Es curioso que el título de una de las novelas del
escritor norteamericano Alfred Bester, sin duda una de las favoritas de Luis
Fernando Figari, fundador del Sodalicio, tenga que ver con su actual situación.
La de un depredador sexual desbaratado ante los reveladores y luctuosos hechos
que se acaban de destapar.
Veamos lo que ha ocurrido y cómo se han ubicado los
personajes de esta historia cuyo desenlace aún no está del todo definido.
Porque a pesar de que los medios de comunicación, un número considerable de
periodistas, así como de católicos militantes, y miembros de la denominada
Familia Sodálite han puesto el grito en el cielo, protestando por la ausencia
de sanción al abusador sexual que construyó una organización religiosa para, a
través de ella, abusar del poder, Figari se mantiene impune.