lunes, 17 de septiembre de 2012

Chilenos se unen a la manifestación mundial contra Monsanto



El viernes pasado, a las afueras de las oficinas de Monsanto en Chile, se llevó a cabo una manifestación para rechazar la presencia de la multinacional en nuestro país. A la protesta asistieron activistas del movimiento Chile Sin Transgénicos, quienes desplegaron un lienzo para solicitar una moratoria urgente a los organismos genéticamente modificados, siguiendo los pasos de Perú.

La demostración se enmarcó en la manifestación mundial contra Monsanto (Occupy Monsanto), que se realiza hoy 17 de septiembre. Debido a su proximidad con las fiestas patrias, los convocantes decidieron adelantar su protesta en forma de “flash mob”, sin previo aviso, para no alertar a Carabineros ni a la multinacional.

La actividad se realizó sin problemas y contó con la presencia, en su mayoría, de estudiantes universitarios conscientes del peligro que representan las semillas y pesticidas de Monsanto, cuyos riesgos a la salud han sido expuestos reiteradamente por diversos estudios científicos.
“Se informó al público del lugar, se repartieron volantes y se entonaron consignas contra la multinacional”, dijo Ivan Santandreu, biólogo de Chile Sin Transgénicos. “Un gran aporte patrio para estas fechas, con nuestra bandera nacional muy bien utilizada frente a las oficinas corporativas de Monsanto”.

Los cuarteles nacionales de Monsanto se encuentran ubicados en Las Condes, en calle Rosario Norte 555. Según explicaron asistentes, muchos transeúntes se mostraron sorprendidos al saber que la corporación de transgénicos se encontraba frente a ellos.

En medio de la protesta y tras ser avisados por personal de Monsanto, efectivos de Carabineros concurrieron hasta el lugar, no obstante “rápidamente se dieron cuenta de que no tenían nada que hacer ahí”, según explicó Santandreu.

El debate público sobre los transgénicos tuvo su mayor apogeo en 2011, cuando se ratificó en el Senado el Convenio Upov91, legislación que autoriza la privatización de semillas, tanto naturales como genéticamente modificadas en Chile, impidiendo a los campesinos guardar sus semillas y extendiendo los derechos y garantías de multinacionales como Monsanto para la venta de sus productos. En medio de la polémica, Monsanto y la familia de la senadora Ena Von Baer (UDI), que posee una empresa semillera, debieron transparentar la ubicación de sus cultivos transgénicos en el país.

Según la periodista francesa Marie-Monique Robin, autora de “El mundo según Monsanto”, en Chile existen más de 20 mil hectáreas donde se producen semillas transgénicas que luego son exportadas a Estados Unidos. A través del programa InvestChile, en 2009, Monsanto recibió fondos públicos para financiar experimentos con transgénicos.

De acuerdo a un estudio publicado en 2010 por el International Journal of Biological Sciences, los alimentos de Monsanto producen dañinos “efectos sobre el corazón, el bazo suprarrenal y células de la sangre” de mamíferos. Otro estudio francés concluye que el herbicida Roundup de Monsanto está ligado a la infertilidad.

En la India, la introducción del algodón Bt de Monsanto produjo un aumento considerable de suicidios en agricultores indios. “No hay duda de que un gran porcentaje de los granjeros que se suicidan son agricultores de algodón, uno de los sectores más impactados”, explica el columnista Anthony Gucciardi cuando se refiere a este caso. “La intrusión de Monsanto en las comunidades agrícolas tradicionales y sustentables no sólo es preocupante por razones de salud o bienestar. Ahora es evidente que el tema es mucho más serio.”

Recientemente, la senadora Ximena Rincón (DC) presentó un proyecto de ley para la moratoria de trasgénicos en Chile por 10 años, y el etiquetado obligatorio de alimentos genéticamente modificados. La iniciativa se encuentra actualmente en la Comisión de Salud del Senado, esperando que sea puesta en tabla.

Pese a todos los riesgos de los trangénicos, el gobierno de Sebastián Piñera ha decidido posponer la discusión, protegiendo con ello los intereses de Monsanto por sobre la integridad de los chilenos.

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