miércoles, 31 de octubre de 2012

Perú: La Nueva Minería: Hoja de Ruta


Por César Gamboa*

Han pasado ya más de un mes y ha pasado un poco desapercibido el Informe de la Comisión Multisectorial que propone una “Nueva Minería” en base a criterios de sostenibilidad y equidad.

Si bien es cierto hay elementos muy genéricos, quizás hasta imprecisos, lo cierto es que son un conjunto de recomendaciones y medidas que son el término inicial para mejorar la gestión ambiental y social de las inversiones en el país.

Si hacemos una lectura crítica del informe, podría decirse que es una agenda correctora y mejorada de lo que se esperaba de este modelo, sin intentar cambiarlo. Sin embargo, si se llegan a cumplir algunos extremos e implementar estas recomendaciones, probablemente estaríamos hablando de una mejora sustancial de la gestión ambiental.

El informe tiene 4 ejes y destacan 5 puntos esenciales donde se abordan cambios a la gestión ambiental:

1. Desarrollar instrumentos de planificación del territorio y del recurso hídrico;

2. Mejora de la calidad ambiental (completar la aprobación del ECA suelo y demás LMP para las actividades extractivas);

3. Mejorar la aprobación de los estudios de impacto ambiental y su institucionalidad (creación del SENACE);

4. Fortalecer la fiscalización ambiental y social de las inversiones; y

5. Creación del mecanismo de la rendición ambiental (Informe de Desempeño Ambiental).

Mecanismos interesantes y nuevos se proponen en el Informe (protocolo preventivo de conflicto social o plan de inclusión social), sin embargo, se adolece de una mayor contundencia en señalar la actualización de los reglamentos ambientales sectoriales, lo cual se debió dar hace más de dos años, no solo el agrario o de vivienda, sino todos los sectores.

Además, sorprenden las ausencias en el informe que le restan integralidad y un alcance más ambicioso para terminar de nombrarlo como una nueva relación con el ambiente:

1. Revisión del sistema de concesiones y su impacto ambiental en ecosistemas frágiles;

2. Los próximos pasos de la lucha contra la minería ilegal;

3. La definición de competencias ambientales de gobiernos regionales y locales en la aprobación de EIAs; y

4. Promoción mucho más clara de las Evaluaciones Ambientales Estratégicas sectoriales y por niveles de gobierno.
Debemos proponer un debate nacional sobre los términos del informe e ir más allá del mismo. Lastimosamente no existe una hoja de ruta para este debate, transparente y participativo, plazos o términos reales de cumplimiento y ese es el primer paso que debería dar el Gobierno.

* César Gamboa Balbín es Director de Políticas de la asociación Derecho Ambiente y Recursos Naturales (DAR).

Educación: ¿Por qué Finlandia tiene el mejor sistema educativo del mundo?



Finlandia tiene algo que enseñar al mundo: cómo enseñar. El sistema educativo del país nórdico es el mejor del planeta según los últimos informes PISA. Tony Wagner, experto en innovación en educación, viajó a Finlandia el pasado mayo para descubrir las claves del éxito de este sistema educativo y descubrió algo revolucionario: la educación se basa en la confianza, la transparencia, el respeto y en enseñar a pensar en vez de memorizar.

Está claro que la educación es mucho más que una colección de conocimientos. Pero lo que no era tan obvio hasta ahora era que un sistema educativo eficaz se sustenta en la confianza. En Finlandia, la comunidad confía en los colegios, la población confía en los profesores y los maestros confían en los alumnos.

“Los políticos, los pedagogos, los empresarios, los estudiantes… Todos saben que la educación es el principal recurso del país para competir en el mercado internacional y para construir una ciudadanía cívica”, dice Wagner en ‘The Finland Phenomenon: Inside The World’s Most Surprising School System’, el documental que presentó ayer en Madrid como inauguración del Global Education Forum 2011.

“Hace unos años el sistema estaba mucho más centralizado pero descubrieron que los resultados eran mejores si cedían más poder y autonomía a los colegios”, comentó Wagner. Esa es una muestra de la confianza de la población en el sistema.

Cada colegio tiene autonomía para organizar su programa de estudios. La planificación educativa es consensuada entre los profesores y los alumnos. Los adolescentes dan su opinión sobre las propuestas de los docentes, informan de sus intereses y participan en la organización del curso. Un hecho que Wagner atribuye a un sistema basado en la transparencia.

La participación de los estudiantes garantiza que se incluyan los temas y las herramientas educativas que les motivan. En las clases de Finlandia se proyectan vídeos de YouTube, se preparan temas investigando en Wikipedia o Facebook, utilizan cómics y escuchan música… No existe una vida dentro del aula diferente a la vida detrás de sus puertas, y la tecnología, igual que ocurre en sus casas, se utiliza a menudo en clase.

La autonomía de los colegios se enmarca dentro de un sistema en el que la educación se concibe como algo gratuito e igual para todos. Los niños tienen acceso a centros de enseñanza similares y no pagan por el material. Los colegios proporcionan libros, ordenadores e incluso la comida.

Los profesores en Finlandia son muy respetados y, según un experto entrevistado en el documental, “gozan de una gran reputación”. Para llegar a ser docente es necesario cursar tres años de licenciatura y dos años de máster. El acceso requiere una nota elevada y una prueba de selección. En el último año, por ejemplo, de 1.600 solicitudes destinadas a cursar los estudios para formar parte del profesorado solo pasaron las pruebas el 10%.

“Los profesores no solo enseñan materias en los colegios. En nuestro pueblo a menudo vamos a pedirles consejos sobre todo tipo de asuntos”, cuenta un finlandés en el documental. El respeto hacia el profesor en ese país parece haber encontrado el equilibrio entre la obediencia ciega que se profesa en Oriente y la falta de consideración que se observa a menudo en algunos países occidentales.

“La comunidad confía en los profesores porque saben que han sido muy bien preparados. Los alumnos con mejores resultados son los únicos que pueden acceder a la docencia”, asegura Wagner.

Los profesores, además, aman realmente su trabajo. “Explican de forma divertida y con mucha vitalidad”, asegura un entrevistado en el documental. Han pasado varias pruebas y una formación exigente hasta conseguir su puesto de trabajo y, según comenta Wagner en el documental, los maestros finlandeses desarrollan su actividad hasta la jubilación.

En otros países, como EEUU, una investigación reciente revelaba que, siguiendo las tendencias actuales, el 80% de los profesores habrán cambiado de profesión en cinco años. Además, “los finlandeses reciben coaching durante toda su carrera profesional para realizar su trabajo cada vez mejor”, indicó Wagner. Los profesores saben que tienen que innovar todos los días en clase”.

La relación de confianza cierra el círculo en Finlandia. La comunidad y los alumnos confían en los profesores, y los profesores confían en los alumnos. Durante las horas lectivas los profesores se ausentan del aula, cuando lo consideran oportuno, para que los adolescentes trabajen solos en sus proyectos. No conciben un sistema de control y tampoco es necesario. “Las personas se comportan mejor y consiguen mejores resultados cuando se encuentran en un entorno de confianza. Cuando solo hay quejas se convierte en un sistema enfermo”, asegura Wagner.

Los adolescentes conocen bien la importancia de la educación y desde muy jóvenes pueden elegir si quieren estudiar la ‘educación general’ (la que prepara para ir a la universidad) o la ‘vocacional‘ (formación técnica para un oficio). “Los estudiantes están muy motivados y por eso están tan bien educados”, dice una profesora en el documental.

