viernes, 24 de febrero de 2012

The Economist: Chávez, el paciente venezolano


A poco más de siete meses para que tenga que encarar las elecciones presidenciales, Hugo Chávez debe someterse a una tercera operación para el cáncer que le fue diagnosticado el pasado mes de junio.   Luego de una oleada de rumores que se esparcieron durante la temporada de carnaval, el presidente de Venezuela confirmó el 21 de febrero que una “pequeña lesión” le fue detectada durante las pruebas que le efectuaron tiempo antes en un viaje secreto a la isla de Cuba.  Es “bastante probable” que sea maligno, aunque el Chávez insistie en que no había ninguna metástasis.

Como es usual, la información de la salud del presidente es escasa.  A los venezolanos jamás les han contado los detalles del “tumor del  tamaño de una pelota de béisbol” extraída de la pelvis del presidente el año pasado; ninguno de los doctores ha hablado a los medios.  Pero cuatro rondas de quimioterapia parece que no han erradicado el cáncer.  La cirugía en Cuba, que debería realizarse en los próximos días, debería ser “menos complicada”, aseguró Chávez.  Pero claramente el presidente se encuentra en un período de convalecencia, seguido posiblemente por terapia de radiación.

Los contratiempos en el estado de salud de Chávez podrían darle impulso a Henrique Capriles, el candidato de la opositora Mesa de la Unidad Democrática.  El 12 de febrero Capriles ganó fácilmente las elecciones primarias en las que casi tres millones de venezolanos votaron (de un total electoral de 18,3 millones).  Luego de 13 años en el poder y entre el crimen rampante, la alta inflación y escasez de bienes de primera necesidad, el presidente es vulnerable.  La victoria de Capriles obligó a Chávez a insultarlo en una serie de largas cadenas nacionales.

No obstante, el presidente sigue siendo popular entre los venezolanos más pobres.  Los aumentos del precio mundial del petróleo hizo que volviera a crecer  la economía venezolana en 2011, luego de dos años de recesión.  Armado con los ingresos adicionales del petróleo, Chávez ha lanzado una nueva pensión y beneficencia de niños donde no se requiere contribuciones de los beneficiados y con un costo total de 2,3 mil millones al año.  También ha comenzado programas intensivos para la construcción de viviendas y crear nuevos puestos laborales.

La continua mala salud del presidente no es algo necesariamente bueno para la MUD.  Las noticias del cáncer de Chávez el año pasado crearon un incremento en la simpatía hacia el presidente en las encuestas de opinión.

Eso ahora podría repetirse, aunque a una escala menor.  Los políticos de oposición conocen bien por la amargas experiencias del pasado que enfrentarse en unas elecciones enfocándose en la figura del presidente es una elección perdida.  Capriles podría encontrar difícil centrar su campaña en la economía y el gobierno.

Si Chávez llegara a fallecer o resulta incapacitado  la confusión resultante podría descarrilar las elecciones.  La Constitución llama al vicepresidente a ocupar la silla, pero esa posición es un regalo del presidente.  Al actual titular del cargo, Elías Jaua, le han dicho que él será reemplazado, pero ningún sucesor se ha nombrado.  En Venezuela éstos vacíos del poder generalmente han sido ocupados por el ejército.

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