Un
gran indicador de la relevancia a nivel internacional de las noticias de
Indonesia es mi madre. Si hay un terremoto, alerta de tsunami, naufragio,
tifón, volcán en erupción, inundación, fallecimiento extraño, posible actividad
terrorista en este lado del mundo… lo que sea, tengo un email de ella en mi
bandeja de entrada informándome. Es por ello que yo me pregunto, ¿por qué no me
ha comentado aún nada sobre el mayor desastre natural a nivel mundial que lleva
asolando el país desde hace más de un mes? Sé la respuesta. No ha leído nada al
respecto porque no se está informando sobre ello en los medios. Los intereses
son demasiado individualistas y de personas poderosas como para controlar la
información.
Llevo
tiempo queriendo escribir sobre esto. Probablemente para muchos será la primera
noticia que tengan al respecto.
Por
resumirlo brevemente, las islas de Sumatra y Kalimantan (Borneo) llevan en
llamas semanas echando a perder una valiosísima naturaleza, llena de selvas,
fauna y flora autóctona y dañando la salud de millones de personas tanto en
Indonesia como en los países de alrededor. Ya hay decenas de fallecidos por
inhalación de gases, colegios y escuelas cerrados desde hace meses incluso en
Singapur, se estima que habrá millones de personas con problemas respiratorios
y a día de hoy sigue sin mejorar la situación.
Todos
los años arden las selvas indonesias y malasias, especialmente las situadas en
Sumatra y Borneo por una única y sencilla razón: EL ACEITE DE PALMA. Empresas
dedicadas a su explotación, queman miles y miles de hectáreas cada año para la
posterior plantación de las “palmeras” de las que obtendrán este aceite. A
cambio, pagan cifras lo suficientemente elevadas para acallar a gobiernos
locales, regionales e incluso centrales. Por eso nadie hace nada. Mientras la
población lleva meses sin ver el sol a causa del humo, los orangutanes y otras
especies locales mueren al ser destruido su hábitat, los niños tienen que
quedarse en casa o salir con mascarilla a la calle y en definitiva cualquier
tipo de vida es aniquilada o diezmada, no se hace nada.
Al
parecer, países como Japón, Singapur o Corea han ofrecido su colaboración en
las tareas de extinción de los incendios pero Indonesia ha denegado su ayuda.
Indonesia es el mayor productor de aceite de palma del mundo seguido por
Malasia. En los últimos 10 años, Indonesia ha perdido una superficie forestal
equivalente a la mitad de Inglaterra. Durante este mismo período, la producción
de aceite de palma se ha duplicado en el país.
Puedo
seguir dando datos terribles. En algunas ciudades la visibilidad es nula a
partir de los 30 metros de distancia debido al humo. En sólo 3 semanas,
Indonesia ha emitido más cantidad de CO2 que la que emite Alemania en todo un
año. Orangutanes, gibones, el rinoceronte de Sumatra, el elefante de Sumatra…
todos están en verdadero peligro, su especie está bajo continua amenaza. Pero
los medios de comunicación están haciendo la vista gorda. Como para luego no
creer en conspiraciones...
Miles
de agricultores pierden cada año sus cultivos (única fuente de ingresos) ante
las “incontrolables” llamas deliberadamente provocadas. Sin embargo, este año,
el fenómeno de “El Niño” ha sido especialmente duro haciendo que la estación
seca se alargue más de lo habitual y por tanto contribuyendo desinteresadamente
a la causa.
Parece
que como individuos no podemos hacer nada para evitar esto, pero es tan fácil
como dejar de consumir los productos que tienen aceite de palma. Un aceite, por
cierto, de calidad inferior, con el que los gigantes del comercio a nivel
mundial aumentan cada día sus beneficios. El 90% de esas empresas “buenas” y de
“confianza” que todos tenemos en mente, son precisamente las peores. Cereales,
champú, detergente, bollería, cosméticos, … está en el 50% de los productos que
consumimos. Se estima que cada ciudadano ingiere una cantidad anual de 10 kg de
aceite de palma. El consumo responsable es nuestra mejor arma para terminar con
el mayor desastre natural del siglo XXI hasta la fecha.
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