La enseñanza en Finlandia no se reserva solo al colegio. De hecho, la enseñanza obligatoria comienza a los 7 años y los niños tienen menos horas lectivas que en otros países. “En casa es donde empiezan a aprender la lengua y a socializarse”, dice el estadounidense. “En el colegio la socialización sigue siendo muy importante. La relación con el profesor es fundamental y resulta muy cercana porque no hay más de 20 alumnos por clase. El número de matriculados en un colegio también es muy reducido. No vi ningún centro con más de 500 niños”.

La metodología ha abandonado las memorizaciones típicas del sistema educativo de la Ilustración y hace énfasis en el “desarrollo de la curiosidad, la creatividad, la experimentación… No es una cuestión de transmitir información. Para los finlandeses es más importante aprender a pensar que aprender a repetir”, comentó Wagner.

La versión práctica de este método de enseñanza se manifiesta, por ejemplo, en realizar proyectos basados en crear una empresa. Los alumnos se organizan por grupos para aprender a trabajar en equipo e incluso pasan una noche durmiendo juntos. “Esto hace que el grupo funcione mejor. Nos conocemos más y aprendemos a convivir”, comentaba un estudiante en el documental. “Esto nos hace ver que tú solo no puedes hacerlo todo. Tenemos que colaborar”.

El Señor del Reciclaje: El Retorno de Envases

A los medios sólo les interesa las consecuencias del huracán Sandy en EE.UU., así quedó Cuba, Jamaica y Haiti





martes, 30 de octubre de 2012

América Latina: ¿Se multiplicarán por veinte los conflictos provocados por la minería?

 

- Al 2020 se proyecta una inversión de US$ 320,000 millones de dólares en la región, veinte veces más de lo que se ha invertido en una década.

Mayor inversión minera y conflictividad social, un Estado debilitado que sobrepone la actividad extractiva a la protección ambiental, la oposición de la sociedad civil a un proyecto extractivo y el crecimiento de la inversión minera fueron algunos de los temas discutidos en el foro: 15 años de extractivismo en el Perú y América Latina organizado por los quince años de CooperAcción.

Marco Arana, una de las cabezas visibles del conflicto Conga; Juan Carlos Sueiro, especialista en el sector pesquero; César Padilla del Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina (OCMAL); Eduardo Gudynas de Centro Latinoamericano de Ecología Social (Claes) y José De Echave, ex viceministro del Ambiente y experto en temas mineros de Cooperacción expresaron su preocupación ante el inminente crecimiento del sector extractivo en el país y en América Latina.

El deber del ministro del Ambiente

“El deber del ministro del Ambiente no es preocuparse de la generación de empleo o del rédito exportador. Su trabajo es preocuparse por las condiciones ambientales” respondió enfático, el uruguayo Eduardo Gudynas, del Claes, al ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, para quien “salir del extractivismo no tiene sentido”.

Gudynas mostró su preocupación frente a la tendencia en los ministros del ambiente de la región: la confusión de funciones y la prioridad a las inversiones sobre la protección del ambiente.

“Lo vimos en la administración Lula, en Brasil –dice Gudynas- que cambiaba ministros del ambiente hasta conseguir la firma para las evaluaciones de impacto ambiental de los proyectos mineros.”

El investigador es consciente de lo difícil que es decirle no a la minería dado el crecimiento del precio de los metales. Sin embargo, se pregunta ¿cuáles son las opciones? Frente al  daño inminente que acarrea la actividad minera los gobiernos deben mantener una  ética ambiental.

“El extractivismo de hoy es depredador, tiene un alto impacto social y ambiental. Es un extrativismo violento con muerte de personas y daños graves al ambiente. El rol de las políticas públicas es cada vez más complicado y necesita una reflexión desde lo social” concluyó el experto.

Conflictividad regional

El grado de conflictividad que genera la actividad minera se refleja en las cifras del Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina (OCMAL) que reporta 165 conflictos localizados en la región.

Perú encabeza la lista con 28, le siguen Argentina y Chile con 25, Brasil con 21, Colombia con 16 y al menos 40 noticias sobre conflictos mineros son reportadas semanalmente en el sitio web del observatorio http://www.conflictosmineros.net/home.

El chileno, César Padilla, coordinador de la OCMAL, afirma que el periodo de tolerancia frente a la minería en los países de la región ha terminado.“Hubo un periodo de tolerancia pero la tendencia es que cada nuevo proyecto minero vaya acompañado de un conflicto en el corto plazo”.

“Es que todo ese discurso de que la minería es sinónimo de desarrollo, que es dinero, que respeta a las comunidades, resultó falsa. Ya nadie le cree a las empresas mineras” sostiene Padilla.

Cuando Yanacocha dice: “les vamos a vaciar las lagunas y les vamos a construir otras”, nadie les cree, afirma Padilla. “Por más esfuerzos que hagan sus departamentos de responsabilidad social, por más certificaciones que busquen las mineras, ya nadie les cree… Ahora las mineras están buscando la certificación de minería sin conflictos”, dice Padilla.

Proyección de inversiones y conflictos

América Latina se ha convertido en la región más importante del mundo para atraer inversiones en minería. La cifra récord con miras al 2020 es de US$ 320,000 millones de dólares. Perú proyecta US$ 60,000 millones y en Chile, US$ 100,000 millones.

El monto previsto es el más importante y significativo que haya registrado algún sector económico en Latinoamérica y la cifra es veinte veces más de lo que se ha invertido en una década.

Las proyecciones económicas no vienen acompañados de una mirada global, como el territorial, ambiental y social.  ¿Cuántos Conga, cuántos Pascua Lama* nos espera? Nos espera una conflictividad multiplicada por veinte. ¿Cómo actuarán los Estado? ¿Con más estigmatizaciones, uso desmedido de fuerza, más muertes?”, se pregunta Padilla.

La llegada de los flujos de inversión a América Latina se viene dando en un escenario sustantivamente distinto al de décadas pasadas señala José de Echave.

Una tendencia a tomar en cuenta en relación con la minería es la multiplicación de los conflictos sociales y como han girado, en los años 80 y 90 en los países con mayor presencia minera los principales actores del conflicto eran los sindicatos de trabajadores.

Es evidente que en los últimos quince años, los conflictos tienen como protagonistas a las empresas mineras y a las comunidades de las zonas de influencia. “Hoy, los conflictos no solo son de resistencia sino que cuestionan las políticas públicas que están detrás de la minería”, dice De Echave.

Conflicto Conga

Después de 20 años de megaminería en la región, Marco Arana subraya la transformación territorial, económica y social que minería está generando en la zona.

“La desgracia de Cajamarca -dice Arana- es que las concesiones mineras se ubiquen sobre los páramos, zona de importancia hídrica de la región y que conforman un 23.60% del territorio”. Hay que resaltar que además del proyecto Conga, otras seis concesiones mineras: La Zanja, Tantahuatay, Shahuindo, Michiquillay, Galeno y Cerro Corona, amenazan los páramos.

Arana dijo que las muertes de Conga pudieron evitarse pues desde el 2004, diversas organizaciones sociales de la región manifestaron su desacuerdo con el proyecto ante las autoridades sin recibir respuesta.

