martes, 2 de julio de 2013

La mala estrella de Alan

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El líder aprista, Alan García, está en su hora más difícil. Las acusaciones que afronta no se detienen y esta semana saldrían más casos a la luz. A toda costa buscaría entorpecer el trabajo de la megacomisión para que no se descubra el destino del dinero de los narcoindultos.
 
ESCRIBE: ANA BRICEÑO

El 27 de diciembre del 2007 apa­recieron dos documentos pe­gados en las paredes de los pa­bellones de todas las cárceles del país. Uno tenía la firma del presidente Alan García, algo que llamó poderosamen­te la atención de la mayoría de inter­nos, sobre todo del penal San Pedro (ex Lurigancho), el más hacinado del Perú. El documento era una singular invitación de García para que los pre­sos presenten solicitudes de indulto y conmutación de penas.

“Corresponde al Instituto Nacio­nal Penitenciario canalizar la solicitud correspondiente a través del Ministe­rio de Justicia y formar el respectivo expediente”, se lee en el escrito, que envió desde Palacio. En otro párrafo García es más explícito: invito a us­ted (preso) a solicitar la concesión de cualquiera de las gracias presidencia­les, en atención a su condición de sen­tenciado, tomando en cuenta además que de adolecer alguna enfermedad terminal podrá solicitar la concesión de indulto por razones humanitarias. La carta tiene la firma del líder aprista y el sello de la Comisión de Indulto y Derecho de Gracias Presidenciales.

El segundo documento era un trípti­co, titulado: Camino a las gracias presi­denciales. Ahí se explica y orienta a los internos sobre los requisitos que debían cumplir para solicitar los indultos ya sea por razones humanitarias, conmu­tación de penas y para indultos comu­nes. Tambien se especificaba quiénes estaban impedidos de gestionar ese trámite: sentenciados por violaciones sexuales a menores de 18 años, parri­cidio, homicidio calificado, secuestro, robo agravado, extorsión, tráfico ilícito de drogas y prevaricato. Esos documen­tos fueron el incio del festín de indultos y conmutaciones masivas con jugosos pagos de por medio.

Cinco días después de la propaga­ción de la carta y el tríptico, el 2 de ene­ro del 2008, Miguel Facundo Chinguel, entonces amigo íntimo de Alan, fue designado presidente de la comisión que supuestamente evaluaría a quiénes les correspondía salir en libertad. Al pie del tríptico sobresale un recuadro que indica que para gestionar la gracia presidencial no se requería que el trá­mite se haga personalmente y tampoco se necesitaba la firma del abogado del interno. Mejor, imposible para los reos.

Al final del gobierno aprista, se dieron 5,478 gracias presidenciales. De estas se conmutó la pena a 3,207 presos conde­nados por tráfico ilícito de drogas, 1,627 fueron concedidos a sentenciados por robo agrabado, 18 por homicidio cali­ficado y una conmutación a un sujeto que había violado a una adolescente de 14 años. Todas fueron firmadas por el expresidente.

“La carta de Alan estaba en todos los pabellones de las cárceles y si por algún motivo se rompía, Chinguel se encargaba de volver a sacarle copia y pegarla. Decía que las conmutaciones y los indultos era una política primordial de Alan”, según un preso del penal ex Lurigancho. A más interesados en que se les conmute la pena, significaba más ganancia para Chinguel y compañía.

TEMBLANDO

Las investigaciones de los narcoin­dultos aún no concluye en el Minis­terio Público y García sabe que en los próximos días se revelarán nuevas evi­dencias que comprometerían a su en­torno más cercano, como a Luis Nava Guibert (ex secretario de Palacio de Gobierno) y a él. No en vano presentó una acción de amparo el 24 de mayo contra los integrantes de la comisión que investiga los presuntos actos de co­rrupción de su segundo gobierno.

El objetivo sería entorpecer el traba­jo para que no se descubra el destino fi­nal del dinero que se cobró a los presos para que sean “beneficiados” con las conmutaciones de penas, según afir­mó una fuente congresal. Sin embargo, esta no sería la única preocupación que agobia al ex mandatario.

