martes, 29 de noviembre de 2011

El consejero presidencial Adrián Villafuerte intenta copar la Dirandro


El viernes pasado el asesor de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) Carlos Tapia renunció al cargo que ocupaba y acusó al coronel EP (r) Adrián Villafuerte, consejero del presidente Ollanta Humala, de destruir el Partido Nacionalista y de coparlo con personal sujeto a su liderazgo. Además, lo involucró en actos de seguimiento y ‘chuponeo’. Estas declaraciones generaron una pregunta inmediata: ¿Qué actividades ha venido realizando este reservado asesor desde que fue nombrado en agosto pasado?

Fuentes confidenciales revelaron a la prensa que en estos cuatro meses Villafuerte se ha convertido en el operador más contactado por los agentes de las fuerzas de seguridad y de la comunidad de inteligencia. Aunque aún no tiene tanto poder como el ministro de Defensa o el del Interior, ya es público que desde generales del Ejército y de la policía hasta comandantes y oficiales de menor graduación se han puesto a su disposición.

En medio de órganos de espionaje dirigidos por militares –la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), a cargo del capitán EP (r) Víctor Gómez Rodríguez, y la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior (Digimin), encabezada por el coronel EP (r) Eduardo Arbulú Gonzales– solo la Dirección Antidrogas de la Policía (Dirandro) escapa del campo de visión de Villafuerte. Durante la última campaña presidencial, él prestó atención a esta unidad policial y al equipo de interceptación telefónica de celulares que posee para luchar contra el narcotráfico, el terrorismo y mafias afines al crimen organizado y al sicariato.

Las fuentes, que prefirieron el anonimato, revelaron a El Comercio que el afán de Villafuerte por tener bajo control el programa electrónico de la Dirandro se hizo más que evidente en la gestión del anterior jefe de esta entidad, Francisco Pasco Lamadrid. En setiembre pasado, este último buscó purgar al principal equipo de inteligencia de esta unidad: la División de Investigaciones Especiales (Divinesp) y su Departamento Técnico Judicial (Deptejud), que opera el estratégico equipo entregado por las autoridades antidrogas de EE.UU. para las interceptaciones.

PURGA Y PRETEXTOS

Pasco estuvo cerca de tomar una decisión que no era conocida por el ministro del Interior, Óscar Valdés. Villafuerte fue uno de los protagonistas tras bastidores de esta historia. El asesor aprovechó la amistad que forjó con Pasco cuando la policía fue militarizada durante el fujimorismo. Ambos se conocieron en esa época. Villafuerte fue edecán entre 1997 y el 2000 del general EP César Saucedo, entonces ministro del Interior; y Pasco, edecán del director general de la policía, Fernando Dianderas. “Allí estrecharon lazos ambos y luego los dos fueron retirados de sus instituciones. Aunque Pasco fue reincorporado años después y Villafuerte volvió como asesor presidencial”, recordó el ex director general de la Policía Nacional Gustavo Carrión.
Esto, sin embargo, no fue suficiente, ya que la purga en la Dirandro no prosperó, pero sí causó gran sobresalto entre las autoridades judiciales del Ministerio Público, de la Procuraduría Antidrogas que apoyan las pesquisas de la Divinesp. Quienes no corrieron igual suerte fueron los 30 generales de la policía que en octubre último pasaron al retiro por decisión del presidente Humala y del ministro del Interior. El mismo Pasco fue pasado al retiro y reemplazado por el general Darío Hurtado, un oficial procedente de la Aviación Policial.

Otro de los pretextos para intervenir la Dirandro es el pedido hecho a Villafuerte por los altos mandos castrenses, involucrados en la lucha antisubversiva, para que les permitan acceder al programa de escucha celular de la Dirandro con el argumento de que esta unidad no los apoya lo suficiente como para ejecutar operaciones exitosas contra el cabecilla subversivo ‘José’, del valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE). Las quejas de los militares ante el asesor presidencial solo buscan que la Divinesp y el Deptejud entreguen información electrónica inmediata, al margen de la obtención de algún pedido fiscal u orden judicial. Prueba de ello es que, ante la insistencia castrense y con el aval de la Policía Antidrogas y de la DEA, se creó Fusión, un grupo de militares, oficiales de la Dircote y la Dirandro que opera en el VRAE y el Huallaga, y que tiene un ambiente especial en la sede de esta última institución.

Pero para Villafuerte esto parece no ser suficiente. Un agente testigo de estos hechos dijo que el asesor espera tomar el control total en diciembre, cuando se realicen los cambios y los pases al retiro que prometió el ministro del Interior, quien el domingo último rechazó las acusaciones de Tapia. “Villafuerte ahora está captando oficiales en la policía y es tan influyente que hasta lo defiende el ministro Valdés”, dijo el analista Fernando Rospigliosi. Parece que esta historia continuará.

SEPA MÁS

La Dirección Antidrogas de la Policía Nacional (Dirandro) tiene diferentes unidades de inteligencia e investigación. Una de ellas es la División de Investigaciones Especiales (Divinesp) que trabaja estrechamente con el Departamento Técnico Judicial (Deptejud). Este último se encarga de las labores de inteligencia electrónica en la Dirandro.
El Deptejud además labora directamente con la Fiscalía de Crimen Organizado del Ministerio Público y de forma indirecta con otras fiscalías. Todas estas unidades se encargan de efectuar operaciones contra el narcotráfico y el terrorismo.
 

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