Un grupo de esposas y madres de presos en Colombia marcharon ayer desnudas o semidesnudas unas diez cuadras, desde la Torre Colpatria hasta el Ministerio de Justicia, en señal de protesta por las malas condiciones carcelarias en las que viven sus familiares.
La marcha fue encabezada por 11 mujeres que se atrevieron a desnudarse por los más de 95 mil presos que viven en estado de hacinamiento en las cárceles. Así, con los rostro cubiertos de pañuelos blancos y máscaras con figura de mariposas, la protesta cobró importancia cuando medio centenar de familiares se unieron a la manifestación con carteles y camisas que exigían un trato más humano en los centros penitenciarios.
María Piedrahíta, organizadora de esta marcha, es una de las muchas mujeres en Colombia que tienen un familiar recluido; esta vez se trata de su hijo quien está condenado por homicidio en la cárcel de máxima seguridad de Guaduas. Esta institución se inauguró debido al alto índice de población en las cárceles.
Paola Marín, esposa de un presidiario de La Modelo en Bogotá – prisión que retiene a más de 6.500 presos cuando su capacidad es para 2.700-, también denuncia la sobrepoblación y el mal estado que se encuentran en las cárceles colombianas. Los maltratos que se cometen dentro de esos lugares afectan tanto a los internos como a sus visitantes.
El representante a la Cámara por el Polo Democrático, Iván Cepeda, se unió a la protesta y denunció que “el Gobierno no tiene una política carcelaria y por eso llena los centros penitenciarios de seres humanos que han cometido pequeños delitos. Entonces el hacinamiento los lleva a un nivel de degradación que saca lo peor de sí. Esta marcha es sólo una muestra de ello: las mujeres han tenido que desnudarse por el grado de desesperación en que se encuentran sus seres queridos”
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