Por Guillermo Olivera Díaz
Desde Madrid, ante la nutrida prensa extranjera, empresarios, gobernantes y lo que queda de la rancia familia real española, Gregorio Santos Guerrero ha sido equiparado al sanguinario dictador de Camboya POL POT (Saloth Sar: 1925-1998), en cuya siniestra orientación deberíamos hacer recuerdo de los yacimientos mineros que aniquilaron con neumoconiosis a pueblos enteros y lugares donde se ubicaron. Por inhalación de plomo mueren los trabajadores del socavón y hasta los niños; la vida también se reduce.
Creo que Gregorio Santos, elegido Presidente Regional de Cajamarca, en frase infeliz del presidente Ollanta Humala comparado desde lejos con el líder camboyano Pol Pot, está convencido de su NO A CONGA, porque conoce la historia de los yacimientos mineros como emporios de oro y plata, su vil explotación y porque al unísono defiende el agua que da vida y no la quita polpotianamente.
Sabe que tales codiciados yacimientos hicieron ricos millonarios a unos cuantos que residen en Lima y en el extranjero y empobrecieron, hasta el aniquilamiento, a todos los pueblos y lugares donde se ubica su explotación inmisericorde. Hualgayoc y La Oroya allí están aherrojados.
Los modestos campesinos dueños del suelo superficial fueron eyeccionados para siempre y ahora comen el mendrugo de su pobreza, mientras los enriquecidos apetecen más yacimientos como Conga en Celendín. Sus millones y opulencia no los sacian. ¡Qué voraz minero eres mefistofélico ser humano!
¡Y pensar que el presidente cuando era candidato con cabeza gacha, en presencia de Nadine Heredia, siguiendo a Gregorio Santos donde se encontrase le pidió apoyo, y lo consiguió, para ser elegido!
¿No es cierto acaso que el íncubo Fujimori, con el súcubo Montesinos, hicieron lo propio con sus grandes electores, una vez arrellanados en el poder? La respuesta es suya amable lector.
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