Por Marc Gavaldá
La intensa lotización de la amazonía peruana en concesiones petroleras afecta ya la mayor parte de territorios de los pueblos indígenas y numerosas áreas protegidas, implantando cambios irreversibles en la Amazonía. Los pueblos en aislamiento voluntario, acorralados en las regiones más inaccesibles de la selva, tampoco escapan a este proceso de industrialización. Siendo los sectores más vulnerables viven los impactos del contacto con las empresas petrolíferas en un contexto de impunidad, donde las compañías tratan de ignorar su presencia, cuando no negar su existencia. En su cálculo económico, son millones de barriles de petróleo y gas en juego y muy poca e indefensa la población afectada.
Petróleo en la Amazonía
Desde 1974, la producción petrolera en la Amazonía peruana ha empeorado sensiblemente la calidad de vida en los territorios afectados por los lotes 8, 8X y 1AB, que con sus 27.778 barriles diarios en 2011 aportaban el 40% de la producción nacional (1). Los sistemáticos vertidos de aguas de formación en los ríos Napo, Corrientes y Marañón se refleja hoy día en cuadros epidemiológicos críticos para los pueblos quichua y achuar (2). En el sur, el polo gasífero de Camisea también ha causado estragos en los ecosistemas fluviales de la cuenca del río Urubama, especialmente en la sucesión de roturas del gasoducto de Camisea- Pisco en los años 2004-2006 (3).
La ampliación de la frontera petrolera multiplicará los impactos en los ecosistemas amazónicos
En la última década, se ha acelerado la entrega de lotes petroleros en la Amazonía afectando ya a más del 72% del territorio y la mitad de estas concesiones se han otorgado en zonas donde nunca hubo actividad. A lo largo de la historia, sólo un 16% del territorio de la Amazonía peruana se ha salvado de tener en algún momento un bloque petrolero. (FINER y ORTA, 2010). En 2011 había ya más de 50 compañías petroleras operando en un centenar de lotes en territorio peruano. Según datos del Ministerio de Energía y Minas, en el año 2010 se registraron 7,405 km de líneas sísmicas 2D y 4,108 Km2 de líneas sísmicas 3D, que comparados con el año anterior representa un incremento de 24,1% y 77,9% respectivamente. En 2011, había proyectado la apertura de 9,443 kilómetros de líneas 2D y 1,766 Km2 de sísmica 3D.
Al impacto territorial de la exploración sísmica, la perforación y producción de pozos hay que añadirle los riesgos de rotura del Oleoducto Norperuano (888 Km) y su Ramal Capirona-Nueva Esperanza (255 Km), con cuatro décadas a sus espaldas, así como los gasoductos de líquidos y gas de Camisea a Pisco y Melchorita (808 Km). A parte, dos nuevos ductos en construcción, el Log Selva y Gasoducto Andino Sur, en fase de construcción, conectarán el gas de los lotes 56, 57 y 58 a los puertos de exportación y a nuevas petroquímicas proyectadas en el sur del país.
Pueblos en Aislamiento Voluntario
Los pueblos en aislamiento son pueblos o segmentos de pueblos indígenas que rehúsan todo tipo de contacto con la población mayoritaria. También pueden ser grupos pertenecientes a diversos pueblos ya contactados que tras una relación intermitente con las sociedades envolventes deciden volver a una situación de aislamiento como estrategia de supervivencia y rompen voluntariamente todas las relaciones que pudieran tener con dichas sociedades. Son pueblos muy integrados en los ecosistemas que habitan pero que desconocen el funcionamiento de la sociedad mayoritaria, lo que les coloca en una situación de indefensión y extrema vulnerabilidad ante los diferentes actores que ingresan en sus teritorios. En la mayoría de casos se encuentran en grave peligro de extinción (OACNUDH , 2012).
Su frágil y vulnerable situación debería ser clave para generar una serie de obligaciones dentro del marco jurídico de los derechos humanos que impliquen directamente a los Estados y a las instituciones internacionales en su protección ( BERRAONDO, 2011).
