Documento
de la Santa Sede revela que se había dispuesto indagar sobre acusaciones e
informe sobre las responsables
Varios
meses antes de que se destaparan más casos de abusos sexuales contra menores en
el Sodalicio de Vida Cristiana, conocidos gracias a la publicación del libro
Mitad monjes, mitad soldados, de los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz, el
Vaticano ya había dispuesto investigar este espinoso caso.
Según
un documento de la Santa Sede, publicado el 22 de abril del 2015, la máxima
autoridad de la Iglesia Católica afirma que ya conocía "algunas
acusaciones de comportamientos impropios, dirigidas al fundador de dicha
sociedad de vida apostólica, el señor (Luis) Fernando Figari Rodrigo".
Para
investigar dichas denuncias, el Vaticano designó al monseñor Fortunato Pablo
Urcey, de la prelatura de Chota, en Cajamarca, como visitador apostólico en
todas las sedes del Sodalicio, y con facultades para reunirse con los integrantes
de dicha comunidad católica.
El
documento indicaba que Pablo Urcey "deberá verificar la real autenticidad
de todas las acusaciones formuladas tanto recientes como en el pasado, al
fundador de la citada sociedad de vida apostólica, señor Fernando Figari
Rodrigo".
También
menciona que luego de cumplir con el encargo, el visitador del Vaticano deberá
escribir un informe sobre las acusaciones y las eventuales responsabilidades
que se le imputan a Figari; en el que tendrá que hacer recomendaciones sobre
alguna sanción contra el fundador del Sodalicio.
La
pregunta del millón es si el Visitador en cuestión ya tiene alguna resolución
al respecto, pasados seis meses del encargo; y si haberlo designado será
efectivo.
Hay
que recordar que, en décadas, las autoridades de la Iglesia Católica no
movieron un dedo para sancionar a los responsables de pedofilia en distintas
partes del mundo. Como dijo Santo Tomás: Ver para creer.
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