Al 2011, luego de que la municipalidad regional mediante la Ordenanza 036 declarara inviable Conga, el conflicto estalló con los resultados lamentables este año.

El proyecto Yanacocha que está a 14 kilómetros de la ciudad, pone en riesgo 34 hectáreas de lagunas, 260 hectáreas de bofedales, 17 mil has de pajonales, 682 manantiales. Generará una gran afectación del ecosistema hídrico y zonas de recarga del sistema hídrico subterráneo de la región.

“No hay que olvidar que Cajamarca es el tercer productor de lácteos, el primer productor de lenteja y arveja del país, que el 68% es rural y se dedica a la actividad agropecuaria. No es un departamento eminentemente minero, a pesar de la cantidad de concesiones”, finaliza Arana.

* Pascua Lama es un proyecto de la minera Barrick Gold de fuerte oposición en Chile.

Perú: Paradojas de un país megadiverso


Por Payo Pauch

El Perú es un país privilegiado por la naturaleza, posee 84 zonas de vida de las 104 zonas a nivel mundial, 11 ecorregiones, una rica y variada flora y fauna, 28 climas de los 35 identificados en el planeta, 1.700 glaciares tropicales que son el 70 por ciento de los glaciares tropicales del mundo, con más de 12 mil lagos y mil ríos, con extensos y ubérrimos bosques amazónicos, un mar generoso por su riqueza ictiológica, con los andes peruanos como uno de los ocho centros mundiales de origen de la agricultura, entre otras riquezas biológicas y naturales del país.

Además de esta mega diversidad de ecosistemas, genes, especies de plantas y animales, también nos caracteriza nuestra pluralidad cultural, herederos de diferentes culturas precolombinas, las culturas quechua, aymara, así como de la influencia de las culturas hispana, árabe, china, africana, japonesa, italiana, somos consecuencia de diferentes legados culturales.

Existe en la actualidad, 14 familias lingüísticas con aproximadamente 60 pueblos originarios amazónicos y andinos, los cuales aprovechan y conservan su entorno, adaptándose a la compleja heterogeneidad de sus ecosistemas, gracias a la organización solidaria y de reciprocidad, caracterizada por el respeto al medio ambiente y su diversidad de cultivos nativos que son la despensa y seguridad alimentaria del país.

Por otro lado, el país se encuentra geográficamente desarticulado, económicamente fragmentado y socialmente excluyente. Con una inadecuada distribución de la población, con el 60 por ciento asentada en la costa, con regiones poco desarrolladas, con altos niveles de pobreza y desigualdad económica, donde las diferencias entre ricos y pobres son muy grandes.

Ante una costa privilegiada por el centralismo y las inversiones empresariales, especialmente por la agro exportación excluyente y la pesca sobredimensionada; tenemos una sierra postergada y desdeñada, cuya actividad agropecuaria languidece, con cultivos andinos en proceso de extinción, además de una minería depredadora sin responsabilidad social; una selva explotada y lotizada por diferentes concesiones leoninas (petroleo, minería, gas, madera etc.).

Teniendo el país que afrontar un grave proceso de desequilibrio medioambiental y pérdida de su biodiversidad: deforestación, contaminación del agua, sobreexplotación del mar, extractivismo voraz, desertificación, erosión de suelos, crecimiento urbano desordenado, entre otros.

No olvidemos que el Perú, frente a los riesgos del cambio climático, es uno de los tres países más vulnerables a nivel mundial, junto a Honduras y Bangladesh. Siendo propenso a eventos severos como sequías, inundaciones, heladas, huaicos etc. con fuertes impactos socioeconómicos, especialmente en la población más vulnerable del país.

Asimismo, en diferentes foros y debates hemos escuchado sostener que el Perú es un país minero, otros afirman que es forestal, agrícola, pesquero, de acuerdo a los intereses económicos o empresariales.

Somos un país diverso, pluriproductor; y el querer sobredimensionar un determinado recurso como la mayor riqueza del país, es negar o subestimar la importancia y desarrollo de otros recursos potenciales que para ser transformados y productivos, requieren de la ciencia, tecnología e innovación que conlleve a su industrialización.

Así como un Estado que priorice los intereses nacionales y el respeto a la naturaleza, con inversiones públicas y privadas que beneficien a la mayoría de los peruanos y no solamente a una minoría capitalista empresarial. Así dejaremos de ser solamente un país exportador de materias primas, sin valor agregado, con crecimiento económico, pero sin desarrollo multidimensional (educación, salud, seguridad, institucionalidad etc.).

Es lamentable que el actual gobierno, no tenga la voluntad política por tomar en serio el desarrollo sostenible del país; o remediar por lo menos los problemas ambientales que nos aquejan. Su miopía cortoplacista y neoliberal, se manifiesta en el Ministerio del Ambiente sumido en un estado de marasmo legislativo y de gestión ambiental: no fiscaliza, no controla, no protege ni preserva, siendo notorio la presencia de intereses económicos.

Por lo que urge una política de ordenamiento territorial en el país, para establecer los usos, ocupación, transformación y gestión del territorio, desde una visión integral, que oriente y ordene las inversiones o intervenciones públicas y privadas. El ordenamiento territorial no solamente es un instrumento clave de prevención de conflictos sociales, sino también un ente gestor del desarrollo sostenible del país.

A partir de la información veraz y permanente, la consulta previa y la participación de los actores sociales, podremos consensuar una adecuada formulación e implementación legislativa, ágil y descentralista del reordenamiento territorial. Solo así evitaremos la ocupación de zonas de riesgo, superposición a áreas naturales protegidas, de territorios de pueblos indígenas, pérdida de recursos naturales, degradación ambiental, entre otros.

Es necesaria e indispensable la dación de una Ley de Reordenamiento Territorial. No esperemos que el Perú se convierta en un país ecológicamente insostenible, con un patrón energético altamente contaminante y una sociedad urbana inviable, controlado y gobernado por un capitalismo salvaje.

PD: ¿Es tan fácil caminar con la derecha, después de haber sido elegido con la izquierda?… la historia y el pueblo lo juzgarán.

Biohuerto en un metro cuadrado

Perú: InterCLIMA: especialistas y funcionarios debaten sobre el cambio climático


Del 29 al 31 de octubre, el Ministerio del Ambiente (Minam) realizará InterCLIMA, un encuentro anual de especialistas, funcionarios y tomadores de decisiones que abordarán el tema del cambio climático y su relación con los desastres naturales en nuestro país.

Este año, los temas priorizados serán: Enfoques para implementar la adaptación, Metodologías y herramientas para el análisis de vulnerabilidad y adaptación, monitoreo de impactos, Institucionalidad de Cambio Climático en los distintos niveles de Gobierno y Financiamiento para la adaptación.

InterCLIMA, es un espacio anual de encuentro, intercambio y reporte para la gestión del cambio climático. Es una iniciativa liderada por el Minam, que responde a la necesidad de contar con un reporte anual actualizado sobre los avances, desafíos, prioridades y orientaciones de la gestión del cambio climático en el país.

Se espera que este foro facilite la articulación de iniciativas, el intercambio de experiencias y la gestión de conocimiento entre distintos niveles de gobierno y los diferentes actores. Asimismo, se espera que contribuya a conocer el nivel de avance en la implementación de la Estrategia Nacional de Cambio Climático, y genere insumos para las Comunicaciones Nacionales sobre cambio climático.

