sábado, 13 de octubre de 2012

¡Fuera minería del Perú!


Hugo Blanco Galdos

“El Perú es un país minero” es una frase aparentemente axiomática que no necesita demostración. Inclusive miembros del movimiento antiminero postulan por una “minería responsable”. Nosotros afirmamos que la minería, fundamentalmene la moderna minería a tajo abierto, es la peor amenaza para la naturaleza peruana y por lo tanto para sus habitantes. Por eso consideramos que al conmemorar el día de la resistencia, debemos ser claramente anticoloniales y manifestar ¡Fuera minería del Perú!


¿Planteamos el retorno al pasado?

Eso es imposible. Pero sí planteamos el retorno a los principios de la sociedad continental antes de la invasión iniciada un 12 de octubre.

La economía estaba orientada a cubrir las necesidades de la población.

En cuanto al gobierno de la sociedad, creemos que la única alternativa al actual gobierno del mundo en manos de empresas transnacionales, voraces de ganancia, es el retorno al gobierno de la colectividad, lo que existió antes de la invasión en gran parte de América (Esto ya no existía en México, Perú y en otras “sociedades avanzadas”).

No es posible volver al respeto de la naturaleza dentro del sistema capitalista, por eso propiciamos una sociedad colectivista, una colectividad de colectividades de toda la población, un “ayllu de ayllus” o como quiera llamársele.

Nuestro país tiene una naturaleza privilegiada: De las 104 zonas de vida del planeta en el Perú hay 84.

Debido a que la cordillera andina va en sentido norte-sur, a la misma altura en el norte y en el sur, el clima es diferente.

El clima lluvioso del Perú oriental se diferencia del poco lluvioso occidente.

Como estamos en el trópico de capricornio nuestro mar debiera ser cálido, sin embargo el agua fría del sur es arrastrada por la corriente de Humbolt. Este movimiento horizontal provoca un movimiento vertical ya que el agua caliente tiende a subir y el agua fría a bajar. Esta dinámica produce abundancia de tipos de fitoplankton y zooplankton (plantas y animales microscópicos), Éstos alimentan a gran cantidad de variedad de peces.

10 mil años de historia agrícola

La diversidad climática fue un paraíso para la diversidad de vida vegetal. Ello hizo que estemos en uno de los 8 centros de domesticación de plantas del mundo, nuestros antepasados domesticaron 182 especies, entre otras la papa con sus 3,000 variedades, la palta (ahuacate), la papaya, los frijoles, el maní, el tarwi o chochos (rico en proteína vegetal).

Hay algunas que fueron olvidadas por la “civilización” (la coca es perseguida) y que últimamente son “redescubiertas” por ella, como la maca (muy nutritiva), el yacón (dulce que no hace daño a los diabéticos), el ahuaymanto (producto de exportación), el sacha inches (cuyo aceite ganó en concurso en Francia al de oliva, pues contiene las grasas saludables omega 3, 6 y 9), la kiwicha o amaranto (alimento de astronautas pues en poco volumen encierra muchos nutrientes).

En consecuencia hubo gran desarrollo de técnica agropecuaria: Las terrazas o andenes en laderas para evitar la erosión. Los waru-waru del altiplano, que son franjas de tierra intercaladas con zanjas, de modo que cuando llueve mucho las franjas de tierra no son inundadas, cuando llueve poco se riega con el agua depositada en las zanjas; además el calor del sol diurno es conservado por el agua y en la noche su emanación contrarresta el frío de la helada.

En Moray, Cusco, existe una gran concavidad con terrazas circunvaladas (parecido a una mina a cielo abierto pero contrario, pues es para la vida y no para la muerte), era un centro de aclimatación, las plantas de clima cálido se sembraban en el fondo, sus semillas se sembraban en el escalón superior, las semillas de éste en el siguiente. Así, sucesivamente, cada año iban subiendo. Se aclimataban al clima frío. Las semillas de clima frío se sembraban arriba y anualmente iban bajando hasta aclimatarse al clima cálido.

