Greenpeace, 21 de agosto, 2012.- La lista de las pequeñas o no tan pequeñas cosas que el cambio climático puede arruinar es larga, aquí sólo hemos querido dar unos pocos ejemplos de lo que puede ocurrir.
Comencemos por los desayunos. A los amantes del café les será cada vez más difícil obtener la dosis diaria de cafeína ya que se va a convertir en un tesoro muy raro y caro. Por ejemplo, Starbucks ya ha planteado que el cambio climático es una amenaza seria para el grano de café arábica.
Para los más golosos, un informe publicado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical advierte de que el chocolate podría convertirse en un artículo de lujo si los agricultores no se adaptan al aumento de las temperaturas en países como Ghana y Costa de Marfil, donde se cultiva la mayor parte del cacao del mundo.
También la miel se verá afectada. Según el Center for a Better Life las poblaciones de abejas están abandonando los Estados Unidos, así como otros países, lo que significa una disminución de la cantidad de miel y la desaparición de muchos cultivos, ya que las abejas son las encargadas de polinizarlos.
Por otro lado, la producción de caña de azúcar en Indonesia está en descenso, y se espera que disminuya hasta en un 30%.
Otros alimentos como la trucha y el salmón también se verán afectados. Según un estudio realizado en 2002 por el Natural Resources Defense Council and Defenders of Wildlife, el calentamiento del planeta no augura nada bueno para las especies que prosperan en las corrientes frías. Es probable que estimule su desaparición entre un 18 y un 38% para 2090.
Los científicos de la Oficina Meteorológica Británica advierten de que Italia puede verse muy pronto obligada a importar los ingredientes básicos para hacer su famosa pasta, ya que el cambio climático hará que sea imposible el cultivo de trigo duro en el país. Se estima que podría desaparecer para finales de este siglo.
Alemania, famosa por la producción de algunas de las mejores cervezas del mundo, podría sufrir una caída en la producción de esta bebida debido a la escasez de agua provocada por el cambio climático. La investigación publicada a principios de este año en la revista Nature Climate Change determina que “a menos que los agricultores desarrollen variedades más tolerantes al calor, las olas de calor cada vez más frecuentes harán aumentar los precios de forma estrepitosa”.
El vino también se está viendo afectado. El sabor del vino es el resultado de un frágil equilibrio entre el azúcar y la acidez de las uvas y la temperatura. Los viticultores de la región de Champagne en Francia y los científicos ya han observado cambios en los últimos 25 años en los viñedos. El año pasado, The Telegraph informó que Burdeos, una de las regiones productoras de vino más famosas del mundo, puede que para 2050 sea una zona “no apta para la viticultura”.
Pero el cambio climático no sólo está afectando a nuestros caprichos culinarios también afectará a nuestras celebraciones familiares como puede ser la Navidad. Un documento de 2010 en la revista Food Research International encontró que el cambio climático puede que afecte al coste y a la calidad de los platos tradicionales como los que nos comemos en Navidad o Noche Vieja.
El aumento de la temperatura afectará a la calidad de muchos de los alimentos como la carne de pavo, calabazas, batatas, judías verdes, marisco, etc… siendo alimentos sensibles a la escasez de agua, declaró Neville Gregory, autor del estudio: La crisis del clima. Evidencias del cambio climático en España.
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