viernes, 25 de noviembre de 2011

Ollanta: “Hoy iré a Cajamarca”

“¡Mañana (hoy) voy a Cajamarca!” Así de rotunda fue la respuesta del presidente de la República, Ollanta Humala, al dirigente campesino de esa región, Eladio Huamán Castrejón, antes de abandonar la sede que albergó la clausura del XI Congreso Nacional Ordinario de la Confederación Campesina del Perú.

Esta inesperada declaración fue pronunciada ante decenas de personas y líderes comuneros de todo el país que se acercaron al auto que conducía, exigiéndole que cumpla con sus promesas de campaña, sobre todo aquella que exhorta a las mineras transnacionales a respetar a las comunidades campesinas. Huamán Castrejón fue el que consiguió tomarlo del brazo y decirle: “¡Presidente! Pronúnciese sobre Cajamarca. ¡Vaya a Cajamarca!”. Ante este emplazamiento al jefe de Estado, no le quedó más que aceptar: “¡Mañana (hoy) voy a Cajamarca!”, y partió raudamente del lugar.

TAREA DIFÍCIL

Al iniciar su discurso, el Mandatario reconoció que los problemas del país “no se pueden solucionar de la noche a la mañana” y más aún cuando somos treinta millones de habitantes. Sin embargo, precisó que el Estado velará para mantener el equilibrio entre la minería, la actividad agrícola, las transnacionales y las poblaciones afectadas.

El clima en el auditorio parecía controlado pero la ansiedad se percibía en el aire. A pesar de ello, el jefe de Estado continuaba con su discurso, esta vez dirigido al sistema complejo que le ha tocado asumir en su Gobierno, obstáculo que –en sus palabras- se podrá resolver a través del “respeto al agua, los recursos naturales y a la voluntad de los pueblos”.

Los aplausos se hicieron oír. Los ánimos parecían mejorar hasta que el Presidente afirmó que la actividad minera es el motor de la economía nacional, realidad que trató de encaminar en beneficio de las comunidades a través del establecimiento del gravamen minero o el también llamado impuesto a las sobreganancias.

“La principal actividad económica de la cual hoy en día, quiéranlo o no, vive el Perú, es la minería y la minería hace 200 años no ha cumplido con un rol social, de defender con responsabilidad social a las comunidades a las que muchas veces se les afecta, y ese abuso de muchas mineras ha generado un clima de desconfianza”, manifestó Humala ante aproximadamente mil campesinos.

PALABRAS CLARAS

Los rostros serios y expectantes apuntaban al estrado. ¿De dónde va a salir la plata?, preguntó Ollanta al público asistente. La respuesta era evidente y aseveró que la minería lo brindaría, pero que el Gobierno se comprometería a defender a cada una de las comunidades, no sin antes cobrarles “lo justo” a aquellas empresas que quieran invertir en ese rubro económico en nuestro territorio.

“Ser bueno es fácil y difícil es ser justo. Dar a cada quien lo que se merece, a las comunidades del país esas oportunidades que no les dieron… No más ‘perro del hortelano’ ni ciudadanos de segunda categoría”, remarcó. Recibió aplausos.

Emocionado, invitó al campesinado a ser parte de la tarea de comprender el reto de “sacar adelante a la agricultura, pero con inteligencia”, y aprovechó el momento para llamar a la cordura a la población de Cajamarca, levantada en paro contra el proyecto Conga. “Hago un llamado a la cordura y al diálogo a nivel nacional, creo que es la mejor forma de construir desarrollo”, destacó.

No obstante, al terminar su breve discurso, el auditorio en pleno comenzó a gritar: ¡agua sí, mina no!, en forma firme y reiterada.

El Presidente, un tanto nervioso, aceleró el paso, pero se encontró con campesinos de Cajamarca que le exigieron que esclarezca su posición sobre el proyecto Conga y la minería en esa región. Es entonces que Heladio Huamán consiguió tomarlo del brazo y arrancarle esa promesa. Dicen que la palabra de una persona vale oro.

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