Se practicaba y se practica la rotación de cultivos, sabiendo que cultivar la misma especie año tras año daña el suelo.

Otra técnica sabia que imita a la naturaleza son los cultivos asociados (dos o más especies en la misma parcela).

Los extensos canales de irrigación se hacían en zigzag para evitar la erosión.

El maíz vino de México mucho antes que los invasores, por eso tiene nombre quechua (sara); los genetistas peruanos crearon infinidad de variedades.

También nuestros genetistas crearon muchas variedades de habas que fueron traídas por los invasores.

Para conservar la papa se la hiela y deshidrata (chuño). Este alimento es despreciado por ser comida de indios”.

La tierra no pertenecía a la gente, era la gente la que pertenecía a la tierra.

Hubo planificación agrícola a nivel tawantinsuyano, se disponía qué lugar era apropiado para cada variedad de cada especie. Si había un lugar bueno para la agricultura y faltaban brazos, se enviaba población (“mitimaes”).

Las comunidades de media altura enviaban rotativamente parte de su gente a las alturas a criar alpacas y otra parte al valle cálido a cultivar coca.

En Raqchi, Cusco, existen ruinas de gran cantidad de almacenes ventilados para guardar granos destinados a la población en la eventualidad de un mal año agrícola (sequía, inundación, helada, granizada). No había hambre ni miseria, estos fueron aportes culturales europeos.

En varios lugares, entre ellos Cusco y Cajamarca, hay hermosas ruinas del culto al agua.

El profundo desprecio racista que condena el culto a la naturaleza y sus productos, pues el fundamentalismo dice que “hay un solo Dios verdadero” (1) hizo que se maldijera una planta muy nutritiva y que precisamente por eso era muy venerada, la coca. Lograron erradicar su consumo en el Ecuador. A esa persecución ahora la denominan “combate al narcotráfico” y sirve para meter tropas yanquis en nuestros países. Se combate al pequeño productor de coca para el consumo directo, mientras se protege su producción a gran escala para cocaína en la selva, con el uso de agroquímicos que envenenan los ríos, con el visto bueno de la DEA y de “la embajada” que “no ven” las avionetas que transportan la droga al país que provee las sustancias químicas para extraer la cocaína, que es el primer consumidor del mundo y en el que se “lava” el dinero del narcotráfico.

En México y Perú se maldijo a la kiwicha o amaranto por la razón religiosa mencionada. Se maldijo a la papa, al olluco, a la oca, al año, a la yuca, al camote, por estar debajo de la tierra, cerca al demonio.

La más maldita fue la papa, pues el demonio había hecho que tuviera el mismo nombre que el Santo Padre de Roma, por eso en España se lo cambiaron a patata (que fue el que pasó a otros idiomas como el inglés y sueco). Luego tuvieron que reivindicarla para que salvara del hambre a Europa, la reina de Inglaterra se puso una flor de papa en la solapa para ir a un baile.

El desprecio racista por la agricultura indígena continúa en la mayoría de nuestra población, Ollanta habla de que “tenemos una agricultura del siglo XIX” a pesar de que él protege a la agricultura depredadora del siglo XXI.

La agricultura hoy

A pesar de la discriminación racista colonial que continúa contra ella, a pesar de los múltiples ataques del sistema, sobrevive la pequeña agricultura, practicada por indígenas y no indígenas.

El referido ataque se da en múltiples formas: Se califica de ocioso al campesino a pesar de que trabaja mucho para alimentarnos, trabajo por el que se le paga una miseria.

Se le arrebata el agua para darla fundamentalmente a la minería y también a las hidroeléctricas y a la industria alimentaria.

No hay atención estatal con capacitación, préstamos, reconocimiento de comunidades, atención a la salud, etc.

