lunes, 2 de noviembre de 2015

[HUMBERTO CAMPODÓNICO] LOTE 64: LA PATRIA EN JUEGO


Otra vez el Ministro de Economía, Alonso Segura, ha vuelto a oponerse a la entrada de Petroperú a la explotación de petróleo. En carta entregada la semana pasada al Ministerio de Energía y Minas, dice que Petroperú no puede suscribir con la empresa Geopark el contrato de licencia para el Lote 64 –con 55 millones de barriles (MMB) de reservas probadas de petróleo ligero– que se encuentra en la Selva Norte, cerca del Oleoducto Norperuano.

Esta negativa del MEF llueve sobre mojado, pues se suma a su oposición a que Petroperú ingrese al Lote 192, lo que se plasmó en la negativa del presidente Humala a aprobar la autógrafa votada por el Congreso a favor de Petroperú y que fuera ratificada “en insistencia” en nueva votación la semana pasada.

Dice el MEF que Petroperú no debe explotar el Lote 64 porque se lo impide el Artículo 6 de la Ley 30130, que dice que la estatal no puede tener pasivos firmes ni contingentes (que no existen ahora, pero que se pueden dar en el futuro) mientras no culmine con la modernización de la Refinería de Talara. Agrega que la explotación del Lote 64 no es rentable y le causaría problemas económicos.

Esto no es así. En primer lugar, debe decirse que Petroperú obtuvo la propiedad del Lote 64 en marzo del 2013, antes de diciembre del 2013, mes en que se aprobó la Ley 30130. Por tanto, al Lote 64 no se le aplica esta ley.

Pero, más allá de los argumentos legales, existen sólidas razones que invalidan estos argumentos. En primer lugar, las empresas Talisman y Hess invirtieron US$ 500 millones en perforaciones en el Lote 64, lo que les permitió encontrar los 55 MMB. Por motivos empresariales decidieron no proseguir con la explotación y devolverle el lote a Perupetro.

En ese momento (diciembre 2012), bajo la iniciativa del Gerente de Explotación de Petroperú, el Ing. José Coz, Petroperú le plantea a Talisman y Hess que le cedan, a título gratuito, el Lote 64. Lo que efectivamente sucedió. Por tanto, la estatal ahora puede explotar ese Lote sin tener que recuperar US$ 500 millones.

Petroperú inició un proceso de selección de un socio estratégico a través de un concurso conducido por Merrill Lynch, que otorgó la buena pro a Geo Park, que explota petróleo en Brasil, Chile, Colombia y Argentina y que (muy importante) cotiza en la Bolsa de Nueva York.

Geo Park se ha comprometido a aportar el 100% del capital de inversión para la explotación del Lote 64 (sí el 100%), incluyendo la que corresponde a Petroperú. A cambio, Petroperú le cede a Geopark el 75% de las acciones, lo que se reduce (a favor de Petroperú) a medida que se recupere la inversión efectuada. Estos acuerdos son moneda corriente en el negocio petrolero.

Por tanto, Petroperú no incurriría en deudas para financiar la inversión. Pero el MEF se opone, no así Perupetro ni el Ministerio de Energía y Minas, que han dado el visto bueno al contrato de licencia en abril y junio de este año, respectivamente.

Esto es muy grave. La explotación del Lote 64 tiene múltiples sinergias positivas para el país, no solo para Petroperú. Veamos. El Lote 64 produciría 30,000 barriles diarios (BD), aumentando la producción del Perú en 50% (hoy 60,000 BD). Además, reduciría en 30% la importación de petróleo (hoy 90,000 BD). A lo largo del proyecto, se generarían impuestos y regalías por US$ 1,000 millones. Parte importante iría a Loreto.

No solo eso. El petróleo ligero del Lote 64 permitiría su mezcla con el crudo pesado del Lote 192 y facilita su transporte por el Oleoducto Norperuano. Esto evita la importación de solventes para diluir el petróleo pesado y mejora la puesta en valor del Oleoducto de Petroperú. También contribuye al abastecimiento de crudo de Talara que, de un lado, va a aumentar su capacidad en 50% (refinará ahora 90,000 BD) y, de otro, ha incorporado nuevas tecnologías para procesar petróleo pesado.

Más importante aún: la producción del Lote 64 (y la del 192) le permite a Petroperú acceder a la renta petrolera (diferencia entre el costo de producción y el precio de venta) lo que mejora su flujo de caja y, por tanto, su capacidad de pagar los préstamos para Talara. Esto disminuye la posibilidad de que use el aval de US$ 1,000 millones del Tesoro, previsto en el Art 5 de la Ley 30130.

Petroperú “no se distrae” –como ha dicho Ollanta Humala– cuando explota petróleo. Por el contrario se potencia, pues se integra verticalmente: está presente en toda la cadena de valor (y obtiene la renta petrolera) lo que hacen todas las petroleras del mundo.

Estamos en un cruce de caminos. Si se impone el MEF, el Estado va a perder 55 MMB de reservas probadas que al precio actual significan ingresos de US$ 2,500 millones. Todo porque Segura condena a la empresa estatal, a contracorriente de lo que sucede en el mundo: el 96% de las reservas probadas es propiedad de empresas estatales.

Es por ello de vital importancia una Petroperú modernizada, con reingeniería y Buen Gobierno Corporativo, pues implica autoabastecimiento de petróleo, disminución de la salida de divisas por importación, mayores ingresos para el fisco peruano y, también, mayor capacidad para pagar los préstamos de Talara. Eso es lo que planteó al inicio el Presidente Humala pero que, hoy, lamentablemente, ha abandonado por un ramplón fundamentalismo antiempresa pública.

No permitir que se exploten 55 MMB que obtuvo gratis el Estado por el capricho ideológico de la tecnocracia del MEF pone en juego a la patria. Con todas sus letras. Ojalá que seamos muchos los que no cejemos en el empeño de verlos derrotados.

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