El evento contará con espacios de participación para que las regiones muestren sus avances en la gestión del riesgo climático en sus territorios. Uno de estos espacios es la “Feria de experiencias regionales”, en la cual se espera la participación activa de las regiones a través de la identificación de los avances, desafíos, oportunidades, prioridades y orientaciones en la gestión del cambio climático.

El evento será transmitido en vivo a través de la página web del InterCLIMA: http://interclima.minam.gob.pe

Los siguen matando



Recientemente se han cumplido 520 años de la llegada de occidente al continente americano. Ese día ha sido bautizado con multitud de nombres dependiendo de la mayor o menor intencionalidad política. Así, cuando ésta trataba de extender el orgullo de la conquista, hablaba abiertamente del Día de la Raza o de la Hispanidad. Cuando, pasando los años, daba un cierto sonrojo lo anterior, se pasó a definir como Encuentro de Culturas y otros eufemismos que igualmente ocultaban un abierto regocijo por lo que se consideraba magna obra civilizatoria hispana sobre pueblos salvajes. De una u otra forma, tanto unos como otros epítetos para ese día ocultaban permanentemente la existencia, todavía hoy, de pueblos indígenas descendientes directos de aquellas otras civilizaciones que se trataron de eliminar. Así, presentaban la realidad americana como el resultado natural de un proceso de mestizaje homogenizante de pueblos y culturas. Sin embargo, estos pueblos indígenas, aquellos que no habían desaparecido a pesar del duro proceso colonial, y que hoy todavía viven, sonríen y luchan por sus derechos como personas y pueblos, simplemente dicen que no hay nada que celebrar.

Pero, a pesar de todo lo vivido durante estos siglos, todavía hay una constante que se alarga durante todo este tiempo. A los pueblos indígenas, a hombres y mujeres diferentes a la civilización dominante, los siguen maltratando, los robando sus tierras y los siguen asesinando. Estos pueblos siguen poniendo, hoy como ayer, los muertos sobre la mesa en ese permanente conflicto abierto hace más de 500 años contra ellos. Desde el extremo sur hasta el norte del continente, siguen siendo diana de las balas, siguen siendo el centro escogido de la represión más brutal. Es un dudoso lugar de honor que ocupan junto con otro colectivo humano como son las mujeres, en este caso tanto indígenas como no indígenas, y que siguen siendo también centro de las violencias machistas que se resisten a desaparecer. Y tanto una situación como otra siguen ocurriendo en América, aunque también en otras formas en Europa. África o Asia.

En los territorios del sur del continente americano, casi en su extremo, el pueblo mapuche sufre la represión y pone muertos, además de prisioneros políticos que se abocan hacia la muerte mediante huelgas de hambre como única forma de protesta contra las injusticias. Defienden sus tierras de transnacionales hidroeléctricas y madereras y ante hacendados privilegiados por los gobiernos de turno; unos y otros llevan décadas robando los recursos naturales de las comunidades, aquellas que los guardaron durante cientos de años. Se niegan a reconocerse como campesinos y a renunciar a su dignidad como pueblo que hasta hace poco más de un siglo dominaba el sur del continente y hoy se ve abocado a perder los últimos pedazos de su territorio.

En Colombia, los pueblos indígenas siguen poniendo los muertos en la lucha entre el ejército, paramilitares y las guerrillas. En los últimos meses, nuevamente ganaron un pequeño espacio en algunos medios de comunicación internacionales pues, cansados de ser asesinados, osaron expulsar a los actores armados de sus territorios, en especial al ejército, en el departamento del Cauca. Reivindicaban derechos reconocidos por el derecho internacional, pero también por la legislación colombiana y nunca aplicados por ésta, sino continuamente violados; derecho al territorio, derecho a la vida, derecho a la dignidad como personas y como pueblos. Pareciera que todos los poderes políticos y económicos pensaran que los derechos indígenas están bien para rubricarlos en la ley y ganar un reconocimiento internacional, pero son derechos que no obligan a ser cumplidos. Esperemos que la nueva etapa abierta en Colombia de negociaciones entre la guerrilla y el gobierno suponga que los pueblos indígenas, una vez más, no sean ignorados y todos, indígenas y no indígenas, campesinos, mujeres…, caminen hacia la paz, pero una paz justa para todos y todas, incluyendo a estos pueblos.

Guatemala concluyó en 1996 cuarenta años de guerra civil con la firma de los Acuerdos de Paz. Entre éstos, uno de los más importantes era el reconocimiento de derechos de los pueblos indígenas. Acuerdo firmado, acuerdo ignorado por los sucesivos gobiernos guatemaltecos. Y hoy el fantasma de la muerte continua se abate una vez más sobre el pueblo maya.

Llegaron las transnacionales mineras, hidroeléctricas, petroleras… a los territorios indígenas y pensaron que, con el respaldo abierto de los distintos gobiernos, el territorio estaba abierto a la plena explotación, al expolio, sin considerar que en esas tierras viven personas desde hace miles de años. Pero los pueblos recuperan su dignidad y procesos de lucha y se oponen, poniendo en práctica la protesta, pero también la democracia participativa a través de las consultas comunitarias en las que toda la población de una zona determinada participa y decide si permite la entrada de transnacionales en su territorio. La oposición masiva de los pueblos mayas a la destrucción de la tierra y de sus modos de vida trae, una vez más, la dura respuesta de los poderes políticos y económicos del país, con el respaldo de ciertos poderes internacionales. Desde entonces los asesinatos selectivos de dirigentes, las amenazas continuas y la represión abierta contra los pueblos se va haciendo nuevamente cotidiana. El pueblo maya recuerda las aldeas arrasadas, las mujeres violadas, los cientos de miles de muertos y exiliados en los años de la guerra civil. Hoy el drama no solo no se ha cerrado por el incumplimiento de los Acuerdos de Paz, sino que continúa y se reaviva. El día 4 de octubre, a unos días de ese día 12 del mismo mes, ante la protesta masiva de la población en Totonicapán, a convocatoria de sus autoridades, 8 indígenas fueron asesinados y decenas heridos. El gobierno en un primer momento negó su responsabilidad e incluso argumentó que ni policía ni ejército tenían armas de fuego. Sin embargo, las nuevas tecnologías permitieron que en minutos corrieran por las redes sociales fotografías de elementos del ejército guatemalteco armado de fusiles de asalto y disparando contra la población. El delito en esta ocasión: la protesta contra el alza del precio de la energía eléctrica, para una población que vive en la pobreza; también la oposición a las reformas constitucionales que el gobierno guatemalteco quiere aprobar y que suponen, entre otras medidas, el recorte de las atribuciones de las autoridades tradicionales en la impartición de la justicia. Claro que el gobierno del presidente (general retirado) Otto Pérez Molina sabe perfectamente cómo tratar estas situaciones, por algo su lema de campaña era “mano dura” y él mismo fue militar en activo durante los años del llamado genocidio maya.

Los casos citados, así como otros muchos que se siguen dando en diferentes países del continente americano, avalan la decisión del movimiento indígena continental por la no celebración del 12 de octubre. Pero también demuestran, con la crudeza del título de este escrito que, 520 años después del inicio del genocidio, por intereses políticos y económicos ajenos a ellos, a los pueblos indígenas se les sigue matando y resulta barato pues, ni antes ni ahora, parece que habrá responsables que paguen por estos crímenes.

lunes, 29 de octubre de 2012

Mundo: “Europa cerrada”… Carta de un africano ilustrado


Compartimos con ustedes una presentación con hermosas imágenes elaborada en base a la Carta anónima de un africano ilustrado, titulada: Europa cerrada. La hemos recibido de una lectora y seríamos egoístas si no la compartimos.

