martes, 7 de marzo de 2017

Movimiento anticorrupción prepara protesta contra "la impunidad" en Brasil


Vem Pra Rua, uno de los grupos que movilizó a millones de brasileños contra la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, convocó a una protesta el 26 de marzo contra aliados del presidente de centroderecha Michel Temer que buscan ponerse a salvo de investigaciones de corrupción.

Bajo el lema de "Basta de impunidad", Vem Pra Rua (VPR, Sal a la Calle) denuncia "la tentativa" de miembros del Congreso de "salir impunes utilizando sus prerrogativas legislativas", dijo su líder, Rogério Chequer, en una entrevista telefónica con la AFP.

Temer "ha escogido personas equivocadas y está perdiendo una gran oportunidad de ser un interlocutor directo de la sociedad", señaló el empresario, de 48 años.

Ya en diciembre, VPR movilizó a sus huestes contra el entonces presidente del Senado, Renan Calheiros, un aliado clave de Temer, que enfrenta un juicio en la corte suprema por desvío de fondos públicos y fue denunciado por la Operación Lava Jato, que investiga sobornos masivos en Petrobras.

Chequer estima que la manifestación será "un enorme éxito" si supera a la de diciembre, que según VPR movilizó a unas 200.000 personas en Sao Paulo (donde se carece de estimaciones oficiales) y a un millón en todo el país.

Tras las fiestas de fin de año y de Carnaval, Brasil vuelve a la realidad de sus crisis, con la mirada puesta en el inminente levantamiento del secreto de sumario de las "delaciones premiadas" de 77 exejecutivos de la constructora Odebrecht, uno de los principales implicados en el caso Petrobras.

Las primeras filtraciones de las denominadas "delaciones del fin del mundo" mencionaron a Temer y apuntaron a varios de los principales colaboradores y aliados del mandatario conservador, quien asumió el cargo el año pasado tras la destitución de Rousseff por manipular las cuentas públicas.

Temer perdió ya a seis ministros por causas vinculadas a la Lava Jato, y debió bloquear, debido a la presión social, varias tentativas de los jefes del Congreso para desactivar las denuncias que se avecinan.

El mandatario brasileño tiene una popularidad bajo mínimos (en torno a un 13%), pero espera llegar a las elecciones de 2018 -en las que prometió no presentarse- gracias a un plan de ajustes ampliamente apoyado por los mercados para sacar al país de la recesión.

Las últimas encuestas de cara a 2018 dan como favorito al expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), pero Chequer no cree que a un año y medio de distancia esos sondeos sean significativos. Hay que dar "tiempo al tiempo", se limita a decir, en espera de que los brasileños decidan en ese momento dar una sacudida a la "vieja política".

Chequer descarta que la "nueva política" pueda ser encarnada por el juez de primera instancia Sergio Moro, símbolo de la Operación Lava Jato que ya llevó tras las rejas a decenas de peces gordos de la política y las finanzas. "Moro está cumpliendo papel fundamental. Que permanezca ahí", responde, al ser interrogado al respecto.

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