La pequeña agricultura no sólo no es atendida por el estado, sino que para servir al gran capital éste la combate alevosamente, lo que se traduce en ataque a la población peruana que es sanamente alimentada por ella.

Un fuerte ataque estatal es el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, debido a él sufrimos la importación de trigo transgénico subsidiado por el gobierno norteamericano, producido por grandes empresas yanquis. Esto mata al pequeño productor peruano de trigo y otras harinas a quien nadie subsidia y por lo tanto vende a un precio más alto que la harina yanqui. Naturalmente que este cambio de alimentación sana con harinas producidas por nuestros pequeños agricultores a trigo transgénico yanqui, daña la salud de la población peruana.

Otro gran daño del TLC es la instalación de grandes empresas agroalimentarias para la agroexportación. Quitan la tierra y el agua de la pequeña agricultura que nos alimenta para cultivar fundamentalmente espárragos y alcachofas (que absorben gran cantidad de agua) para enviar a Estados Unidos y Europa. Además se les ha regalado una legislación especial para que puedan someter a condiciones infrahumanas a los obreros agrícolas. (En el exterior dicen en su propaganda: “Ayude al campesinado peruano, compre espárragos peruanos”).

Si las transnacionales y el gobierno a su servicio logran matar a la pequeña agricultura que nos da alimentos sanos, vamos a quedar en las garras de la “Agricultura del siglo XXI” “de última generación”, que nos envenenará con transgénicos y químicos. A esto se llama “progreso”, es el “progreso” hacia la muerte.

La invasión y sus remanentes HOY

Nos llamaron “indios” pues creyeron que llegaban a la India. Aún ahora somos despectivamente denominados “indios”.

La invasión produjo gran matanza de la población. La actividad económica dejó de estar orientada a cubrir las necesidades de la población y pasó a ser la que necesitaban nuestros amos: La minería.

En esa actividad los sobrevivientes fueron sometidos a un sistema peor que el esclavismo, pues al amo le interesa la supervivencia de su burro y de su esclavo; al dueño de la mina no le importaba dicha supervivencia, pues recibía un número determinado de “indios”, si algunos morían no importaba, pues al año siguiente recibiría la misma cantidad. Los indígenas entraban a la mina y no salían de ella sino muertos. Esto causó suicidios e hizo que madres mataran a sus hijos para evitarles el sufrimiento. Esta fue una de las causas de la rebelión de Tupac Amaru II, después del levantamiento este abuso cesó, pero prohibieron usar la vestimenta nativa, hablar el quechua y recordar el pasado. El idioma fue más fuerte que la prohibición.

En la agricultura para el sostenimiento de la minería, los nativos fueron sometidos al servilismo, trabajaban gratuitamente, se les daba una pequeña parcela para que sobrevivan.

El servilismo continuó luego de la independencia”.

Nos costó fuerte lucha, incluyendo la autodefensa armada, el inicio de la abolición del sistema servil en 1962, en La Convención, Cusco (la solidaridad internacional evitó que el sistema me condene a muerte por haber participado en ella).

El tarwi o chochos, legumbre de alto contenido proteico es despreciado por ser “comida de indios”. Dirigentes de la Confederación Campesina del Perú niegan ser indígenas.

Los “indios” defienden la agricultura, la gente decente “sabe” que el Perú moderno es y debe serlo cada día más, un país minero.

Fue con la invasión y el sometimiento de nuestra población que se inició lo de “Perú país minero” y continúa siendo el símbolo de nuestra situación colonial.

Continuamos siendo colonia

Seguimos produciendo lo que nuestros amos de turno necesitan.

Luego de la “independencia” pasamos a ser colonia inglesa, produjimos lo que nuestros nuevos amos necesitaban, salitre. El guano de isla (excremento de las aves marinas), el mejor fertilizante del mundo, descubierto por nuestros antepasados, fue saqueado por capitalistas (consignatarios) para llevarlo a fertilizar los suelos de Inglaterra.