Perú: Miguel Palacín retoma la presidencia de la Conacami


Miguel Palacín Quispe retomó la presidencia de la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (Conacami) tras una reñida elección donde se impuso por escasos seis votos (61 contra 55) a la lista encabezada por el joven Rodrigo Carpio.

Jorge Spelucín (Cajamarca), quien postuló como vicepresidente por la lista de Rodrigo Carpio, reconoció la victoria de Palacín y remarcó que finalmente Conacami son todos y no solo los dirigentes.

“Tenemos que vigilar y exigir que se cumpla con los acuerdos y compromisos, ver si se va, pueblo por pueblo, a impulsar la lucha”, afirmó.

El líder Wilfredo Saavedra, presidente del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca, asistió como delegado fraterno y señaló que en su opinión “la elección fue democrática”.

Miguel Palacín señaló que se postuló al cargo de presidente “en respuesta a la demanda de las bases y a la necesidad de enrumbar la organización”.

Sostuvo que en su nueva gestión trabajará en la reorganización de las bases, el fortalecimiento de la institucionalidad, atender y seguir el tema de la criminalización de los dirigentes y trabajar en la reforma estatutaria.

Explicó que lo que hará ahora es ir a las propias bases, a renovar los consejos directivos. Sobre los proyectos mineros dijo que es necesario hacer un mapeo general y estar atentos a las nuevas empresas que van entrar, chinas sobre todo.

Por su parte Nora Melchor, nueva vicepresidenta de Conacami, destacó el trabajo a realizar en adelante como es trabajar con la mujer, que es la más golpeada por las actividades extractivas, trabajar en los derechos de los pueblos originarios y en la interculturalidad de los pueblos, expresó.

La elección no estuvo exenta de cuestionamientos. La más visible fue la objeción de algunos asistentes a los miembros de la delegación de Huancavelica, que según Pablo Salas Charca -por ejemplo- “parecían estudiantes de secundaria y no creo que representen a ninguna comunidad”. “Habrían respondido a los intereses de Palacín” indicó.

Rodrigo Carpio llevaba en su lista a Juan Navarro, Jorge Spelucin, Felipe Cortez, Milton Sánchez, Pablo Salas, entre otros.

El evento que culminó alredor de las 7 de la noche de ayer eligió al consejo directivo conformado de la siguiente manera:
  • Presidente: Miguel Palacín Quispe (Pasco).
  • Vicepresidente: Nora Melchor (Tacna).
  • Secretario de Defensa de Tierras y Aguas: Víctor Rodríguez Laurent (Ancash).
  • Secretario de Desarrollo Institucional: Julio López Pinto (Arequipa).
  • Secretario de Vigilancia Ambiental: Luis Siveroni Morales (Moquegua).
  • Secretario de Actas y Archivos: Máximo Cusi / Roberto Martínez (por confirmar)
  • Secretario de Economía y Planificación: Tomás Grados Navarro (Lima).
  • Secretaria de la Mujer y Juventud: Cinthya Anaya Córdova.
  • Secretaria de Relaciones Exteriores: Elías Días Guerra (Pasco).
  • Secretario de Capacitación y Cultura: Peter Moreno.
  • Secretaria de Prensa y Propaganda: Victoria Santa Cruz.
  • Secretaria de Derechos Humanos: Alvino Páucar.

Agrotóxicos

Arequipa: Debate sobre el indulto a Fujimori

domingo, 28 de octubre de 2012

¡Lágrimas de cocodrilo!



“La memoria del poder no recuerda, bendice. Ella justifica la perpetuación del privilegio por derecho de herencia,
otorga impunidad a los crímenes de los que mandan y proporciona coartadas a su discurso,
que miente con admirable sinceridad”.

Eduardo Galeano

El 12 de octubre cuando algunos celebraban el ignominioso “Día de la Raza” o el mal llamado “Descubrimiento de América”, Juan Manuel Santos les pidió perdón a los indígenas que fueron victimas del etnocidio cauchero, que se llevó a cabo desde finales del siglo XIX y prosiguió durante las primeras décadas del siglo XX por parte de aventureros de varios países de la cuenca amazónica, auspiciados por capitalistas de Inglaterra [1] . A propósito de ese hecho, en este artículo se analizan algunos aspectos relacionados con el (ab)uso de la memoria.

ETNOCIDIO CAUCHERO AYER, GENOCIDIO MINERO HOY

Ayer….

“Todas las naciones hicieron algo para exterminar a la población indígena: Colombia los abandonó, Perú fue cerebro y cómplice del holocausto, Inglaterra lo financió y Brasil desplazó a los indígenas para trabajar en las plantaciones de caucho” [2] .

En los últimos cinco siglos de dominio del sistema-mundo capitalista ha quedado establecida una constante tendencia sociológica, casi una “ley”, que puede enunciarse esquemáticamente: cualquier invento y/o descubrimiento técnico y científico que se efectúa en los países centrales resulta siendo catastrófico para los territorios y gran parte de los habitantes de los lugares periféricos. Tal “ley” se ejemplifica con la fiebre del caucho, un producto originario de las selvas tropicales de América e incorporado al capitalismo mundial en las últimas décadas del siglo XIX. El caucho se convirtió en una materia prima indispensable para el despegue –nunca fue más literalmente cierta esta palabra- de la producción de diversos productos de la Segunda Revolución Industrial, entre los cuales van a descollar en primer término las bicicletas, luego los automóviles y después los aviones.

Durante la segunda revolución industrial, que comenzó en la segunda mitad del siglo XIX, empezaría a usarse a gran escala el caucho a raíz de la vulcanización que había sido descubierta en 1839 por Charles Goodyear, un inventor de Boston. Con la vulcanización el caucho se combina con azufre y otros compuestos químicos, con el fin de hacerlo elástico y resistente, repelente al agua y aislante de la temperatura y la electricidad, lo que permite su utilización en muchos productos industriales.

Para desgracia de las comunidades indígenas que habitaban la selva amazónica, este era el único lugar del mundo donde había caucho, un nombre que hace referencia a un conjunto de gomas que proceden de diversas plantas tropicales. El Hebea Brasiliensis, una de esas gomas, fue usado durante varios siglos por diversas comunidades indígenas que lo llamaban cautchouc , el "árbol que llora", sin que su utilización estuviera acompañada de violencia y devastación [3] .

Cuando la industria capitalista de los países centrales empezó a utilizar caucho se transformó la vida de miles de indígenas de la amazonia y se arrasó con parte de los ecosistemas selváticos. El proceso se inició con el establecimiento de “empresarios” locales, simples criminales y aventureros que eran testaferros de capitalistas ingleses, los que finalmente se beneficiaban con la extracción del caucho. Era necesario abastecer la creciente demanda de los centros capitalistas y para hacerlo posible se acudió a la explotación intensiva de los nativos. A éstos se les exigía que entregaran cada vez más caucho y, aunque lo hicieran, eran sometidos a terribles vejámenes y torturas, que constituyen una página vergonzosa de la historia de los países de la cuenca amazónica, entre ellos Colombia.

