martes, 31 de julio de 2012

Discurso presidencial: la mediocridad de siempre II



Essalud no atiende bien a sus enfermos en general ni a los que padecen cáncer, que sufren las largas esperas por una cita y la escasez de fármacos, pero inexplicablemente el presidente ofrece un seguro gratuito para esta enfermedad y que los afiliados al Seguro integral de Salud (SIS) podrán atenderse en Essalud. ¿Cómo, si ni siquiera los asegurados que pagan su dinero pueden ser bien atendidos? Esta propuesta cuenta con el silencio cómplice del presidente de Essalud, Álvaro Vidal, un comodín del gobierno de turno que goza de un cargo con olores a faenón, pagado por los asegurados (ver Faenón de Álvaro Vidal en Essalud  en contrato de 134 millones de soles).

Esta situación debería cambiar y ponerse fin al nombramiento de jefes de Essalud como pago de favores políticos, pues eso sólo será más estafa a los asegurados y utilización de sus recursos para fines políticos y no para su salud ni para el bienestar de los trabajadores de Essalud, que perciben sueldos miserables mientras una argolla dorada se lleva la mejor parte. Lo mismo se puede decir de los trabajadores del Minsa, que sufren explotación laboral.

Humala habló de la lucha contra la tuberculosis (TBC), pero en un año de gobierno esta infección sigue creciendo, habiendo afectado incluso al personal asistencial de Essalud (ver Cuerpo Médico del hospital Rebagliati exige declarar emergencia por tuberculosis ).

Como si fuese gran cosa, el mandatario anunció la creación del  Servicio de Trasplante de Médula de Ósea para adultos y niños, lo cual sólo será un paliativo, pues la falta de medicación oncológica de buena calidad (ver Perú: Medicamento para el cáncer mata a siete y autoridades lo ocultan), hace que los pacientes respondan mal a los tratamientos y después necesiten trasplantes. Los trasplantes serán realizados por Essalud, para favorecer a una mafia de médicos hematólogos que por realizar estos trasplantes se han autocalficado como "grandes especialistas" (lo cual no es cierto, pues hay médicos que poseen conocimientos más complejos y especializados), con lo cual Essalud perpetra un grave acto de discriminación al colocarlos en planillas doradas, frente a médicos mejor preparados que ellos.

Tampoco dijo nada el Presidente sobre la mafia chilena (Fasa) enquistada en el área de farmacia en Essalud, con sus socios testaferros brasileños de Salog, que se enriquecen con el presupuesto de Essalud para medicinas mientras los asegurados padecen la falta de fármacos.

Ni una sola palabra se dijo sobre Digemid, una de las instituciones más incapaces y mafiosas, donde un trámite puede durar años a la espera de ¿aceitadas? Nadie es capaz de exigir agilizar las autorizaciones que van a parar a cuellos de botella, mientras la asociación de laboratorios farmacéuticos continúa denunciando la falta de verdaderos análisis de bioequivalencia para el ingreso de fármacos, por lo cual, en especial las mafias de farmacias chilenas, traen al Perú basura farmacológica de la peor calidad: India, China, Chile, etc., lo cual cuenta con el silencio cómplice de las autoridades de Salud.

En Digemid hay burócratas que sobreviven desde el primer gobierno de García, cuando se encubrió a la mafia encabezada por el corrupto Víctor Joy Way, quien con el Apra eliminaron el análisis de bioequivalencia (lo cual existe hasta en los países africanos) para traer basura en lugar de medicinas y así se propició el millonario escándalo de importación de medicinas con fecha de  expiración vencida, a las cuales en forma criminal cambiaron por fecha vigente.

Experimentos en humanos

Finalmente, la mafia enquistada en el sector Salud (ahora al mando de una burócrata que no es médico) calló al Presidente, quien nada dijo sobre la execrable norma promulgada por el segundo gobierno de Alan García, avalado por el mafioso Carlos Vallejos, que desprotege a los seres humanos para entregarlos a la experimentación de transnacionales como si fuesen cobayos, al amparo del TLC con los Estados Unidos, que somete a la población peruana a este denigrante peligro, como lo denunció el doctor Uriel García, exministro de Salud del gobierno de Fernando Belaúnde (ver Gobierno promueve experimentación en humanos sin la debida protección).

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