Saquearon tanto que con el miserable impuesto que dejaban, el mandatario Ramón Castilla hizo muchas obras, por eso se le califica como “el mejor presidente del Perú”, por haber auspiciado el saqueo de nuestro tesoro agrícola.

En la selva se practicó el semi-esclavismo en la explotación cauchera, acompañado de depredación y masacres.

Luego del debilitamiento del imperialismo inglés debido a las 2 guerras mundiales pasamos a ser colonia de Estados Unidos, también producíamos lo que nuestros amos necesitaban. La agricultura se dedicó a la exportación de azúcar y algodón. También se impulsó la minería imperialista.

Hoy

Somos colonia de las empresas transnacionales, continuamos produciendo lo que nuestros amos de turno requieren, no lo que necesita el pueblo peruano, con el agravante de que la tecnología moderna agrede ferozmente a la naturaleza y por lo tanto a la población.

Siguiendo la orden imperial la principal actividad es la minería a cielo abierto.

Este tipo de minería es excesivamente antiecológico pues debe hacer explosionar 4 toneladas de roca o tierra y envenenar el agua para extraer un gramo de oro. Si es nociva en cualquier parte, es criminal en cabecera de cuenca como el proyecto Conga en Cajamarca.

¿Minería responsable?

La minería es “responsable” para las empresas mineras, pues les provee de una gran cantidad de dinero que es el objetivo de ellas, puesto que su principio ético fundamental es “cómo ganar más dinero en el menor tiempo posible” (si sus nietos ya no han de tener agua esa será “una desgraciada consecuencia colateral inevitable” del cumplimiento de su sagrado mandamiento).

También es “responsable” para los gobernantes que reciben jugosos sobornos de ellas.

Son ellos quienes impulsan la minería, para convencerles de que no la practiquen en la forma que lo hacen, tendrían que demostrarles una forma de conseguir más dinero sin hacerlo, y eso es imposible para quienes hablan de “minería responsable”.

Ahora ya no hay vetas, de modo que para obtener los minerales la única forma posible de minería es haciendo explosionar toneladas de roca o tierra y usando sustancias químicas venenosas.

Pedimos que nos expliquen quienes promueven la “minería responsable”, cómo sería ella. Pretender cambiar la ética de los empresarios o de los gobiernos sobornados por ellos es muy ingenuo o muy farsante.

Desde el inicio español la minería nos hizo daño: Huancavelica, departamento minero desde la colonia, es el departamento más pobre del país. La refinería de La Oroya la convirtió en un paisaje lunar y es la población más contaminada del mundo.

Otras agresiones de la “modernidad” al medio ambiente son las transnacionales de la industria alimenticia que matan el suelo con agroquímicos (fertilizantes, insecticidas, herbicidas). Al matar los insectos matan las aves. Además roban el agua de la pequeña agricultura (La irrigación de Olmos no es para los pequeños agricultores de Lambayeque, sino para las transnacionales).

Hay más ataques: La extracción de hidrocarburos, la depredación de la selva amazónica por la extracción de madera, por el cultivo de coca para la extracción de cocaína, el cultivo de palma aceitera para alimentar a los carros, la ganadería. La pesca de arrastre y otras.

Nuestra Futura Economía

La economía peruana debe estar orientada a satisfacer las necesidades de la población, lo cual tiene como primer requisito la protección de la naturaleza, que es a su vez la protección del nuestro gran tesoro, la multiplicidad de especies vegetales.

En primer lugar debemos cultivar, para alimentar a nuestro pueblo, las muy nutritivas especies que nos legaron nuestros antepasados y otras.

Ese gran tesoro también debemos aprovecharlo para la obtención de divisas. En Europa son muy apreciados los valiosos nutrientes peruanos.