En Perú existen al menos 15 pueblos indígenas en aislamiento voluntario clasificados principalmente al interior de las famílias lingüísticas Arawak y Pano. A parte, existen varios grupos todavía no identificados en las intransitadas nacientes de los ríos Tahuamanu, Yaco, Chandless, Las Piedras, Mishagua, Inuya, Sepahua y Mapuya, al sur oriente. Investigaciones recientes indican la presencia de conjuntos posiblemente de las familias lingüísticas Záparo y Waorani, en Loreto, cerca de la frontera con Ecuador, y otros no identificados al sur de Madre de Dios, en la zona fronteriza con Bolivia (HUERTAS, 2010). Desde 2003, se han creado 5 Reservas Territoriales donde el Estado vela por la protección de algunos de estos pueblos. Además existen otras 5 Reservas Territoriales en fase de aprobación. La mayor parte de ellas están superpuestas a lotes petroleros en fase de exploración o producción ( ver Tabla 1).
Repsol y Perenco negan los pueblos del Napo Tigre
Desde hace una década, la confederación indígena AIDESEP reclama la creación de una Reserva Territorial que abarque la región fronteriza con Ecuador entre los ríos Napo y Tigre. Existen abundantes reportes de las comunidades nativas locales, centros poblados, así como madereros, militares de los puestos fronterizos y personas vinculadas a empresas petroleras que operan en la zona que confirman la presencia de pueblos indígenas en aislamiento en la zona. Parte de esta información ha sido registrada durante investigaciones de campo y plasmada en informes principalmente por especialistas del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, IIAP (2002), comisionados de la Defensoría del Pueblo (2003), personal técnico de AIDESEP (2005), de la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente, ORPIO (2008), así como trabajadores de la empresa Global de Consultoría e Ingeniería Pöyri (2008). Se trataría de grupos Huaorani en aislamiento que transitan desde Ecuador, y posiblemente algún segmento de la etnia Zápara.
Sin embargo, el inicio de operaciones en los lotes 67 y 39, operado por Perenco y Repsol respectivamente se interpone gravemente en el destino de estos pueblos (4). En el lote 39 , de 886.820 hectáreas, se abrieron en 2001 383 kilómetros de líneas sísmicas y posteriormente un pozo exploratorio , el “Buena Vista 1X” dió resultados positivos. En 2006 se reportaron reservas del orden de 300 millones de barriles de petróleo. Se anunciaba una producción de hasta 100 mil barriles de petróleo diarios gracias a la perforación de aproximadamente 150 pozos, asi como facilidades de procesamiento y un oleoducto para conextar los lotes 67 y 39 con el Oleoducto Norperuano (5).
Oficialmente, Repsol y Perenco han negado la existencia de pueblos en aislmaiento, a pesar de que en sus Estudios de Impacto Ambiental para la exploración sísmica, la consultora GEMA hacen mención a estos pueblos (GEMA, 2007). Ante la insistencia de las organizaciones indígenas para crear la Reserva Terriotorial, Perenco contrató a la Consultora Daimi, la cual negó en su informe la presencia de indígenas aislados. Sin embargo, entrevistados los autores del informe en el diario The Guardian (24 de julio de 2009) (6) reconocieron haber encontrado huellas y restos de viviendas, pero que se les exigió concluir su estudio con la postura de las empresas petroleras (HUERTAS, 2010).
Por otro lado, en Ecuador, la ejecución de operaciones hidrocarburíferas en cerca de una decena de concesiones hidrocarburíferas ubicadas en la zona contigua del norte, en Ecuador, entre ellos el controvertido bloque 16 de Repsol YPF, refleja una situación muy crítica para estos pueblos cada vez más cercados y amenazados por esta actividad.
El gas de la Reserva Territorial Nahua Kugakapori
Las consecuencias del contacto infeccioso sufrido entre los Nahuas durante el ingreso de Shell en el río Mishahua son bastante conocidos. En 1984, helicópteros y campamentos de esta compañía abrieron el acceso al río Mishahua hasta entonces inaccesible por la conocida resistencia activa del pueblo Nahua. Los madereros siguieron los pasos de Shell, secuestraron a cuatro nahuas después de un ataque y los condujeron al campamento de la compañía en Sepahua (7). Tras una semana de contacto, fueron posteriormente liberados, dispersando una epidemia de gripe y tos ferina que diezmó al pueblo nahua reduciendo su población en un 50% en los siguientes meses (8). Este hecho motivó a que en 1990 se creara la Reserva Territorial Nahua Kugakapori Nantis y Otros, de 457.435 hectáreas para proteger a los pueblos Nahuas, Nantis y Machiguengas en estado de aislamiento voluntario o contacto inicial.
