viernes, 18 de noviembre de 2011

Gracias a Dios vivo en Lima, dónde vive el presidente, ¿dónde?…


Viven los ministros, los congresistas, los presidentes de los poderes públicos, donde vive la policía antimotines, donde viven los corruptos de cuello y corbata, donde vive nuestro amado cardenal, en fin donde viven los que pueden inclinar la balanza.

¿Y por qué es importante vivir en Lima?, porque no me falta el agua potable, salvo claro si vivo en un cerro y el camión cisterna con agua reciclada no llega a mi domicilio fiscal, donde abunda la pobreza y la falta de oportunidades.

En Lima, porque si me falta el agua potable me amarro los pantalones y llamo a radio Capital o a RPP y denuncio a Sedapal, y estos me llevan full el agua hasta envasada apenas termino de colgar el fono.

Felizmente no vivo en Cajamarca, aunque la tierra es bella y sus mujeres igual, porque allí envenenan el agua o la secan. Mueren los peces, se les derrama el cianuro en el camino, en fín… no me convencen. Pero,… ¿y duermo tranquilo? No. No puedo hacerlo, porque también conozco la serranía y sé de tantos reclamos que hasta por decenas de años hacen los pueblos y no los escuchan, y si chocan con intereses poderosos, pierden.

Dejémonos de co… sas y de una vez establezcamos la Territorialidad correspondiente, o sea, que todos sepamos donde se pueden realizar o no explotaciones que puedan tener un impacto negativo en la población, humana por si acaso, porque también los pajaritos tienen derecho a vivir, no como dicen despectivamente por ahí, que algunos defendemos solamente animalitos.

Si no vamos a viajar como Dios manda en este vehículo llamado Tierra, mejor que bajen en el siguiente paradero, porque aquí no permitimos que fumen o contaminen el salón.

Entonces yo de Lima no me mudo, ¿y Ud.?

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