martes, 20 de noviembre de 2012

El desempeño de Petrobras en América Latina: ¿Responsabilidad social?


Petrobras es una empresa semipública del estado brasileño que tiene unidades, empresas subsidiarias y representaciones comerciales y financieras, y opera en 27 países, además de Brasil. Según su web institucional lo más importante que tiene la empresa es su “responsabilidad social y ambiental” (1). Sin embargo, en el presente informe veremos que su historial en América Latina no es precisamente un ejemplo de buenas prácticas sociales y ambientales.

Argentina Santa Fe

Petrobras está presente en Argentina desde 1993 con tareas de exploración y producción de gas y petróleo. La adquisición durante 2003 de la empresa Pecom Energía posicionó a Petrobras como la segunda productora de petróleo de Argentina y al mismo tiempo confirmó su lugar de empresa líder en la exploración y producción petrolera en América Latina.

Sin embargo, en este país existen varios casos en que la empresa brasileña ingresó a comunidades, donando grandes cantidades de dinero para diferentes motivos, como reparar una escuela primaria o patrocinar proyectos educativos, y así neutralizar las quejas en su contra.

En la provincia de Santa Fe, Petrobras se unió a la organización no gubernamental, Agora Ludus, en un proyecto “que apunta a promocionar la riqueza del encuentro lúdico en las escuelas para resignificar el valor social de su incidencia en la comunidad”. Así lo apunta el diario “Sin Mordaza” de San Lorenzo, citado en el libro: “Petrobras, ¿integración o explotación?”(2).

“La empresa petrolera ha dispuesto una política de compromiso e integración con la comunidad desde su llegada a la región”, sentencia el citado diario. Y es que la firma brasileña tiene en el lugar una planta de producción de fertilizantes, otra de estirenos y un centro para el abastecimiento de combustible a navíos.

Además, es común que Petrobras organice cursos de “gestión educativa” en San Lorenzo o de educación vial en Neuquén, donde instruye tanto a niños como a docentes, y cuyos contenidos “adquieren la misma jerarquía que los planes de estudio públicos”.

Caso Medanitos

En abril de 2004, la Fundación Patagonia Natural realizó el relevamiento del yacimiento Medanitos y su informe difundido dos meses después sostiene que “en el pozo 1536 se observó suelo con petróleo. Existe un principio de remediación, pero el petróleo fluye a la superficie cada vez que llueve, muestra de que el saneamiento no ha sido adecuado”.

Asimismo, observó que “el repositorio, o zona de sacrificio con residuos hidrocarburados, permanece sin alambres en parte del predio. Se trata de un predio con una concentración elevada de hidrocarburos y suelos empetrolados”.

Señala que “se observa un cañadón con hidrocarburos muy intemperizados. Es una manifestación de antiguos derrames con poca intervención humana para su saneamiento” y, concluye: “Queda claro que los hidrocarburos que no se observan en el lugar han migrado hacia el río durante las lluvias”.

Bolivia

Petrobras Bolivia fue creada en  1995 y desde entonces opera casi en toda la cadena de gas natural en ese país, tanto la extracción, el transporte, como la comercialización. Tienen participación en seis bloques en tierra, de los cuales son operadores en tres. La empresa también se ha hecho de problemas en este país.

Caso Río Hondo Sur

El Bloque Río Hondo fue licitado a la empresa en enero de 2001, a pesar de que en ese territorio existía -y existe- la Reserva Biósfera y Territorio Indígena Pilón Lajas, creada en 1992, con la prohibición de establecer nuevas áreas de colonización agraria, forestal, minera y petrolera.

El millón de hectáreas que comprende el bloque petrolero fue adjudicado a Petrobras Bolivia (50 por ciento) y a Total Exploration Production Bolivia (50 por ciento).

Debido a que el estudio de impacto ambiental consideraba la sobreposición en un 63 por ciento a zonas de estricta protección y de amortiguamiento, el estudio fue observado. Entonces, Petrobras decidió no sólo cuestionar al Servicio Nacional de Áreas Protegidas sino también la zonificación de la Reserva.

