domingo, 8 de julio de 2012

Humalismo no deja en paz ni siquiera a los muertos


No basta con matarlo, ahora, ni descanso eterno ni ocho cuartos. Que despierte para enviarlo de nuevo.

Qué país, donde un presidente le dá asco cómo utilizan a los muertos, pero que se regocija probablemente con apalearlo.

Un país donde ni muerto te libras del ensañamiento, no importa si te acompañan una viejita y una niña.

Maldita realidad, hasta qué punto denigran el trabajo de un supuesto defensor del orden público.

¿A tanto llega el poder del dinero?

Otra más, ahora resulta que le habían fracturado el maxilar superior. Si así te llevan solo para interrogarte no quiero imaginar cómo te llevan por algo grave. Ahí esta la prueba del mal. Víctima de turno: Marco Arana Zegarra.

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