En un breve lapso de tres décadas fueron asesinados unos 100 mil indígenas de diversos grupos étnicos de la región (huitotos, andoques, boras, okainas, muinanes… ), muchos de los cuales casi desaparecieron, como resultado de ese terrible etnocidio. Como dejaron constancia algunos testimonios de la época (entre ellos el del inglés Roger Casement), los “hombres de empresa” de la Casa Arana y otros caucheros torturaron, violaron, desmembraron, martirizaron, quemaron vivos a hombres, mujeres y niños indígenas, al tiempo que destruyeron en una forma irracional grandes franjas de zona selvática y hasta las propias plantas de caucho. Es bueno citar un testimonio sobre las atrocidades de los caucheros, para sopesar la magnitud de ese etnocidio. Esta información de 1909 fue proporcionada por William Hardenburg, un joven ingeniero ferroviario de los Estados Unidos en su artículo el Paraíso del Diablo: Los torturaban con fuego, agua y la crucifixión con los pies para arriba. Los empleados de la compañía cortaban a los indios en pedazos con machetes y aplastaban los sesos de los niños pequeños al lanzarlos contra árboles y paredes. A los viejos los mataban cuando ya no podían trabajar, y para divertirse los funcionarios de la compañía ejercitaban su pericia de tiradores utilizando a los indios como blanco. En ocasiones especiales como el sábado de pascua, sábado de gloria los mataban en grupos o, de preferencia, los rociaban con kerosén y les prendían fuego para disfrutar con su agonía ". [4]

Esta violencia tenía como finalidad, y eso debe ser resaltado, asegurar el flujo del caucho hacia el mercado mundial en beneficio de los países imperialistas. Por esa razón, los métodos de trabajo eran de tipo esclavista, para asegurar la fuerza de trabajo mediante procedimientos como el endeude, mediante el cual a cambio de un machete o una camisa se ataba al indígena de por vida para que pagara la deuda ficticia con caucho. A los jefes de sección se les asignaba un porcentaje de la explotación de la goma y cada quince días los indígenas debían entregar una cantidad determinada de kilos y si no lo hacían eran torturados, castigados en el cepo, o asesinados.

La empresa beneficiaria era la Peruvian Amazon Rubber Company, con sede en Londres y de la que eran accionistas el peruano Julio César Arana y capitalistas británicos, que cotizaba en la bolsa de valores y fungía como una exitosa compañía, en medio de la pompa y el oropel. Con la sangre y lágrimas de los indígenas del amazonas se construyó un imperio de lujo, en el que los caucheros de la Peruvian tenían su sede central en Londres, mientras, como lo dice Wade Davis: “Los magnates del caucho prendían sus habanos con billetes de cien dólares y aplacaban la sed de sus caballos con champaña helada en cubetas de plata. Sus esposas, que desdeñaban las aguas fangosas del Amazonas, enviaban la ropa sucia a Portugal para que la lavaran allá. Los banquetes se servían en mesas de mármol de Carrara, y los huéspedes se sentaban en asientos de cedro importados desde Inglaterra (...) Después de cenas que costaban a veces hasta cien mil dólares, los hombres se retiraban a elegantes burdeles. Las prostitutas acudían en tropel desde Moscú y Tánger, El Cairo, Paris, Budapest, Bagdad y Nueva York. Existían tarifas fijas. Cuatrocientos dólares por vírgenes polacas de trece años...” [5] .

Desde luego, en Londres no se veía ni una gota de la sangre indígena que estaba incorporada en cada pedazo de caucho.

…Y hoy

“El presidente Santos desconcertó cuando en la cumbre internacional ambiental Río+20 anunció la creación de áreas estratégicas mineras en más de 17 millones de hectáreas en gran parte de la Amazonia (…) En la Amazonia viven 56 de los 102 pueblos indígenas que hay en Colombia, muchos de ellos con poblaciones muy diezmadas. En la parte amazónica en donde se hará la reserva minera hay 70 resguardos indígenas (…) Para Julio César Estrada de la Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía, los indígenas no están preparados para la entrada de la minería a gran escala al territorio… (porque) con la minería ‘llegan las rupturas entre la comunidad indígena y también la prostitución, el alcoholismo y la drogadicción’” [6] .

Así como ayer era indispensable el caucho para activar algunos de los productos estrellas de la Segunda Revolución Industrial, hoy son necesarios diversos materiales y mucha energía para la sofisticada producción microelectrónica y biotecnológica de la Tercera Revolución Industrial. En la misma manera que el invento del automóvil generó muerte en la selva amazónica, la invención del teléfono celular y otros artefactos informáticos produce muerte en todos aquellos lugares que tienen la desgracia de contar con reservas de minerales o de hidrocarburos (como en El Congo, Sudáfrica, Perú o Colombia), con lo que se confirma la “ley sociológica” que mencionamos al principio y que es necesario reiterar: los grandes descubrimientos e inventos que se producen en los países capitalistas del centro tienen un terrible impacto ambiental y humano en el mundo periférico.
En efecto, para producir los aparatos microelectrónicos que hoy causan furor (celulares, Phone, pad, blackberry…) y seguir produciendo mercancías de vieja data (como automóviles, aviones, tanques de guerra, televisores…) se necesitan metales, diversos minerales y energía. Hierro, cobre, zinc, plata, antinomio, cromo, cobalto, berilio, manganeso, litio, molibdeno, platino titanio, tungsteno, son algunos de los metales más importantes en la producción capitalista de hoy. Un ejemplo ayuda a visualizar la importancia de esos metales: para producir el turborreactor de un avión se necesita un 39% de metales corrientes y el resto de metales raros, como titanio (35%), cromo (13%), cobalto (11%), niobio (1%) y tántalo (1%) [7] .

Como la mayor parte de estos minerales se encuentra en las zonas periféricas del mundo -África, Asia, América Latina y las antiguas repúblicas soviéticas- es preciso que fluyan hacia las viejas y nuevas potencias. América Latina le suministra a Estados Unidos el 25 por ciento de todos los recursos naturales y energéticos que ese país consume en forma voraz. En nuestro continente se encuentra un tercio de las reservas mundiales de cobre, bauxita y plata, el 27 por ciento del carbón, el 24 por ciento del petróleo, el 8 por ciento del gas y el 5 por ciento del uranio del mundo.

Chile, Perú, Bolivia y Venezuela son fundamentales para el capitalismo mundial por los minerales e hidrocarburos que están en sus suelos. En estos países se localizan grandes reservas de Cobre, litio, estaño y petróleo. Chile y Bolivia son países mineros desde fines del siglo XIX y ahora Perú ha sido incorporado a la división internacional del trabajo como emergente “potencia” minera. Aunque Colombia nunca ha sido un país minero de la magnitud de Chile o ahora de Perú, sus clases dominantes, con su típica vocación rentística de mentalidad dependiente y colonial, vienen impulsando la “locomotora minera”, con el objetivo de convertirlo en otro emporio minero. Por eso, se han dado a la tarea de feriar todo el territorio colombiano para que las multinacionales se lo apropien y se lleven gratis todas las riquezas que encuentren a su paso. En concordancia, bajo la orientación de las multinacionales se está cartografiando todo el territorio nacional para ubicar las existencias minerales y otorgarles licencias de explotación a esas empresas, a veces a perpetuidad, hasta agotar las reservas de carbón, níquel, oro, coltán, petróleo y todo lo que pudiera existir.