Demandó a los ministerios de Hidrocarburos y Minería, de Desarrollo Sostenible y a la compañía estatal boliviana Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), para que definieran las actividades sobre el bloque petrolero, en un intento de pasar por encima de los procedimientos legales para obtener licencia. La presión dio resultados y logró la aprobación de la licencia ambiental en enero de 2004.

La Reserva tiene la condición de Tierra Comunitaria de Origen (TCO), y se trata de un territorio habitado por los pueblos Tsimane, Moseten y Tacana. Según el Consejo Regional Tsiman Moseten, el proyecto de Sísmica Río Hondo Sur jamás fue consultado a las comunidades de acuerdo con la Ley de Medio Ambiente y el Convenio sobre Pueblos Indígenas 169 de la OIT, ratificado como ley de la República.

Sin embargo, Petrobras tomó fotografías de una asamblea de corregidores de las comunidades de la TCO y las adjuntó en el Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental como si se tratase de una consulta a la comunidad. Por esta razón es que el Consejo se negó a recibir reiteradamente a los consultores para el segundo proyecto.

Caso Río Hondo Norte

El proyecto Río Hondo Norte se ubica en la cuenca alta de los Andes tropicales, un área de alta sensibilidad ambiental, donde se encuentra el 40 por ciento de la herpetofauna (reptiles y anfibios) neotropical y más de cien especies de mamíferos.

Por tales razones es que el informe “Petrobras en Bolivia: petróleo, gas y medio ambiente” de Patricia Molina señala: “A pesar de ser una empresa que responde a una política de Estado, Petrobras demuestra un comportamiento en Bolivia similar al de cualquier transnacional petrolera, en especial en lo que se refiere a responsabilidad ambiental y social” (3).

Y para ello la empresa suele utilizar “estrategias comunes a las demás empresas que operan en el país, tanto en la minimización de sus responsabilidades frente a los impactos generados, como en las estrategias para salvar obstáculos de orden social y también procedimental”, señala Molina.

Colombia Contaminación en Campo Guando

El Campo Guando, ubicado en la Cuenca del Valle Superior del Magdalena, se localiza a inmediaciones de la población de Melgar (Tolima), a 110 kilómetros al suroeste de Bogotá. Fue descubierto a fines de la década del noventa por las asociadas Ecopetrol, Nexen (de Canadá) y Petrobras. Esta última se desempeñaba como empresa operadora.

Según el sitio web de Ecopetrol (4), el Campo Guando es uno de los yacimientos de mayor importancia del país. Produce actualmente un promedio de 27 mil barriles de aceite por día, y tiene una alta probabilidad de obtener un recobro cercano a los 95 millones de barriles. Petrobras Colombia informó (5) que en enero de 2012 el campo tuvo una producción de 15.223 barriles diarios.

Pero su desarrollo ha ocasionado el malestar y el descontento de las poblaciones aledañas. Por ejemplo, el Movimiento de Trabajadores y Comunidades de Melgar (MTC) señaló que “la explotación irracional del recurso ha traído procesos acelerados de destrucción de nuestras fuentes de agua y agrícolas”.

Además, que “las prácticas autoritarias de las compañías petroleras extranjeras que, en la búsqueda del máximo de ganancias, han empezado a realizar prácticas, en un comienzo demagógicas en el manejo de las comunidades, pero que se pueden convertir en violentas en el momento que no puedan cumplir sus cometidos económicos”. (6)

Una de las denuncias más importantes hacia la petrolera indica que sus trabajos han secado los ojos de agua o nacimientos, en un lugar que se ha caracterizado siempre por ser rico en acuíferos, nacimientos y quebradas.

Según registró el diario El Tiempo (7) en el 2004, la alcaldía de Melgar buscó aplacar las críticas y denuncias hacia Petrobras pidiendo a la misma brindar ya no sólo pequeñas ayudas “como la instalación de sanitarios, cableados eléctricos y dotación de escuelas” sino patrocinando además proyectos como la producción de caucho, la siembra de cacao, la instalación de viveros agrícolas y la reforestación de quebradas.

