El Estado ha terminado sometido a las reglas de juego de las empresas farmacéuticas pese a ser –con S/. 100 millones- el principal comprador de medicinas contra el cáncer.
Si por un lado el Ministerio de Salud denunció que no funcionan las exoneraciones tributarias a esos fármacos (vigentes desde el 2001) para reducir sus altos precios, tampoco es efectiva la última estrategia estatal: las compras corporativas obligatorias entre el Minsa, Essalud, los fondos sanitarios de la policía y las Fuerzas Armadas.
Se pudo conocer que este mecanismo de grandes adquisiciones, aprobado en mayo del 2011 para negociar precios más baratos con los laboratorios, se quebró en diciembre del año pasado y en enero del 2012 debido a que las farmacéuticas no se presentaron a las licitaciones de 27 medicinas oncológicas. Y varios de los productos declarados desiertos tienen un solo vendedor en el país.
Mientras tanto, la ministra de Salud, Midori de Habich, no se ha referido hasta la fecha a los graves problemas de las compras públicas de las medicinas, pese a que empezó su gestión anunciando como prioridad un plan integral de cobertura de cáncer.
Por otro lado, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) abrió una investigación contra once farmacéuticas en marzo del 2011 por supuesta concertación de precios de las medicinas contra el cáncer. Hasta la fecha no se conocen los resultados.
El cáncer es la segunda causa de muerte en el Perú y se diagnostican un promedio de 45.000 casos nuevos por año.
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