Para facilitarles las cosas a las multinacionales, el Estado las ha blindando con un marco legal que garantice la consabida seguridad jurídica, que otorga atractivos especiales, entre los que sobresalen exiguas regalías, exenciones tributarias y fiscales, facilidades para repatriar ganancias, bajos intereses… Al mismo tiempo, el Estado colombiano les ofrece seguridad militar, con miles de soldados destinados a proteger las zonas de explotación minera y las instalaciones de las empresas multinacionales. Y, como no podía faltar, el Estado y las clases dominantes adecúan un régimen laboral acorde con los intereses del capital extranjero que exige salarios de miseria, plena flexibilización, sin seguridad social, nada de sindicatos y represión a granel para quien se atreva a levantar su voz de protesta. Para completar esta batería antinacional y antipopular, el Estado colombiano propicia la destrucción ambiental, con modificaciones legales que permiten explorar en paramos, selvas y montañas y expulsar a los pobladores locales en cada territorio en el que existan recursos minerales apetecidos por las multinacionales, como sucede, para dar solamente un ejemplo, en la región de Cajamarca (Departamento del Tolima) donde está en marcha un megaproyecto encaminado a extraer oro, que va a convertir un paraíso de biodiversidad en una gigantesca mina a cielo abierto.

De la misma forma en que ayer operaban enclaves para explotar caucho, petróleo y banano en territorio colombiano, otra vez han resurgido a lo largo y ancho del país alrededor de las actividades extractivas, porque el imaginario de enclave nunca desapareció de la mentalidad cipaya de las clases dominantes de Colombia. Como en los enclaves de ayer –entre otros el de la fiebre del caucho- hoy se generaliza la explotación de los trabajadores en las peores condiciones, se destruye la naturaleza y se limpia el territorio de sus incomodos ocupantes (indígenas, campesinos, afrodescendientes, colonos…) para servirle en bandeja de plata nuestros bienes comunes al capital transnacional.

En sintonía con esta necesidad, incluso antes de que comiencen las labores de extracción los ejércitos paramilitares amedrentan a los pobladores locales, los expulsan de sus predios, para que no se les ocurra oponerse a la “inversión extranjera”, so pena de ser considerados como terroristas que conspiran contra el progreso del país. Para corroborar sus intenciones, y como efecto de demostración, los paramilitares efectúan algunas masacres con el objetivo de generar pánico y desmovilizar a la gente. Esto se viene haciendo en diversos lugares de Colombia desde hace varias décadas con respecto a la palma aceitera, otro producto de exportación, impulsado por el criminal régimen uribista que quería convertirnos en la “malasia” de América Latina, tras el que se encuentran viejos y nuevos empresarios que se han apoderado a sangre, fuego y motosierra de las tierras de campesinos e indígenas en Choco, Antioquia y otros lugares del país.

Con tal panorama, no resulta extraño constatar que en los Llanos Orientales se haya implantado el enclave de la Pacific Rubiales en la explotación de petróleo, que somete a más de 10 mil trabajadores a condiciones oprobiosas, cuenta con el respaldo del ejército colombiano y con los paramilitares que merodean alrededor del campo petrolero para liquidar cualquier síntoma de inconformidad. Lo de Pacific Rubiales no es un simple ejemplo, sino una expresión particular de la manera como actúa el capital transnacional de tipo minero –en consonancia con el Estado colombiano y las clases dominantes- en todas las regiones del país.

En conclusión, la locomotora minera va dejando a su paso muerte, miseria y desolación, en lo que no se diferencia de lo acontecido hace un siglo con la fiebre del caucho. Como gráficamente lo dijo Stephen Corry, aunque en este caso se refiera a otro continente, eso es perfectamente aplicable a los países de la cuenca amazónica, entre ellos Colombia: “La fiebre del caucho puede parecernos historia antigua, pero sus efectos aún se sienten. Cuando comenzó el matrimonio de Occidente con el coche a motor, sus cartas de amor estaban escritas con sangre indígena. Provocó un brutal crimen contra la humanidad, perpetrado por una empresa británica en la región de Witoto. Sin caer en las comparaciones exageradas, hoy en día hay empresas británicas, como Vedanta Resources , que planean el robo de tierras indígenas, esta vez en la India. Ya es hora de poner punto final a estos crímenes y de empezar a tratar a los indígenas como a seres humanos” [8] .

EL QUE PECA Y REZA EMPATA

Regresemos a las palabras de perdón de Juan Manuel Santos con respecto a la masacre de indígenas para mostrar su verdadero significado. El 12 de octubre señalo que el Estado colombiano no evitó "la barbarie desatada por la codicia que generó la bonanza cauchera". A lo que agregó: "Pido (sic) (no seria mejor ofrecer) perdón por sus muertos, por sus huérfanos, por sus víctimas". Más adelante añadió que "en nombre de una empresa, de un Gobierno, de un pretendido 'progreso' que no entendió la importancia de salvaguardar a cada persona y a cada cultura indígena como parte imprescindible de la sociedad que hoy reconocemos con orgullo como multiétnica y pluricultural" [9] .

Estas palabras tendrían valor y serían creíbles si además de referirse al pasado lo hicieran también con respecto al presente y se correspondieran con una política real y efectiva de protección de los indígenas, de sus territorios y de las riquezas naturales del país. Pero esas palabras resultan no solamente demagógicas sino ficticias por dos razones. Una primera razón es de tipo histórico, porque el perdón que pide Santos es incompleto, al no mencionar como responsables del genocidio ni a las empresas británicas ni al capitalismo inglés, al que él tanto idolatra, por aquello de creerse un gentleman. En breve, no menciona a los promotores y beneficiarios del etnocidio, ni tampoco el carácter depredador de una actividad extractivista -algo que Santos como economista debe saber, sin duda alguna- lo que explica el sometimiento brutal de los pueblos originarios de la selva amazónica como fuerza de trabajo esclava.

Al leer las palabras de Santos queda la impresión que la masacre fue algo que cayó del cielo, cual castigo divino, como si no hubieran responsables, tanto del lado local –en donde hasta presidentes de la República como Rafael Reyes (1904-1909) estuvieron directamente comprometidos por acción u omisión en el genocidio cauchero- como en el ámbito internacional, en lo que corresponde a Perú, donde se asentaron los caucheros más crueles y sanguinarios y era sede de la Casa Arana, y a Inglaterra a donde llegaba el caucho y se canalizaba buena parte de las ganancias que generaba este producto tropical.