Sin embargo, la superposición de esta área con una concesión anterior, el lote 88, ha generado situaciones conflictivas. Este lote, heredero de la exploración y perforación que hizo Shell en la década de 1980, alberga importantes reservas de gas que son explotadas hoy día por el Consorcio Camisea (9). A parte, es necesario destacar los impactos indirectos generados por los lotes circundantes a la reserva, en la actualidad ya en fase de producción, como son los lotes 56 (Pluspetrol), 57 (Repsol) y 58 (Petrobras), que han implantado un proceso de industrialización en toda la cuenca del Bajo Urubamba (10). A pesar de la existencia de pozos y ductos en el interior del lote 88, previos a la creación de la Reserva, la ley prohibe cualquier ampliación de las operaciones más allá de lo establecido.
Últimamente la comunidad Nahua de Santa Rosa de Serjali, en situación de contacto inicial, denunció que habían encontrado un grupo de 50 trabajadores en las cabeceras del río Mishahua. En julio de 2011, un grupo de diez adultos de esta comunidad fueron contratados por la empresa Pluspetrol para realizar actividades de vigía en el interior de la Reserva, lo que hace pensar en que la empresa prevé posibles contactos con grupos aislados (11).
En un contexto nacional de contraste entre euforia y celos sobre el destino de la producción gasífera, cuyo inicio de exportaciones en 2010 desató masivas movilizaciones en la provincia de la Convención, existe poco debate sobre las consecuencias que la explotación de este recurso genera sobre las poblaciones en aislamiento o contacto inicial. Al respecto, algunas organizaciones alertan sobre el estado de extrema vulnerabilidad de los pueblos en contacto inicial, como el pueblo nahua ante los intereses del proyecto Camisea de ampliar operaciones (12). El descubrimiento de un documento confidencial en que Pluspetrol instalará una antena parabólica para sintonizar Direct TV en la comunidad Nahua, como parte de las comensaciones, no hace sino aumentar los temores.
Por otro lado, en la Reserva, también existen comunidades Nantis, en situación de contacto inicial, que han expresado su voluntad de recibir ciertas atenciones médicas, sin que esto suponga abrir las puertas al ingreso de las compañías en la Reserva. La posición del gobierno al respecto, ha sido hasta el momento, impedir la asistencia a estas comunidades y a la vez facilitar la entrada a las compañías petroleras con la condición de no realizar consultas con las comunidades (13). Algo que ha sido denunciado por los Nantis, que en 2011 reportaron la aparición de rastros de actividades sísmicas no declaradas en el interior de la Reserva (14).
Detener el etnocidio
Nantis, Machiguengas, Nahuas, Záparos o Huaoranis son algunos de los pueblos en aislamiento voluntario gravemente amenzados por el avance extractivo en la Amazonía de Perú, y otros muchos más quedaron al margen de este artículo. Los impactos de la actividad petrolera en la Amazonía están sobradamente documentados cómo para fomentar políticas gubernamentales encaminadas a la defensa de los pueblos amazónicos. Una de ellas sería declarar una moratoria de nuevas concesiones en la Amazonía, justificada en que ya ha sido entregado casi todo su territorio a los consorcios transnacionales.
Otra política eficaz sería la pronta oficialización de las Reservas Territoriales propuestas en base a la existencia de pueblos en aislamiento y que estas prohíban las actividades extractivas en su interior. Esto significaría la paralización de los planes operativos de empresas como Perenco, Repsol y Pluspetrol, entre otras, evitando así la desaparición física y cultural de los pueblos que todavía existen. Desde la sociedad civil, tocaría presionar a las corporaciones , impulsando campañas informativas y judiciales para visibilizar la tremenda injusticia sobre unos pueblos que por no tener voz, se les niega también el derecho a la vida.
Tabla 1.
