domingo, 2 de septiembre de 2012

Guatemala: Se declara Patrimonio Cultural Intangible al Popol Vuh, libro de los mayas


Por sus valores históricos, filosóficos y espirituales, el libro de los mayas conocido como Popol Vuh fue declarado este lunes, por el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala, Patrimonio Cultural Intangible de la nación.

La propuesta, que había sido presentada ante el parlamento por el diputado Amílcar Pop como una iniciativa de ley, tiene como principal objetivo que el supuesto original, que se encuentra en una biblioteca de Chicago, Estados Unidos, sea devuelto a su país de origen, donde debe permanecer como parte del patrimonio.

El parlamentario declaró que, con antelación, se había hecho la petición al actual presidente del Foro Permanente de Pueblos Indígenas en la Organización de Naciones Unidas, Álvaro Pop, a fin de que la UNESCO declarara al Popol Vuh Patrimonio Cultural de la Humanidad.

El acuerdo ministerial con número 826-2012 comenzó a regir a partir de ayer, tras su publicación en el oficial Diario de Centroamérica, mientras que la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural de la nación dictará las resoluciones pertinentes que protejan la obra como pieza literaria y espiritual de incalculable valor.

Cuarenta años atrás, el 30 de abril de 1972, el Gobierno había declarado el texto como Libro Nacional de Guatemala, cuando la narración ofrece una cosmogonía del origen del mundo, a partir de esa civilización y de diversos fenómenos de la naturaleza, supuestamente provocados por los dioses.

El Popol Vuh o Popol Wuj (el nombre k’iche’ se traduciría como Libro del Consejo o Libro de la Comunidad), recopila un grupo de leyendas de la cultura maya, pueblo originario demográficamente mayoritario de Guatemala. Erróneamente se le ha llamado Libro Sagrado o la Biblia de los mayas k’iche’s.
Según Fray Francisco Ximénez, la primera versión escrita fue elaborada en lengua K’ich’e utilizando caracteres del alfabeto latino, a mediados del siglo XVI, versión que permaneciera oculta hasta 1701, en que la comunidad indígena de Santo Tomás Chuwila, hoy Chichicastenango, mostrara al sacerdote la recopilación de sus historias y su mitología.

Según se afirma el libro original fue vendido al coleccionista Alfonso Pinart y más tarde su viuda lo vendió, a su vez, al etnólogo Otto Stoll, comprado seguidamente por Edward E. Ayer, quien lo devolviera a América. Actualmente la primera traducción hecha por Ximénez al castellano y su “Manuscrito de Chichicastenango”, se encuentran en la Biblioteca Newberry, de Chicago.

Uno de los capítulos más interesantes del Popol Vuh es el referido a la Creación de los hombres de maíz, donde se hace una descripción de las comunidades, a partir de los cuatro hombres creados: B’alam-Kitze’, el segundo B’alam-Aq’ab’, el tercero Majuk’utaj y el cuarto Ik’i-B’alam; así como las primeras cuatro mujeres, las tribus descendientes y el lenguaje de las mismas.

La tarea del parlamento guatemalteco está ahora en lograr que el documento, supuestamente originario, regrese al país para su salvaguarda y patrimonio de las futuras generaciones y como legado de las culturas originarias de Latinoamérica.

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