martes, 1 de noviembre de 2011

¿De un presidente de todos los sustos a uno de todos los gustos?


Se dijo que no iba a tener luna de miel, que una vez que llegase al Gobierno iba a mandar mudar a sus asesores, que su primera medida iba a ser cambiar la Constitución. ¿Pasamos de un presidente de todos los sustos a un presidente de todos los gustos? Tres destacados analistas examinan los primeros pasos presidenciales.

Cuando Humala ganó las elecciones venció, también, una inmensa campaña en su contra.  Ahora, en cambio, se ataca a su círculo cercano, y la figura del Presidente luce casi intangible. ¿Dónde está la oposición?

Eduardo Adrianzén

Eso hace que los problemas vayan más por el lado de los individuos —y por cuestiones específicas— que por el ataque a Humala. Esto es una ventaja, porque cuando se tienen crisis muy grandes la imagen de él se deteriora y puede solucionar cambiando a los que están al frente de los diversos sectores. Es una estrategia acertada. Da la sensación de que hay más personas que “son el Gobierno”.

La oposición no es un bloque sólido de ideas; son individuos que se juntan por intereses. Una oposición así está atomizada y va a funcionar de acuerdo con la agenda del día; no tiene una agenda programática.

En este mismo momento, aunque se hayan quedado furiosos por la derrota electoral —hablo del ciudadano común—, sí creo que le están dando una luna de miel al Gobierno, una tregua. No están siendo hostiles, como se hubiera podido esperar, sobre todo en vista de los resultados electorales.

Santiago Alfaro

En una democracia sin partidos la oposición se ubica normalmente fuera del Congreso, en movimientos sociales, en grupos de presión fáctica que ejercen su influencia a través de lobbies y los medios de comunicación. Es lo que hemos visto en estos dos meses.El Gobierno actual es menos personalista que otros; no se expone. Se ha tratado de diluirlo en muchos sectores e instancias. La gente tiene agendas diferentes y no ve una política totalmente monolítica.

En el Congreso, los partidos que vendrían a representar la oposición se han concentrado en cuestionar nombramientos sin plantear alternativas. Eso lo hemos visto en el caso de la política antidrogas con los cuestionamientos a Ricardo Soberón, en la pedida de renuncia de Susana Baca a la cartera de Cultura, y ahora con Aída García Naranjo en el Ministerio de la Mujer.

En todos esos casos básicamente se ha cuestionado a los elegidos para dirigir esas áreas del Estado, pero no se han establecido lineamientos alternativos para cada una de ellas. Hay hasta ahora una oposición bastante débil, protagonizada más por los columnistas de periódicos que por los líderes políticos elegidos.

Todavía es pronto para ver el protagonismo que podrían llegar a tener los movimientos sociales y regionales, pero es muy probable que, conforme pase el tiempo, su presencia crezca.

Jacqueline Fowks

Ha habido dos amortiguadores fuertes. Uno fue el Ministro de Economía, que viene del gobierno anterior, en el que tuvo un cargo importante cuando Mercedes Aráoz era ministra. La designación de Castilla en Economía generó muchas noticias favorables. El mensaje era: ‘las cosas van a seguir tal como las han conocido” en materia de política económica. Eso le vino bien al empresariado, ese empresariado tan ligado a medios que tenían cierta manera de ver las cosas.

Y el segundo momento que alivió a muchos fue la presentación del Premier en el Congreso. Allí impuso calma, porque llevó además la buena noticia de que iban a conseguir una importante cantidad de dinero de las empresas mineras tras una buena negociación.

Creo que es la economía la que ha tranquilizado los ánimos adversos que fueron visibles en el momento anterior.

No hay que olvidar que los errores generan mucho ruido: cuando designaron a Soberón en Devida, cuando nombraron a un militar en retiro para Defensa Civil, cuando designaron a Daniel Mora en Defensa.

Ha ayudado mucho el perfil bajo de Humala. Por ejemplo, en el caso de su hermano Alexis, a pocos días que asumiera el cargo, no se contaminó. Ante las críticas a Soberón, el Presidente hizo mutis. En momentos controversiales, de incumplimiento de tal o cual promesa, o de error, Humala no ha aparecido, o se han demorado en contestar, o simplemente no han contestado nada o lo ha hecho el propio Humala por Twitter. Es obvio que está protegido, que está amparado.

A más de dos meses de iniciado su mandato, ¿improvisación efectista o inusitada coherencia?

Eduardo Adrianzén

Esto tiene un guión. Aunque resultan ser más gestos políticos y teatrales que efectivos, están bien pensados. Es lo que la gente quiere oír y ver. Pero hay que evaluar qué correlato hay con el accionar concreto. Eso no es improvisación. Sí hay metidas de pata que se solucionan cuando la presión es muy grande, como la campaña contra Susana Baca: buscan que el descontento no perdure en la gente.

El Gobierno está dejando en ridículo todo lo que se habló antes de que gane. Tres meses dan una pauta de cómo va la mano. Si un gobierno va a ser diferente, tiene que dar una patada al inicio para remover todo.

Santiago Alfaro

En cuanto a determinadas decisiones en políticas públicas sí ha habido coherencia. Se ha logrado la nueva modalidad de recaudación tributaria en el campo de las industrias extractivas; se promulgó y promovió la Ley de Consulta Previa; y se ha buscado, más allá de que pueda haber habido aquí improvisación, una mayor cercanía a la población. Por eso Abugattas insistió tanto en hacer esa sesión descentralizada, que fue muy desorganizada y que, creo, no va a tener mayor efecto práctico; pero sí me parece que fue importante en tanto demostró una mayor predisposición, en este caso del Congreso y en general del Gobierno, a ser más representativos y llegar a la población de manera más directa.