Superposición de lotes petroleros a Reservas Territoriales oficiales y propuestas para los pueblos en aislamiento voluntario
Petróleo en la Amazonía
Desde 1974, la producción petrolera en la Amazonía peruana ha empeorado sensiblemente la calidad de vida en los territorios afectados por los lotes 8, 8X y 1AB, que con sus 27.778 barriles diarios en 2011 aportaban el 40% de la producción nacional (1). Los sistemáticos vertidos de aguas de formación en los ríos Napo, Corrientes y Marañón se refleja hoy día en cuadros epidemiológicos críticos para los pueblos quichua y achuar (2). En el sur, el polo gasífero de Camisea también ha causado estragos en los ecosistemas fluviales de la cuenca del río Urubama, especialmente en la sucesión de roturas del gasoducto de Camisea- Pisco en los años 2004-2006 (3).
La ampliación de la frontera petrolera multiplicará los impactos en los ecosistemas amazónicos
En la última década, se ha acelerado la entrega de lotes petroleros en la Amazonía afectando ya a más del 72% del territorio y la mitad de estas concesiones se han otorgado en zonas donde nunca hubo actividad. A lo largo de la historia, sólo un 16% del territorio de la Amazonía peruana se ha salvado de tener en algún momento un bloque petrolero. (FINER y ORTA, 2010). En 2011 había ya más de 50 compañías petroleras operando en un centenar de lotes en territorio peruano. Según datos del Ministerio de Energía y Minas, en el año 2010 se registraron 7,405 km de líneas sísmicas 2D y 4,108 Km2 de líneas sísmicas 3D, que comparados con el año anterior representa un incremento de 24,1% y 77,9% respectivamente. En 2011, había proyectado la apertura de 9,443 kilómetros de líneas 2D y 1,766 Km2 de sísmica 3D.
Al impacto territorial de la exploración sísmica, la perforación y producción de pozos hay que añadirle los riesgos de rotura del Oleoducto Norperuano (888 Km) y su Ramal Capirona-Nueva Esperanza (255 Km), con cuatro décadas a sus espaldas, así como los gasoductos de líquidos y gas de Camisea a Pisco y Melchorita (808 Km). A parte, dos nuevos ductos en construcción, el Log Selva y Gasoducto Andino Sur, en fase de construcción, conectarán el gas de los lotes 56, 57 y 58 a los puertos de exportación y a nuevas petroquímicas proyectadas en el sur del país.
Pueblos en Aislamiento Voluntario
Los pueblos en aislamiento son pueblos o segmentos de pueblos indígenas que rehúsan todo tipo de contacto con la población mayoritaria. También pueden ser grupos pertenecientes a diversos pueblos ya contactados que tras una relación intermitente con las sociedades envolventes deciden volver a una situación de aislamiento como estrategia de supervivencia y rompen voluntariamente todas las relaciones que pudieran tener con dichas sociedades. Son pueblos muy integrados en los ecosistemas que habitan pero que desconocen el funcionamiento de la sociedad mayoritaria, lo que les coloca en una situación de indefensión y extrema vulnerabilidad ante los diferentes actores que ingresan en sus teritorios. En la mayoría de casos se encuentran en grave peligro de extinción (OACNUDH , 2012).
Su frágil y vulnerable situación debería ser clave para generar una serie de obligaciones dentro del marco jurídico de los derechos humanos que impliquen directamente a los Estados y a las instituciones internacionales en su protección ( BERRAONDO, 2011).
En Perú existen al menos 15 pueblos indígenas en aislamiento voluntario clasificados principalmente al interior de las famílias lingüísticas Arawak y Pano. A parte, existen varios grupos todavía no identificados en las intransitadas nacientes de los ríos Tahuamanu, Yaco, Chandless, Las Piedras, Mishagua, Inuya, Sepahua y Mapuya, al sur oriente. Investigaciones recientes indican la presencia de conjuntos posiblemente de las familias lingüísticas Záparo y Waorani, en Loreto, cerca de la frontera con Ecuador, y otros no identificados al sur de Madre de Dios, en la zona fronteriza con Bolivia (HUERTAS, 2010). Desde 2003, se han creado 5 Reservas Territoriales donde el Estado vela por la protección de algunos de estos pueblos. Además existen otras 5 Reservas Territoriales en fase de aprobación. La mayor parte de ellas están superpuestas a lotes petroleros en fase de exploración o producción ( ver Tabla 1).