Una segunda razón no es histórica sino actual, ya que involucra la “locomotora minera”, uno de los programas estrellas del inquilino de la Casa de Nariño. En ese sentido, resulta todavía menos creíble el perdón pedido por Santos a los indígenas, si comparamos lo que aconteció durante la fiebre del caucho y lo que sucede hoy con la explotación minera. Ambas actividades están regidas por los intereses del capitalismo mundial, porque las economías altamente industrializadas necesitan materias primas, en un caso caucho y en otro oro, platino, estaño, zinc, coltán y un interminable listado. Las dos actividades, en consecuencia, forman pate de un modelo extractivista y exportador, de tipo ecocida y genocida a la vez, que beneficia a una minoría insignificante de aventureros locales (ayer los Arana y sus socios colombiano y hoy los “empresarios que hacen patria” de la palma aceitera, del banano, del carbón, del petróleo…) y, sobretodo, a las empresas imperialistas. Estas empresas, las de antes y las de ahora, actúan con la misma lógica depredadora propia de la economía de enclave, con la clara intención de llevarse rápido y gratis los minerales y materias primas de tipo agrícola, sin reparar en la destrucción ni en el crimen, como lo hizo antes la Peruvian Amazon Rubber Company y como lo hacen en estos momentos Pacific Rubiales o la AngloGold Ashanti. En los dos momentos, se ha requerido el uso intensivo de la violencia –la del Estado y la de los ejércitos privados al servicio del capital- con el fin de facilitar la apropiación de los bienes comunes del suelo y el subsuelo y garantizar que fuera exprimida hasta la última gota de caucho antes y sea extraída hasta la última onza de oro en la actualidad. En la fiebre cauchera la violencia era ejercida por los ejércitos privados de los caucheros y sus capataces locales y hoy corre por cuenta de los ejércitos estatales y paraestatales, cuya función esencial es facilitar la “seguridad inversionista” que aceite la “locomotora minera”. En los dos casos se exalta la importancia de la inversión de capital extranjero para permitir el “desarrollo” de los territorios y para que sus habitantes salten del “atraso” a la “civilización”. En uno como en otro caso se premia a los criminales como si fueran prósperos hombres de empresa, en razón de lo cual en Colombia se exaltaba a Rafael Reyes y compañía como hombres visionarios y ahora se ensalza a las empresas petroleras y mineras como portavoces de la modernización y progreso del país, hasta el punto que una de esas compañías, la Pacific Rubiales, patrocina la Selección Colombiana de Futbol.

La sombra del fracking

Monsanto entró a Venezuela por la puerta de la Asamblea Nacional


Por Diana Ovalles

Finalmente está aquí y llega con toda la carga de su poderoso lobby político y mediático: Monsanto, el mundialmente polémico líder de las semillas transgénicas y agrotóxicos, irrumpe en nuestra Asamblea Nacional para ofrecer ante la Comisión Permanente de Finanzas y Desarrollo Económico “un plan para incrementar la producción de maíz y soya, abaratar la producción y aumentar la competitividad”, según información publicada en el portal oficial del parlamento venezolano.

El maíz híbrido de Monsanto se distribuye en Venezuela, según su sitio web Monsanto Región Andina. Estudios realizados en Francia por el Dr. Gilles Eric-Seralini cuyos resultados fueron recientemente publicados y motivo de controversia en la opinión pública mundial, “demostraron que las ratas alimentadas con el maíz transgénico NK603 de de Monsanto (con y sin glifosato, el herbicida más usado en transgénicos) sufrieron muerte prematura y desarrollaron tumores y problemas hepatorrenales graves”, explica Silvia Ribeiro en su artículo “Caza de Ratas”. Francia y Rusia prohibieron la importación de este rubro preventivamente.

El plan referido fue presentado ante la Asamblea Nacional por el representante de Monsanto en Asuntos Gubernamentales para América del Sur, Caribe y región andina, Rafael Aramendis, quien fue recibido por el diputado Ricardo Gutiérrez, del partido opositor Podemos por el estado Portuguesa. El vocero opositor manifestó que su bancada propondría un debate sobre el uso de los transgénicos en la agricultura venezolana, pues sostiene que el tema “debe ser manejado como una política de Estado sin prejuicios”.

Los movimientos populares venezolanos defensores de la agroecología, bajo la premisa de defensa de la soberanía alimentaria, emitieron sendos comunicados al conocer la posición favorable de sectores opositores hacia el uso de transgénicos desde el Parlamento, y denunciaron que “la oposición venezolana viene utilizando fachadas y títeres como organizaciones supuestamente ‘no gubernamentales’, representantes, personas expertas o vocerías ‘autorizadas’” para “perpetuar los intereses de las transnacionales directamente o a través de convenios internacionales con países latinoamericanos aliados”.

El Colectivo Amplio para la Restauración de la Agricultura Campesina y Originaria (CARIACO) en su comunicado del pasado 17 de septiembre, afirma que “el problema y el debate deben traspasar la discusión técnica estéril, pues existe un andamiaje colonial científico que sustenta y justifica todo lo que hace el agronegocio”.

El Frente Antitransgénicos de Venezuela, donde hace parte militante CARIACO junto a otra decena de movimientos organizados de todo el país, manifestó un rechazo contundente a la entrada de transgénicos a Venezuela, lo que calificaron como “un atentado a la soberanía nacional” debido a las consecuencias harto conocidas en otros países donde hace tiempo está en marcha su implementación: deforestación, asesinatos a líderes campesinos e indígenas, desplazamiento de comunidades enteras, auspicio de golpes de estado como en el caso Paraguayo, donde Monsanto y los soyeros jugaron un papel protagónico en la destitución del presidente Fernando Lugo.

El lado oscuro de Monsanto: la cultura de la muerte y su rol injerencista

Monsanto, la transnacional líder mundial en biotecnología agrícola y patentes de semillas -maneja más del 90% de este mercado- cotiza en la bolsa de valores las acciones de su oligopolio. Es también llamada comúnmente en las redes sociales “MonDiablo” por los innumerables litigios y querellas que han provocado sus prácticas oligopólicas a lo largo y ancho del mundo, donde se le acusa además de competencia desleal, injerencia en la política interna de los países, faltas y delitos por su doble moral como corporación transnacional: mientras su publicidad y declaración de principios habla de agricultura sustentable y responsabilidad social, las evidencias demuestran que su prioridad están en el enriquecimiento de sus inversionistas y no en el combate contra el hambre o la preservación del medio ambiente.

Monsanto ha declarado patrimonio neto por el orden de los US$11.716 millones para el año 2011. Informes y análisis de la prensa del primer mundo la coloca como la primera “lobbysta” de la Casa Blanca en la actual contienda electoral estadounidense, donde se habla de sumas millonarias para anular, modificar o frenar leyes que afectan sus intereses económicos.

Dicho cabildeo no se limita a campañas publicitarias, antes bien, se extiende a las relaciones públicas, grupos industriales de presión, financiamiento de investigación académica y la influencia directa en las políticas gubernamentales como las que han denunciado la Campaña Nacional Venezuela Libre de Transgénicos y el Frente Nacional Antitransgénicos.

De acuerdo con el testimonio de los integrantes de los colectivos agroecologistas criollos, Monsanto ya goza de buenas relaciones con algunos diputados de la oposición; así como con una amplia red de investigadores en centros científicos gubernamentales y grupos empresariales privados como Empresas Polar.

Desde el punto de vista de su imagen corporativa Monsanto está muy bien posicionada en las universidades públicas y privadas debido a la fascinación que ejerce el discurso pretendidamente vanguardista del uso de tecnología de punta. Cuenta, además, con amplio respaldo en sectores empresariales afiliados a Fedecámaras como Fedeagro, que ha recibido la promesa de financiamiento e inversiones de esta costosa tecnología a través de convenios con productores y empresarios deslumbrados por el lucro y la innovación.

Se espera que su agresivo lobby o cabildeo en Venezuela no atenúe ni disimule su interés y codicia desmedida por un mercado donde su influencia ha estado centrada en la distribución de algunos de sus productos como los herbicidas y agrotóxicos, ahora cuando el impulso de la entrada al Mercosur de Venezuela como miembro pleno, le augura la expansión hacia los cultivos criollos de sus semilas y cultivos transgénicos, el fuerte de su negocio.