lunes, 27 de agosto de 2012

¿Quién dijo que el canón minero se lo debemos a las mineras?


Por: Carlos Vera Munárriz

En diferentes medios de comunicación venimos siendo testigos de una agresiva campaña propagandística de las diferentes empresas mineras del país, intentándonos explicar y –según ellos- convencer, sobre sus “bondadosos” y “voluntarios” aportes que realizan a la sociedad.

Las empresas mineras, afirman que entre esos beneficios que nos otorgan, está el hecho de recibir ingentes cantidades por concepto de canon minero. Ante dichas afirmaciones, cabe preguntarnos, ¿El canon minero lo pagan las empresas mineras?; la respuesta es un puntual, objetivo y categórico: No. El canon minero, según su propia ley (27506), es sólo el 50% del impuesto a la renta que pagan las empresas mineras. Es un derecho que tienen los pueblos donde existe actividad minera a recibir anualmente depósitos en las cuentas de sus municipios.

Quiere decir que las empresas mineras, lo único que pagan es su impuesto a la renta, tal como lo hace cualquier comercio o empresa legal. Las mineras no están obligadas a pagar ningún monto por daño ambiental ni por concepto de reparación, sólo pagan una común y corriente obligación tributaria, tal como lo hacen la bodeguita o panadería de su barrio, la cantina que le vende cerveza, la discoteca donde baila el fin de semana, la peluquería donde se corta el cabello, o el puesto comercial que le ofrece ropa de moda.

Al llegar a la simple conclusión que el canon minero no lo paga la empresa minera, nos podemos preguntar: ¿quién lo paga? La respuesta es fácil; lo paga el mismo estado. Quiere decir que el estado peruano sacrifica la mitad de lo que recauda por impuesto a la renta que pagan las mineras, y lo distribuye a los departamentos donde se extrae el mineral. Ergo, el canon minero es un dinero que por naturaleza le pertenece a todas y todos los peruanos. Porque cualquier peruano que consume una gaseosa o un paquete de galletas en un kiosco está pagando impuestos, al comprarlos a precios mayores al de su fabricación. Si usted cada vez que saca una moneda de su bolsillo está tributando; las empresas mineras hacen esa misma y nada asombrosa obligación.

Cabe resaltar, que el estado únicamente le exige una declaración jurada simple a las empresas mineras, sobre su reporte de ganancias y pérdidas, y se da por agradecido. De acuerdo a esos informes se accede al monto que recaudará de éstas en su impuesto a la renta, que incluso es de tercera categoría. Las mineras ni bien desembolsen un dinero para “donación”, lo declararán como gasto, porque están obligados a hacerlo; por consiguiente, reportarán menos ganancia; y ganando menos pagarán menos impuestos; teniendo como resultado menos canon. Conclusión: Si una empresa minera obsequia bucitoso mochilitas para escolares, en realidad las estamos pagando nosotros mismos.

No podemos negar, que los montos transferidos a los municipios beneficiados por concepto de canon minero, son millonarios. Desde el año 2004, el departamento de Tacna ha recibido más de 2 mil millones de nuevos soles por esta ley. Pero, si el canon minero es dinero del estado, por qué tenemos que estar tan agradecidos a las empresas mineras de un dinero que es nuestro. Es momento de sacudirnos de esa mentalidad colonial, y aprovechar la gran oportunidad que tenemos al contar con estas ventajas, y materializar esos millones de nuevos soles en proyectos que signifiquen un desarrollo y mejora de la calidad de vida de nuestra población.

Según estimaciones del organismo Mejorando la Inversión Municipal MIM Tacna, este año 2012, nuestro departamento recibirá un 8% menos de canon, en comparación del año 2011, debido a la menor utilidad neta de la principal empresa minera de la zona. Ante esta situación, no es posible, que un pueblo de gente trabajadora y emprendedora como Tacna, someta su desarrollo a una actividad no renovable, como la minería. Es momento de que la sociedad civil, reflexione sobre el derrotero que debe tener su región, provincia y/o distrito. No pasemos a la historia como la generación que dilapidó los dineros del canon minero, dinero de toda la población, en proyectos de inversión que no resuelvan las principales necesidades que por años posterga el bienestar de Tacna.

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