Repsol y Perenco negan los pueblos del Napo Tigre
Desde hace una década, la confederación indígena AIDESEP reclama la creación de una Reserva Territorial que abarque la región fronteriza con Ecuador entre los ríos Napo y Tigre. Existen abundantes reportes de las comunidades nativas locales, centros poblados, así como madereros, militares de los puestos fronterizos y personas vinculadas a empresas petroleras que operan en la zona que confirman la presencia de pueblos indígenas en aislamiento en la zona. Parte de esta información ha sido registrada durante investigaciones de campo y plasmada en informes principalmente por especialistas del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, IIAP (2002), comisionados de la Defensoría del Pueblo (2003), personal técnico de AIDESEP (2005), de la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente, ORPIO (2008), así como trabajadores de la empresa Global de Consultoría e Ingeniería Pöyri (2008). Se trataría de grupos Huaorani en aislamiento que transitan desde Ecuador, y posiblemente algún segmento de la etnia Zápara.
Sin embargo, el inicio de operaciones en los lotes 67 y 39, operado por Perenco y Repsol respectivamente se interpone gravemente en el destino de estos pueblos (4). En el lote 39 , de 886.820 hectáreas, se abrieron en 2001 383 kilómetros de líneas sísmicas y posteriormente un pozo exploratorio , el “Buena Vista 1X” dió resultados positivos. En 2006 se reportaron reservas del orden de 300 millones de barriles de petróleo. Se anunciaba una producción de hasta 100 mil barriles de petróleo diarios gracias a la perforación de aproximadamente 150 pozos, asi como facilidades de procesamiento y un oleoducto para conextar los lotes 67 y 39 con el Oleoducto Norperuano (5).
Oficialmente, Repsol y Perenco han negado la existencia de pueblos en aislmaiento, a pesar de que en sus Estudios de Impacto Ambiental para la exploración sísmica, la consultora GEMA hacen mención a estos pueblos (GEMA, 2007). Ante la insistencia de las organizaciones indígenas para crear la Reserva Terriotorial, Perenco contrató a la Consultora Daimi, la cual negó en su informe la presencia de indígenas aislados. Sin embargo, entrevistados los autores del informe en el diario The Guardian (24 de julio de 2009) (6) reconocieron haber encontrado huellas y restos de viviendas, pero que se les exigió concluir su estudio con la postura de las empresas petroleras (HUERTAS, 2010).
Por otro lado, en Ecuador, la ejecución de operaciones hidrocarburíferas en cerca de una decena de concesiones hidrocarburíferas ubicadas en la zona contigua del norte, en Ecuador, entre ellos el controvertido bloque 16 de Repsol YPF, refleja una situación muy crítica para estos pueblos cada vez más cercados y amenazados por esta actividad.
El gas de la Reserva Territorial Nahua Kugakapori
Las consecuencias del contacto infeccioso sufrido entre los Nahuas durante el ingreso de Shell en el río Mishahua son bastante conocidos. En 1984, helicópteros y campamentos de esta compañía abrieron el acceso al río Mishahua hasta entonces inaccesible por la conocida resistencia activa del pueblo Nahua. Los madereros siguieron los pasos de Shell, secuestraron a cuatro nahuas después de un ataque y los condujeron al campamento de la compañía en Sepahua (7). Tras una semana de contacto, fueron posteriormente liberados, dispersando una epidemia de gripe y tos ferina que diezmó al pueblo nahua reduciendo su población en un 50% en los siguientes meses (8). Este hecho motivó a que en 1990 se creara la Reserva Territorial Nahua Kugakapori Nantis y Otros, de 457.435 hectáreas para proteger a los pueblos Nahuas, Nantis y Machiguengas en estado de aislamiento voluntario o contacto inicial.
