lunes, 26 de marzo de 2012

Si Juan Pablo II hizo trizas en 1989 el falso socialismo; dos visitas papales harán lo mismo en Cuba


Por Pedro Echeverría V.

Pienso que es mucho atribuir al clero el total derrumbe del llamado socialismo; pero no hay duda que el papa polaco y su terrible “anticomunismo” fue pieza clave –junto a Reagan y la Thatcher- para el derrumbe del “socialismo burocrático centralizado” ruso.
1. Pienso que es mucho atribuir al clero el total derrumbe del llamado socialismo; pero no hay duda que el papa polaco y su terrible “anticomunismo” fue pieza clave –junto a Reagan y la Thatcher- para el derrumbe del “socialismo burocrático centralizado” ruso. La tarea que corresponde a Benedicto XVI es desaparecer todos los reductos de lo que se conoció como “socialismo” en Cuba, Corea del Norte, incluso en China, porque aún representan obstáculos para reafirmar el capitalismo yanqui y mundial. La izquierda radical ha sido crítica de “los socialismos en el bloque soviético o chino” no porque buscaran la igualdad sino porque no la buscaban; porque en lugar de ser anticapitalistas seguían funcionando con las mismas reglas; en vez de gobierno directo de los obreros gobernó siempre una burocracia política; en lugar de ser internacionalistas y solidarios con las luchas en el mundo, se encerraron en un nacionalismo de gran nación.

2. El imperio económico y político mundial se vale de todos los medios para lograr la paz y la estabilidad que le garanticen obtener lo que necesita; para ello la iglesia ha jugado un papel fundamental a través de la larga historia. ¿Puede olvidarse del Papa de Hitler? El tal Pío XII (Eugenio Pacelli) -como Nuncio Papal en Munich y Berlín- fue firmante con Hitler del Concordato de reich que le dio derecho de imponer nuevo código de leyes canónicas en Alemania y, como Papa desde 1939 –durante toda la II guerra mundial- fue enemigo de los judíos y del bolchevismo contribuyendo a su persecución y a su muerte. Pero terminada la guerra en 1945, simplemente cambió de discurso acomodándose a la nueva situación hasta su muerte en 1958. Su antisemitismo y antibolchevismo lo llevaba muy escondido, pero bastó el triunfo de Hitler en la Alemania de 1933 para que el Nuncio Pacelli descubra que era antijudío desde muchos años antes.

3. Cuba ha resistido con mucha paciencia y mucho heroísmo para no caer como sucedió con la Unión Soviética y demás países de Europa oriental que pertenecían al bloque autodenominado “socialista”. Vieron que la “liberación económica” llevó de manera directa a la “liberación política”; se dieron cuenta los dirigentes cubanos que Cuba quizá necesite con urgencia reformas económicas profundas, pero conservando la fortaleza del Estado y gobierno que ellos llaman “socialista”. Los EEUU y demás países capitalistas han hecho hasta lo imposible para poner a Cuba de rodillas sin embargo la fortaleza del gobierno de Cuba y la mayoría de la población ha resistido en la defensa de su “socialismo”. Por eso las visitas papales, con el discurso religioso, “muy, muy pacifista”, buscan extender la crítica al modelo cubano para que la oposición proyanqui se fortalezca. Hay una débil oposición de izquierda honesta que no ha crecido.

4. El papa Benedicto XVI posee la misma ideología anticomunista de Juan Pablo II y de toda la estructura papal radicada en el complejo de San Pedro de Roma. Con todo el desarrollo del poder económico y de los medios de información actual podría ser muy equivocado decir que algún Papa es más bueno y otro más malo. Ninguna de las medidas que toman ni algún discurso que leen  –tampoco la sonrisa congelada que muestran- responde a sus intereses personales. Todos ellos llegan a un país con objetivos y estrategias bien planeados que responden a los intereses del Vaticano. ¡Pobres aquellos que se hacen ilusiones en cambiar los objetivos o las ideas de un Papa en su visita! O aquellos que creen que porque el Papa pronunció su nombre o habló de su problema aquel está en camino de solución. ¿No se darán cuenta que estas visitas papales son como las campañas políticas mexicanas que prometen mucho y nunca cumplen?

5. Ni Cuba ni nadie puede aislarse de los acontecimientos. Ante la globalización de los medios no puede nadie resistir. Me imagino a López Obrador, el candidato del frente progresista en México, negándose a asistir a la misa del Papa  o a Raúl Castro negándose a recibir al llamado “santo padre”. Los yanquis y los exiliados cubanos se aponen a la visita papal a Cuba porque dicen que el gobierno cubano se aprovecha de la visita para consolidar su fuerza entre el pueblo. Ellos quisieran que la visita papal sea aprovechada para derrocar al gobierno cubano y que el Papa dé fuerza a la oposición de derecha que quiere deshacerse del gobierno para que los yanquis vuelvan a dominar la Isla. Cuba ha tomado el camino correcto: aunque el porcentaje de católicos cubanos no es tan alto como en México, su obligación es recibir al Papa aunque sea un agente encubierto del imperio. Si hubiese otro tipo de relaciones mundiales ninguna obligación de este tipo cabría.

6. Me imagino cuánto tiene que hacer Cuba para resistir y evitar que el capitalismo como tal con toda su fuerza se readueñe de la Isla. Fue gigantesco el bloqueo y todas las consecuencias internas que trajo. Por eso Venezuela y Bolivia –golpeados por todos lados por el imperio- tendrán que aprender a enfrentar los problemas. Los yanquis crean dificultades en la economía, construyen problemas en los gobiernos, confrontan con los medios de información a su servicio y preparan golpes de Estado en todo momento. Algunos piensan que ese imperio está a un paso de venirse abajo; yo creo que le quedan muchos años y que hay que hacer esfuerzos sobrehumanos para que las masas adquieran conciencia para destruirlo. No se si el llamado BRIC (Brasil, Rusia, India, China) ha tomado un camino acertado para derrotar a ese imperialismo brutal o es una simple competencia de poder mundial. Parece que por el camino revolucionario no se ha podido.

7. Pero el lunes estará Benedicto XVI en Cuba. En este país no se pudo construir ningún tipo de socialismo como tampoco se pudo en ningún país del mundo. El capitalismo mundial –sin dejar de explotar, saquear, mantener a la mayoría de la población en la miseria- sigue siendo muy poderoso y teniendo la fuerza para evitar que cualquier revolución en África, Asia o América Latina se transforme en un modelo diferente al capitalismo. En Rusia, en China, Yugoslavia, Cuba, Nicaragua –a pesar de que fueron revoluciones armadas y se hicieron ensayos y experimentos muy valiosos para construir el socialismo verdadero- surgieron problemas básicos internos que, unidos a los externos- impidieron todo. Pareciera que todo se tiene que recomenzar a partir de cero, o quizá de menos cero, porque aún hay “dirigentes” que se resisten a reaprender. ¿No ganará la iglesia en su reaprendizaje?

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