En las últimas reuniones que ha sostenido con sus partidarios, García habría manifestado su intranquilidad por la avalancha de cuestionamientos, de toda índole, y denuncias sobre nue­vo actos de corrupción que se aproxi­man. Uno de ellos, y el más fuerte, es el pago sistemático que hicieron varios policías para ser ascendidos a genera­les. Según una fuente que trabajó en el departamento de Seguridad de Estado en Palacio de Gobierno durante la ges­tión de Alan García, el general Miguel Hidalgo (amigo de Alan y exministro del Interior), Luis Nava y los generales Raúl Salazar y Carlos Prada (médico del presidente) coordinaban a quiénes favorecían con los ascensos a generales, de acuerdo a los pagos que se hacían. “Toda la Policía Nacional sabe que se han cobrado entre 20 mil y 30 mil dóla­res para que asciendan a los puestos de generales en el gobierno aprista”, afir­ma la fuente. Los ascensos en la Policía ocurren todos los años, y por supuesto, las ganancias también eran anuales.

Incluso, dice la fuente, “los tres siempre estaban en el despacho de Nava y hasta se escuchaban las discu­siones porque Miguel Hidalgo quería poner a sus amigos o contactos en los puestos de mayor jerarquía y Nava te­nía que definir de acuerdo a los pagos”.

Asimismo, la megacomisión inves­tiga particularmente el caso de Manuel Huamán Montenegro (53), integrante de la organización de narcotraficantes ‘Los Norteños’ y que, posteriormente, en el 2009 formó parte de la Comi­sión de Gracias Presidenciales. “Uno de ‘Los Norteños’ de apellido Mendio­la sería familiar de alguien allegado al expresidente. Estamos haciendo las averiguaciones aún”, asevera la fuente. Nava Guibert también es investigado por el caso Business Track.

Un tema que se viene escuchan­do con más fuerza en este grupo de trabajo y en la Procuraduría Antico­rrupción es el indulto a José Enrique Crousillat. Miguel Facundo afronta un proceso de investigación por su­puestamente haber manipulado el expediente de Crousillat para favore­cerlo con la gracia presidencial. El Mi­nisterio Público pidió seis años para él. “Estamos averiguando más indi­cios. no es un caso que ha culminado y el exministro Pastor tendría respon­sabilidad”, dijeron en la procuraduría.

NEGOCIOS DE ESTUDIOS DE ABOGADOS

A través de la Superintendencia de Registros Públicos pudimos encontrar que varios comisionados, incluyendo Miguel Facundo Chinguel, formaron estudios de abogados después de haber trabajado en la comisión. La inversión no fue poca. El 13 de octubre del 2010, cuando ya no formaba parte de la co­misión, Facundo inscribió la empresa Facundo Abogados con un capital de 10 mil soles. De igual manera, el 18 de agosto del 2012, César Candela, exase­sor del despacho presidencial, y Julio Zavala, secretario del Consejo de Mi­nistros, inscribieron la asociación anó­nima VDG Abogados con un capital de 10 mil soles. Asimismo, según la acusa­ción fiscal, Dámaso Luyo Vicente (asis­tente legal de la Comisión de Gracias Presidenciales implicado en la red de los narcoindultos) y Manuel Huamán Montenegro, el sujeto que formó parte de la peligrosa banda de narcotrafican­tes ‘Los Norteños’ también comparti­rían un estudio de abogados.

Aparte de indagar sobre estas cons­tituciones de estudios de abogados, el fiscal Walther Delgado Tovar, quien in­vestiga los narcoindultos, está acopian­do nuevas evidencias de los pagos que hicieron los presos a la comisión para que les conmuten las penas. Una de esas pruebas serían los vouchers donde se hicieron los depósitos bancarios. El úni­co voucher que tienen pertenece al Ban­co de Crédito, que constataría el pago de 15 mil dólares para la conmutación de la pena de Eugen Csorgo, sentenciado a 15 años y que salió a los 6 años. Este caso compromete a Aurelio Pastor. A inicios del 2010, Pastor acudió como ministro de Justicia al penal San Pedro, ex Luri­gancho y un reo le pidió que lo ayuda­ra “con un tema”, el entonces ministro lo derivó con su asesor congresal, José Manfredi Marrufo. El reo le comentó que tenía un conocido que estaba dis­puesto a pagar 15 mil dólares con tal que le reduzcan la pena. Manfredi dijo que lo “ayudarían”, y así sucedió.

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