Lo que quizá no ha resultado coherente han sido determinados nombramientos; tal vez se pudo designar un Ministro de Economía más cercano al plan de gobierno, como Kurt Burneo. Pero finalmente se optó por no crear fuentes de conflicto con los sectores de poder económico, y por eso se puso a Castilla. Más que incoherencia, lo que veo es una estrategia política. Y, finalmente, una respuesta a esa demanda por mantener un equilibrio entre la macroeconomía y los procesos de inclusión social.

El gran problema que deberá enfrentar el Gobierno es la precariedad del Estado. Nuestro Estado es más chico que la sociedad, y lo que demanda la población es que el Estado crezca, que haya mayores y mejores servicios públicos. Eso es algo que está presente en el discurso oficial, pero que va a ser un reto y no hay seguridad de que se cumpla. El caso más concreto es el de la Ley de Consulta Previa. El punto de partida es haber aprobado la Ley, y eso está bien, pero para poder implementarla se necesita dotar de una burocracia con capacidad técnica y operativa al Vice Ministerio de Interculturalidad. Eso, a su vez, requiere mayor presupuesto. Por lo menos hasta ahora, no se ha demostrado que el próximo año el Ministerio de Cultura ni ese Vice Ministerio vayan a contar con los recursos suficientes como para implementar una ley de ese calibre. Se requiere movilizar un aparato público bastante amplio para garantizar que todas las poblaciones puedan ejercer el derecho a ser consultadas. Todavía no hay señales claras de que se va a lograr poner en práctica esta Ley.

Jacqueline Fowks

La posición de cabeza del Consejo de Seguridad hasta ahora no ha resultado en nada específico. Hemos visto el caso de Oyarce y no apreciamos que ese Consejo haya tenido una respuesta rápida. El que se ha movilizado es otro grupo diferente.

El traslado de los congresistas a Ica fue para cumplir la promesa de reconstruir en plazo breve esa ciudad.

Y lo del gravamen minero fue algo que se esperaba hace ya mucho tiempo; era una de sus principales promesas de campaña, y se sabía que apenas fue electo inició negociaciones con representantes del gremio minero y que se estaba trabajando en eso.

Esto lo veo como el cumplimiento de algunas promesas importantes, no como una señal de una política clara de largo plazo. Es más como asfaltar su camino de credibilidad.

Las medidas sobre seguridad y los discursos implacables no son nuevos. ¿Qué deberá hacer el Ejecutivo para que esta vez las buenas intenciones no caigan en saco roto?

Eduardo Adrianzén

El tema violencia cruza muchos factores. Empieza por un asunto de falta de oportunidades. Que los pitucos maten gente tampoco es nuevo. La violencia no es algo que brota de repente; es un producto de una serie de conductas que viene de mucho tiempo atrás.

Se le deja el problema al lado más frágil de la pita, la Policía, el tombo. Ésta debe sentir que la van a respaldar. Lo que pasa también es que cuando el policía se enfrenta a alguien ‘inferior’ se le va la mano y abusa. Eso es típico. Y cuando tiene que enfrentar a alguien superior, se baja. Volvemos a las raíces. Nuestro país es virreinal,  un país de castas, y el policía pertenece a una de ellas. Todo esto pone en evidencia cómo funciona mentalmente la sociedad peruana: como en el Virreinato.

Santiago Alfaro
En Seguridad el primer paso es demostrar liderazgo, que es lo que ha hecho el Presidente al conformar una Comisión Intergubernamental.

También se necesita un mejor presupuesto y una mayor operatividad por parte del Ministerio del Interior. Creo que la sensación de inseguridad está dando el espacio a muchos para reclamar que las Fuerzas Armadas cumplan un rol más protagonistico en ese campo, cuando lo que se necesita es una mejor Policía. Y en esa área, en cuanto a reforma del Estado, en el Ministerio del Interior no se ven aún medidas apropiadas.

Hasta este momento creo que las políticas de seguridad han sido más efectistas y no tan concretas. Por eso está en duda su viabilidad a largo plazo.

Jacqueline Fowks

Para mí es igual que a alguien le den 20 años de pena o cadena perpetua, porque si al final no hay investigación, no hay fiscalización, no hay proceso judicial, no se va a tener a quién ponerle esas penas.

Los discursos de ‘mano dura’ son como una reacción para pasar un momento en el que hay mucha atención del público y los medios. Eso no va a resolver el problema de fondo: que la Policía debería funcionar de otra manera. Esto es bastante peor fuera de Lima, donde hay conflictos sociales entre industrias extractivas y comunidades. El problema de fondo también es de eficacia del Estado y de incremento de años de sanción.
Pero falta un plan estratégico que no se reduzca a la represión. Se requieren políticas de convivencia que demandan también una actuación del Ministerio de Cultura, que es un área que no se había tomado en cuenta antes.Existen crímenes simbólicos a los que los medios dan mayor cobertura por distintas razones. Son simbólicos porque representan muchos otros. El caso del Estadio Monumental es espantoso pero no es el único. En barrios populares matan a un pandillero cada semana, calculo. La violencia está por todas partes. En Trujillo está habiendo crímenes espantosos. Basarnos en los crímenes simbólicos da como una vitrina, pero eso es más viejo que el tango.

No hay un trabajo serio con la Policía. Las normas y la penalización de los delitos ya están. Pero no hay quién las haga cumplir. ¿Quiénes tendrían que hacerlo? La Policía, el Ministerio Público, los propios clubes de fútbol. Hay un montón de responsabilidades repartidas que no se cumplen a pesar de que la norma ya está ahí.

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