Ahora que cada día más gente se da cuenta de que “el negocio de la salud” sólo favorece a la salud de los grandes laboratorios y otras empresas, que uno de los negocios consiste en curar un mal produciendo otros; crece la revalorización de la medicina natural. En este aspecto es inmenso nuestro tesoro en las tres regiones naturales del Perú, especialmente en la selva. Recordemos que la quinina descubierta por los hermanos amazónicos salvó la vida del futuro Rey Sol de Francia.

Antonio Brack señala que en la Amazonía peruana hay 3 140 especies útiles, de las cuales 1 044 tienen uso medicinal. El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) catalogó 322 especies de uso medicinal.

Mencionemos algunas de las plantas medicinales más conocidas:

Achiote: Cardiotónico, cicatrizante, diurético y más de 10 otras aplicaciones.

Ayahuasca: Anestésico local, estimulante de la memoria, vomitivo, laxante, mal de párquinson.

Cocona: Acaricida, abscesos, diabetes, mordedura de serpiente, picaduras de insectos, quemaduras y otros

Chuchuhuasi: Afrodisíaco, analgésico, adormecimiento de las extremidades, artritis, bronquitis, diarrea, gripe hemorroides, leishmaniasis o uta, lumbago, reumatismo y otros

Hierba Santa: Sedante, bronquitis, caspa, dermatitis, diarrea, dispepsia, hemorroides y otros.

Sangre de grado: Antiséptico vaginal, cicatrizante, contraceptivo, afecciones dérmicas, anemia, cáncer, diarrea, extracción dental, faringo-amigdalitis, fiebre, gonorrea, hemorroides, paludismo, tumor, úlceras estomacales e intestinales.

Ungurahui: Asma, calvicie, diarrea, gastritis, paludismo, TBC.

Uña de gato: Diurético, alergia, cáncer, cirrosis, disentería, dolor de ojos, infecciones urinarias, inflamaciones, mordedura de serpiente, neuralgias, reumatismo.

Verdolaga: Diurético, dermatosis, diabetes, dispepsia, fiebre, inflamación renal, jaqueca, quemaduras, tuberculosis pulmonar.

Curan el cáncer: Amargo, Marupá (Quassia Amara). Andiroba, Falso caoba (Carapa guianensis). Anamu, mucura (Petiveria alliacea). La calaguala o samambaia (Polypodium decumanum). Quiebra piedra, quebra pedra (Phyllanthus niruri). Uña de gato (Uncaria tomentosa). Congorosa, Espinheira santa (Maytenus ilicifolia). Lapacho (Tabebuia impetiginosa).

Para el turismo también debemos aprovechar la naturaleza.

Costa Rica que no tiene ruinas prehispánicas como atractivo, gana más dinero que el Perú por turismo, pues aprovecha para ello su biodiversidad. Entre otras atracciones tiene uno de los mariposarios más famosos del mundo. En el Perú tenemos más variedad de mariposas, más de 4,200 especies, el 20% de las especies existentes en el mundo (Costa Rica tiene el 18%).

Otra riqueza natural es la belleza del agua de las cascadas, de los ríos, arroyos, lagos y de las lagunas como las que pretende destruir el proyecto Conga (Yanacocha ya destruyó la laguna de la cual heredó el nombre).

La variedad de zonas naturales nos brinda diversidad de recursos aprovechables para el turismo (selva, nevados, quebradas serranas, puna, lomas verdes en la costa, manglares, etc.)

La variedad de culturas indígenas es otra fuente desaprovechada para el impulso del turismo social. En este día de la resistencia pensemos en dejar finalmente de ser colonia. Reiteramos: Orientemos nuestra economía en función de los intereses de nuestra población, lo que implica resguardar nuestra prolífica naturaleza. Por eso repetimos: ¡Fuera minería del Perú!

Nota

1) La religión incaica no era fundamentalista, respetaba la diversidad. En la fiesta del dios sol (“Intirraimi”) desfilaban los diferentes pueblos con su vestimenta típica, con su propia música y con sus propios dioses)

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