Sin embargo, la superposición de esta área con una concesión anterior, el lote 88, ha generado situaciones conflictivas. Este lote, heredero de la exploración y perforación que hizo Shell en la década de 1980, alberga importantes reservas de gas que son explotadas hoy día por el Consorcio Camisea (9). A parte, es necesario destacar los impactos indirectos generados por los lotes circundantes a la reserva, en la actualidad ya en fase de producción, como son los lotes 56 (Pluspetrol), 57 (Repsol) y 58 (Petrobras), que han implantado un proceso de industrialización en toda la cuenca del Bajo Urubamba (10). A pesar de la existencia de pozos y ductos en el interior del lote 88, previos a la creación de la Reserva, la ley prohibe cualquier ampliación de las operaciones más allá de lo establecido.
Últimamente la comunidad Nahua de Santa Rosa de Serjali, en situación de contacto inicial, denunció que habían encontrado un grupo de 50 trabajadores en las cabeceras del río Mishahua. En julio de 2011, un grupo de diez adultos de esta comunidad fueron contratados por la empresa Pluspetrol para realizar actividades de vigía en el interior de la Reserva, lo que hace pensar en que la empresa prevé posibles contactos con grupos aislados (11).
En un contexto nacional de contraste entre euforia y celos sobre el destino de la producción gasífera, cuyo inicio de exportaciones en 2010 desató masivas movilizaciones en la provincia de la Convención, existe poco debate sobre las consecuencias que la explotación de este recurso genera sobre las poblaciones en aislamiento o contacto inicial. Al respecto, algunas organizaciones alertan sobre el estado de extrema vulnerabilidad de los pueblos en contacto inicial, como el pueblo nahua ante los intereses del proyecto Camisea de ampliar operaciones (12). El descubrimiento de un documento confidencial en que Pluspetrol instalará una antena parabólica para sintonizar Direct TV en la comunidad Nahua, como parte de las comensaciones, no hace sino aumentar los temores.
Por otro lado, en la Reserva, también existen comunidades Nantis, en situación de contacto inicial, que han expresado su voluntad de recibir ciertas atenciones médicas, sin que esto suponga abrir las puertas al ingreso de las compañías en la Reserva. La posición del gobierno al respecto, ha sido hasta el momento, impedir la asistencia a estas comunidades y a la vez facilitar la entrada a las compañías petroleras con la condición de no realizar consultas con las comunidades (13). Algo que ha sido denunciado por los Nantis, que en 2011 reportaron la aparición de rastros de actividades sísmicas no declaradas en el interior de la Reserva (14).
Detener el etnocidio
Nantis, Machiguengas, Nahuas, Záparos o Huaoranis son algunos de los pueblos en aislamiento voluntario gravemente amenzados por el avance extractivo en la Amazonía de Perú, y otros muchos más quedaron al margen de este artículo. Los impactos de la actividad petrolera en la Amazonía están sobradamente documentados cómo para fomentar políticas gubernamentales encaminadas a la defensa de los pueblos amazónicos. Una de ellas sería declarar una moratoria de nuevas concesiones en la Amazonía, justificada en que ya ha sido entregado casi todo su territorio a los consorcios transnacionales.
Otra política eficaz sería la pronta oficialización de las Reservas Territoriales propuestas en base a la existencia de pueblos en aislamiento y que estas prohíban las actividades extractivas en su interior. Esto significaría la paralización de los planes operativos de empresas como Perenco, Repsol y Pluspetrol, entre otras, evitando así la desaparición física y cultural de los pueblos que todavía existen. Desde la sociedad civil, tocaría presionar a las corporaciones , impulsando campañas informativas y judiciales para visibilizar la tremenda injusticia sobre unos pueblos que por no tener voz, se les niega también el derecho a la vida.
Tabla 1.
