Las negociaciones internacionales sobre el clima es uno de los espacios que requieren de esfuerzos concertados. Varias organizaciones han trabajado aunadamente en un llamado a una Campaña Mundial para exigir Justicia Climática, desde ahora hasta Durban y más allá. Invitamos a todos y todas a unirse a esta campaña Mundial y a firmar el llamado como una expresión de su compromiso.
movimientos y organizaciones comprometidos en numerosas luchas por un mundo nuevo, un mundo en el cual las necesidades, los intereses, derechos y aspiraciones de todos los pueblos tengan prioridad ante el lucro de las corporaciones y los excesos de las elites. En el año que tenemos por delante, nuestra solidaridad y acción colectiva son sumamente cruciales. El cambio climático ya tiene impactos devastadores a escala mundial y se está acelerando. El margen que nos queda para impedir que sobrevengan situaciones cruciales de ruptura y para detener la catástrofe climática se está achicando rápidamente.
El cambio climático es mucho más que una multiplicación de los sufrimientos de personas ya abrumadas por las injusticias del hambre, el desposeimiento y la violación de los derechos humanos. Es una crisis que también amenaza con exterminar vastas poblaciones y cambiar profundamente la vida en la Tierra. Debemos actuar con claridad, cohesión y coraje si queremos estabilizar el sistema del clima en el planeta y asegurar un mundo justo y sustentable.
Al igual que otras crisis mundiales, el cambio climático surge principalmente de estructuras económicas y sociales históricamente desiguales, de prácticas y políticas promovidas por países ricos, industrializados, y de sistemas de producción y consumo que sacrifican las necesidades de la mayoría en función de los intereses de una minoría. Los pueblos afectados del mundo tienen muy poca responsabilidad por la crisis climática y sin embargo sufren sus peores efectos y carecen de los medios para responder a ella.
Enfrentar esos desafíos exige una profunda transformación social en todos los países y a todos los niveles: local, nacional y mundial. Exige un cambio rápido hacia sistemas y métodos de producción y consumo que sean compatibles con los límites del planeta y estén dirigidos a satisfacer las necesidades de los pueblos, en lugar de la insaciable búsqueda de lucro.
Parte del proceso de una profunda transformación social es luchar por resultados inmediatos concretos, en términos de reducciones drásticas de emisiones de gases de efecto invernadero así como permitir que la gente pueda enfrentar los impactos de la crisis climática.
Es por todo esto que estamos embarcados en la lucha por una arquitectura climática internacional que se base en la ciencia, la equidad y la justicia. Los gobiernos reunidos este año en Durban para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima deben poner fin a años de dilaciones, y cumplir finalmente con su obligación moral, histórica y legal.
En lugar de honrar sus responsabilidades históricas y sus compromisos legales, los gobiernos de los países ricos industrializados han tratado de revertir los principios de la Convención sobre el Clima y desmantelar los acuerdos existentes. Este intento, que comenzó con el llamado Acuerdo de Copenhague, se profundizó con los resultados de Cancún y podría llegar a su culminación en Durban. Entre otras cosas procuran imponer un sistema nacional de “promesas y revisiones”, desreglamentar las normas multilaterales sobre el clima y promover falsas soluciones tales como la expansión de los mercados de carbono. A esos intentos debemos oponer una resistencia cada vez más firme.
Como parte de una lucha más amplia para alcanzar la justicia climática, indemnizar por la deuda climática y lograr una profunda transformación mundial, exigimos a todos los gobiernos que, para que las negociaciones internacionales tengan algún significado, lleguen a resultados que:
* Impidan un cambio climático catastrófico y aseguren una distribución justa y equitativa de la drástica reducción de emisiones. Limitar el aumento de la temperatura muy por debajo de 1,5º C y llevarla a 1º C lo más rápido posible. Los países industrializados ricos deben cumplir los compromisos existentes jurídicamente vinculantes y llevar a cabo una drástica reducción de sus emisiones, sin que medie ningún mecanismo de compensación, acorde a su proporción en el presupuesto mundial de carbono que tome en cuenta las emisiones históricas per cápita. Deben eliminarse las compensaciones y otros artilugios. Estados Unidos debe comprometerse con metas comparables, basadas en su responsabilidad histórica.
* Pongan fin a las falsas soluciones. Detener la aplicación y búsqueda de falsas soluciones tales como el comercio de carbono, los enfoques de mercado para los bosques, el suelo y el agua, la geoingeniería a gran escala y los remiendos tecnológicos, la energía nuclear, las mega represas, los agrocombustibles y el carbono limpio.
* Aseguren un financiamiento adecuado y apropiado sobre la base de la responsabilidad de los países para con la deuda climática y la obligación de indemnizar a todos los pueblos afectados. Los países industrializados ricos deben cubrir todos los costos que conlleva permitir que los pueblos de los países en desarrollo y otras comunidades afectadas hagan frente a los impactos del cambio climático (incluso pérdidas pasadas, presentes y futuras), así como los costos de permitir que los países en desarrollo cambien a sistemas post carbono equitativos y sustentables. La financiación climática no debe adoptar la forma de instrumentos de generen deudas y debería canalizarse a través de un fondo mundial democrático y responsable que sea independiente de otras instituciones financieras internacionales y que sustente los principios de un acceso directo y definido por los países, con decisiones participativas acerca del uso de los fondos.
* Aseguren transferencias de tecnologías apropiadas sin barreras de propiedad intelectual. Los países desarrollados deben asegurar la distribución libre de tecnologías seguras, apropiadas y ecológica y socialmente amigables.
* Avancen en la transformación de Sistemas Post-carbono Equitativos y Democráticos. Es necesario adoptar medidas decisivas hacia la transformación profunda del sistema, que se basen en la equidad, la ciencia y los derechos de los pueblos a vivir en armonía y con respeto por la Madre Tierra. Transformar estructuras sociales y económicas y tecnologías, y reorientar políticas para apartarse de los sistemas guiados por el lucro, orientados al crecimiento, con alto consumo de carbono, dominados por elites y basados en la explotación, y en cambio asegurar una transición justa hacia un desarrollo post-carbono pensado para la gente, que sea equitativo, democrático y sustentable.
Exhortamos a todos los movimientos, organizaciones populares, grupos de la sociedad civil y a todos los ciudadanos con conciencia a unirse en una Campaña Mundial para Exigir Justicia Climática. ¡Iniciemos juntos esta campaña con movilizaciones coordinadas en una Semana de Acciones Mundiales por la Justicia Climática, del 20 al 26 de noviembre!
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