La nueva ministra de Salud, Midori de Habich Rospigliosi, sorprende al ocupar la cartera de Salud sin ser médico, lo cual no ocurre desde que el gobierno de Alan García nombró ministro de ese sector a Hernán Garrido Lecca. Por sus antecedentes no podemos esperar una buena conducción de la Salud en el Perú.
Harto conocidas son la locuras de Garrido Lecca en sus correrías por el ministerio de Salud, siendo una de las más recordadas su propuesta de nombrar directores de hospitales a veterinarios. Sin embargo, tras este y otros escándalos fue removido antes de ejecutar su insólita intención.
Burócrata dorada
Midori de Habich Rospigliosi no es médico, sino profesional en ciencias sociales y tiene trayectoria de burócrata dorada, habiendo gozado de la planilla dorada del Banco Central de Reserva (BCR) en el Departamento de Estudios del Sector Social y Jefa del Departamento de Investigación de Coyuntura de la Gerencia de Estudios Económicos por diez años.
Como se sabe, el BCR es una institución donde los funcionarios gozan de los privilegios de una planilla dorada.
Pobretóloga
De Habich es profesional en ciencias sociales con más de 25 años de experiencia en la investigación y el diseño de políticas sociales, tiene más de 15 años brindando asistencia técnica al sector Salud en el país.
¿Dónde estaba esta funcionaria cuando la dictadura de Alberto Fujimori esterilizaba en forma salvaje a las mujeres indígenas?
Reforma del seguro de salud
La nueva ministra trabajó desde 2002 hasta el presente en las reformas del sistema de seguros de Salud, desde donde nunca cuestionó los experimentos con seres humanos cuya norma brutal fue promulgada por el gobierno de Alan García (ver Gobierno promueve experimentación en humanos sin la debida protección), para facilitar carne humana barata a las transnacionales. Tampoco dijo nada cuando la entonces ministra de Salud Pilar Mazzeti avaló el experimento en bebés con arroz transgénico, que dañó su salud.
Su trabajo más reciente es para políticas de salud de la USAID en el Perú. Como se sabe, la USAID es acusada de ser un instrumento de la CIA (ver La CIA en Sudamérica disfrazada de ONG, Washington Post advierte que la USAID pierde credibilidad por actuar como la CIA y Usaid, la Agencia para la Desestabilización Internacional estadounidense).
Habiendo trabajado para la USAID, es improbable que la nueva ministra defienda a los peruanos de los experimentos de las transnacionales con peligro para su salud, como lo permite el TLC con los Estados Unidos, pues calló ante estos abusos.
De otro lado, hay acusaciones contra la USAID de estar detrás de las esterlizaciones forzadas en el Perú y otros países.
La nueva ministra se desempeñó como Jefa del Proyecto USAID-Perú de políticas en Salud y dirigió otros proyectos de la cooperación de Estados Unidos orientados a mejorar la capacidad resolutiva de los servicios de salud, así como el fortalecimiento de las capacidades en las regiones, en especial los referidos a combatir la desnutrición crónica infantil, aspecto que no ha tenido mucho avance en el Perú y sí asistencialismo barato que incluso causó muertes por intoxicación, pues estos programas no buscaron crear la independencia económica de los peruanos más pobres, para que sigan su tradición ancestral de trabajo, sino convertirlos en mendigos del asistencialismo, para que perpetúen su estado de pobreza en lugar de salir de éste.
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