Superposición de lotes petroleros a Reservas Territoriales oficiales y propuestas para los pueblos en aislamiento voluntario
super- suscripción Área (ha) Condición operativa
Reserva Territorial del Estado (RT) Kugapakori,
Nahua, Nanti y otros
88 Pluspetrol 143.500 Explotación
RT Isconahua
138 Pacific Stratus 414.220
Exploración
Propuesta de Reserva Territorial (PRT) Napo-Tigre 67 Perenco 101.931 Explotación
39 Repsol 886.820
Exploración
117 Petrobrás 1.094.040 Exploración
121 Subandean 351.933 Exploración
PRT Yavarí Mirim 128 Gran Tierra Energy 897.750 Exploración
PRT Yavarí Tapiche 95 Harken 515.731 Exploración
135 Pacific Stratus Energy 1.020.390 Exploración
137 448.944 Exploración
PRT Maquía – Callería 31B Maple 71.050 Explotación
31E 141.003 Exploración
132 A Golden Oil Corporation 148.380 Exploración
160 Compañía
Consultora
de Petróleo 484.400 Exploración
PRT Cacataibo 107 Petrolífera Petroleum 628.927 Exploración
133 Petrolífera Petroleum del Perú SAC 396.050 Exploración
Fuente:
Perupetro, Mapa de contratos de exploración y explotación de hidrocarburos. Julio, 2010
Notas:
Fuente:
Perupetro, Mapa de contratos de exploración y explotación de hidrocarburos. Julio, 2010
Notas:
(1) La producción nacional de crudo (69.412 Bbld) declina anualmente debido a la madurez de sus campos principales operados por Petroperú ( antes Occidental) y Pluspetrol en los lotes 8, 8x y 1AB. Datos de Perupetro 2011.
(2) Informes de la administración ya detectaron en 2004 y 2006 que el 99,20% de la población adulta superaba los valores límites de cadmio en sangre. OSINERG y Ministerio de Salud detectaron OSINERG, Informe.- Lotes 1-AB y 8, Respuesta al Oficio Nº0075-2004-jdc/CR del Congreso de la República, Gerencia de Fiscalización en Hidrocarburos, Lima, marzo 2004, Dirección General de Asuntos Ambientales de Pesquería- DIGAAP, Informe de la Evaluación Ambiental de la Contaminación por Hidrocarburos del Río Corrientes Trompeteros- Loreto, Lima, julio-2006
(3) 6 roturas en el gasoducto de Camisea entre los años 2004 y 2006 causaron el vertido de miles de barriles y la mortaldad masiva de peces. En abril de 2012, un nuevo derrame fue denunciado por el Consejo Machiguenga del Río Urubamba. GAVALDÀ, Marc, Urubamba, Hidrovía Petrolera, en http://servindi.org
(4)Barrett inició operaciones en el lote 39. Luego ingresó Repsol YPF asociada con Burlington, posteriormente con Conoco-Philips, la cual se retiró en 2011. Más tarde se asoció a PetroVietnam y la compañía india Reliance.
(5)Datos de la Sociedad Nacional de Mineria y Peetróleo . http://www.snmpe.org.pe/revista/edicion71/PDF/Panorama.pdf
(6)Ver artículo en: http://www.guardian.co.uk/environment/2009/jul/04/peru-amazon-rainforest-conservation
(7)SHELL, Radiogram From: R Petterman Camp Sepahua To: D Sutto Sup Lima Date 09/05/84, transcrito integralmente en inglés y traducido en ALVAREZ, Ricardo, “Recordando la historia”, Estudios Amazónicos , Nº1, Lima , 2004
(8)Shepard (1999) estima una mortalidad del 42%, basado en entrevistas genealógicas, pero el número exacto sería superior si se toma en cuenta que en algunos casos familias enteras murieron (SHEPARD 1999:38, SHINAI, 2004)
(9)Formado por Pluspetrol (operadora), SK, Hunt Oil, Repsol y Tecpetrol. En 2011, el lote 88 producía 443,742.89 miles de pies cúbicos (Mcf) de gas diarios.
(10)GAVALDÀ, Marc, Industrializar el Bajo Urubamba, febrero, 2012. http://servindi.org
(11)Alerta Amazónica, entrevistas a comunarios nahuas de Santa Rosa de Serjali, Sepahua, 10/07/2011. Entrevista a Conrad Feather, antropólogo especialista en el pueblo Nahua, Atalaya, 05/07/2011
(12)Ver extenso análisis en FEATHER, Conrad, What does it mean to be vulnerable?, noviembre, 2011. http://www.forestpeoples.org/
(13)ALERTA AMAZÓNICA, entrevista a Jackeline Binari, abogada del Consejo Machiguenga del Río Urubamba, Quillabamba 21/07/2011. http://alertamazonica.wordpress.com
(15)ALERTA AMAZÓNICA, entrevista a P. David Martínez, Misión Dominica de Kirigueti , C.N. Kirigueti, 14/07/2011
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