Perú

Petrobras Energía Perú S. A. inició sus actividades en 1996. Hoy en día, la compañía extrae 15.300 barriles de petróleo del Lote X de la cuenca de Talara, en el noroeste del Perú, en el que Petrobras posee el 100 por ciento de participación.

En el Lote 57, ubicado en la región Madre de Dios, Petrobras posee una participación del 46,16 por ciento, y los resultados favorables en la evaluación de los recursos hallados impulsaron la planificación de un pozo más en la región Ucayali.

Los intereses de Petrobras en el Perú son crecientes. En el 2010 invirtió en este país US$ 235 millones en proyectos de prospección y exploración.

Amenaza sobre reservas de pueblos en aislamiento

La historia de Petrobras en el Perú también es conocida por sus intenciones de extraer petróleo en áreas de reserva territorial para indígenas en situación de aislamiento voluntario. Este es el caso del Lote 110 adjudicado para exploración a la firma brasileña y que ocupaba gran parte de la Reserva Territorial Murunahua.

Sin embargo, debido a la presión nacional de las organizaciones indígenas, la sociedad civil y la solidaridad internacional (8) la entidad estatal Perupetro decidió prohibir el ingreso de empresas petroleras a la reserva.

Por otro lado, en el año 2006, la estatal Perupetro licitó el Lote 117 a Petrobras Energía Perú, sobre el territorio ancestral de los pueblos Kichwa, Sekoya y Huitoto, en los distritos de Teniente Manuel Clavero, Putumayo, Torres Causana y el Napo, todos estos en la provincia de Maynas, región Loreto.

El territorio concesionado también comprende la Zona Reservada Güeppi (9), a pesar de que pocos meses antes se había firmado el Acuerdo de Pantoja (10), por el cual se acordaba la categorización de la Zona Reservada en un parque nacional y dos reservas comunales.

La Organización Kichwaruna Wankurina del Alto Napo (Orkiwan) denunció la falta de consulta a su pueblo (10), por parte de Petrobras y el Estado peruano, en relación a la concesión del lote (11).

En julio de 2012 Petrobras suscribe un convenio con la principal organización amazónica peruana, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana, y le aporta US$ 76 000 para asesoría jurídica y realizar talleres que prevengan conflictos y familiaricen a las comunidades con los aspectos más relevantes de la industria hidrocarburífera (12).

Para el jurista español Bartolomé Clavero, ex vicepresidente del Foro de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, el convenio equivale de manera práctica a “la renuncia a las garantías judiciales” pues “AIDESEP acepta el compromiso de privar a las comunidades indígenas de las garantías de sus derechos, esto es de los derechos mismos, a cambio de la subvención que recibe” (13).

De igual forma, el antropólogo Alberto Chirif considera que “los compromisos asumidos por las partes, están abiertamente orientados a fortalecer el punto de vista de la petrolera antes que los derechos de los pueblos indígenas representados por AIDESEP”. (14)

Conclusión

Por sus antecedentes debemos recordar que repartir dinero, doblegar voluntades y trasgredir normas ambientales o morales son parte del repertorio de recursos de Petrobras… De esta manera se inicia un nuevo capítulo en su afán por conquistar la Amazonía.

Notas:

(1) Sitio web de Petrobras: http://www.petrobras.com/es/quiene-somos/
(2) “Petrobras: Integración o explotación”: en http://servindi.org/pdf/Petrob_integr_explo.pdf
(3) “Petrobras: Integración o explotación”: en http://servindi.org/pdf/Petrob_integr_explo.pdf
(8) Por ejemplo carta de Survival: http://www.aidesep.org.pe/editor/documentos/562.pdf
(11) Ver carta de Orkiwan en: http://servindi.org/actualidad/48455
(13) Bartolomé Clavero: “Malas noticias sobre AIDESEP”, en: http://servindi.org/actualidad/76251
(14) Alberto Chirif: “AIDESEP, una crisis de principios”, en: http://servindi.org/actualidad/76564

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