La Conferencia Episcopal uruguaya apartó a todas las personas que impulsaron la despenalización de la interrupción del embarazo. Tampoco apoya la realización del referéndum en su contra porque "la vida no es objeto de plebiscito siquiera"
El monseñor Heriberto Bodeant, secretario del organismo, explicó que la Iglesia católica considera que Uruguay retrocedió en materia de valores humanos. Tampoco aprueba la idea de la oposición de convocar a una consulta popular.
“La vida no es objeto de plebiscito siquiera", señaló, aunque dijo que de activarse dicho mecanismo tomará una posición que puede ser recomendar no firmarlo.
"La excomunión automática es para quien colabora en la ejecución de un aborto de manera directa, y directa es que se haga ese acto en concreto. (...) Si un católico vota (una ley) con una manifiesta intención, se aparta él mismo de la comunión de la Iglesia", explicó Bodeant.
En cuanto al comportamiento que tendrá la Iglesia luego de que el presidente José Mujica promulgue la ley, indicó que será anunciar la "valoración de la vida". "Es un trabajo que apunta a fortalecer la ley escrita en el corazón de cada persona", manifestó.
Legisladores de la oposición y organizaciones sociales lanzaron, el jueves, una comisión para analizar la mejor forma de derogar la norma que despenaliza el aborto hasta la semana 12 de gestación.
"Una parte de la sociedad no va a aceptar la ley y vamos a trabajar por los mecanismos que correspondan para derogarla", dijo el edil del opositor Partido Nacional, Carlos Iafigliola, uno de los voceros de la Comisión Nacional Pro Derogación de la Ley del Aborto.
Entre las posibilidades que analizará la comisión están la de interponer recursos de inconstitucionalidad de la nueva ley, apelar a la Corte Interamericana de Justicia, alegando que la ley violenta el Pacto de San José de Costa Rica, o juntar firmas para convocar un referéndum sobre la norma.
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