagando una hora
nuestra energía eléctrica, hay que boicotear la cultura consumista y
derrochista, debemos de cambiar nuestra visión individualista de la
vida, de competencia, de modernidad y desarrollo, ya que el desarrollo
es sinónimo de crecimiento y este tiende hacia un crecimiento
exponencial, y este, como el cáncer, lleva en si a la muerte.
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