En la polémica actual sobre los transgénicos, el asesor del Ministerio de Agricultura (Minag), Alexander Grobman Tversqui, se ha erigido como de sus principales, y experimentados, defensores. En los últimos cuatro años, son muchos los sinsabores dejados por sus actuaciones y declaraciones al respecto.
En mayo del 2008, Grobman representó al país en la IV Reunión del Protocolo de Cartagena sobre bioseguridad, realizado en Bonn, Alemania. Ahí, se negó –únicamente junto a Paraguay y Japón de un total de 140 países– a suscribir una normatividad internacional que ordenaba compensar los daños causados por los transgénicos en el agro, el medio ambiente y la salud.
En ese entonces, su participación como delegado del Minag, fue severamente cuestionada por expertos y organizaciones vinculadas. La Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), expresó su indignación por la posición que asumió Grobman y demandó a las autoridades una investigación.
“El Perú, por actuación irresponsable de Alex Grobman, negó los alcances del Protocolo de Cartagena que ordena la aplicación de un principio precautorio en materia de seguridad de la biotecnología y ha puesto en grave riesgo nuestra biodiversidad genética. Esto merece una investigación y sanción ejemplar”, indicó Luis Zúñiga, entonces presidente de Conveagro.
“Se trata de un acto de deslealtad patriótica motivada por los intereses personales del señor Grobman, quien como comerciante de semillas transgénicas se lava las manos antes que las leyes obliguen a compensar los daños que sus productos causan en el ser humano y en el agro, prefiriendo sacar ventaja a su comercio privado sobre los intereses nacionales”, afirmó Zúñiga.
Al respecto, Roger Rumrrill sostuvo que la posición de Grobman era contraria a la posición oficial peruana. No obstante, lo más grave fue el aval recibido del ministro de Agricultura, Benavides Ferreyros.
“Lo que demuestra que las poderosas multinacionales citadas –Monsanto y DuPont entre otras– han decidido dar la batalla final y para ello han infiltrado a sus operadores en los más altos niveles del gobierno de Alan García”, manifestó en un reportaje.
Apenas meses después, en julio del 2008, Alexander Grobman, calificó como “ignorantes” al nuevo directorio de la Asociación de Exportadores del Perú (Adex) luego de que ese gremio descartara cualquier interés por promover los cultivos transgénicos en el país. En esa misma coyuntura, dijo que el ministro del Ambiente, Antonio Brack, hablaba estupideces en referencia a la posición contraria de esa entidad.
Asimismo, cuando representantes de Monsanto se reunieron con el presidente Alan García, en octubre del 2007, para informarle sobre los planes de la compañía en el desarrollo de un proyecto de semillas en el Perú, Grobman señaló que “una gran empresa como Monsanto, con unas espaldas financieras muy anchas, puede ubicarse en el país que lo considere apropiado”.
“Ya está en Colombia, Brasil, Argentina, China, India, entre otros. Una compañía multinacional puede estar en todas partes y ahora ha elegido al Perú”, sostuvo en esa oportunidad el actual presidente de la Asociación Peruana para el Desarrollo de la Biotecnología (PeruBiotec), organización que alienta el ingreso de semillas transgénicas al país.
El hoy asesor nombrado de la alta dirección del Minag, –que estuvo desde el 2007 de asesor ad honorem de ese despacho ministerial– también es presidente de los directorios de las empresas comercializadoras Semillas Penta del Perú y Productora Agrícola del Campo, muy vinculadas al negocio de semillas transgénicas.
En definitiva, una mirada retrospectiva necesaria, para recordar los precedentes del autodenominado “empresario genetista y semillero”, Alexander Grobman Tversqui, de origen judío, nacido en Rumania, jurisdicción que se ubica actualmente en la República de Moldavia.
Fuente: servindi
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