Por David Hill
Los miembros del pueblo Nahua que viven en una
reserva para pueblos indígenas en ‘contacto inicial’ y ‘aislamiento
voluntario’ de la Amazonía peruana dicen que no permitirán que el
consorcio de gas liderado por Pluspetrol opere en su territorio.
Pluspetrol se encuentra actualmente a la espera de la autorización
del Ministerio de Energía y Minas (MEM) para realizar pruebas sísmicas y
perforación de pozos exploratorios en el territorio Nahua, en su
búsqueda de nuevos yacimientos de gas, como parte de la expansión del
proyecto de gas de Camisea en el sureste peruano.
“Por reiteradas promesas incumplidas por la empresa Pluspetrol,
nuestro pueblo ha decidido no permitir el trabajo de dicha empresa en
nuestro territorio ancestral (cabeceras del río Serjali)”, afirma una carta escrita por los Nahua, que tardó cinco días en llegar al Ministerio de Cultura en Lima desde su aldea en las nacientes del Amazonas.
Los Nahua entraron en contacto permanente con el “mundo exterior” en
1984, después de su captura por parte de madereros ilegales relacionados
indirectamente con la exploración en la región de Camisea por la
empresa Shell. Después del contacto, aproximadamente el 50 por ciento de
los Nahua murió a los pocos meses, como resultado de su exposición a
las enfermedades introducidas para las cuales no tenían inmunidad
natural.
Después de que Shell se retiró, el consorcio liderado por Pluspetrol
se hizo cargo en 2000, comenzó a producir gas en el 2004, y ahora quiere
explorar en busca de más depósitos mediante la perforación de 18 pozos y
la realización de intensivas pruebas sísmicas 2-D y 3-D.
De acuerdo con el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de los planes de
Pluspetrol, las pruebas sísmicas en 3-D y nueve de los 18 pozos a
perforarse estarán en las cabeceras del río Serjali, que los Nahua
consideran su territorio.
El EIA indica que la exploración implicará, entre otras cosas, la
entrada a la región de cientos de forasteros, la detonación de miles de
explosivos subterráneos, el vertido de efluentes en el río Serjali y
cientos de kilómetros de caminos abiertos en el bosque a través de
cientos de kilómetros cuadrados.
Los impactos sobre los Nahua y otras personas en “contacto inicial” o
“aislamiento voluntario”, según el EIA, podrían o serán considerables
debido a su “alta vulnerabilidad” al contacto y a su dependencia de los
recursos naturales de la selva para su supervivencia.
Estos impactos, señala el EIA, incluyen la limitación de su acceso a
los recursos como el pescado y el agua, el alejamiento de la fauna del
lugar a consecuencia del ruido de las operaciones lo que reduce la
cantidad de alimentos que consumen, provocando “temor”, “estrés” y
“preocupación” y la “sensación de una invasión”, y el “posible riesgo de
enfermedades.”
La carta de los Nahua es firmada por la junta directiva de una aldea
llamada Santa Rosa de Serjali, que fue fundado después del contacto
sostenido en 1984 y es la única aldea Nahua conocido en la Amazonía
peruana.
La carta también afirma que la tuberculosis se ha convertido en un
problema “grave” en el territorio nahua y que un puesto de control,
supuestamente dirigido por el departamento de asuntos indígenas del
gobierno, INDEPA, con la intención de proteger la reserva, está “casi
por derrumbarse”.
La carta, fechada el 7 de julio, se dirige a Paulo Vilca Arpasi,
quien era el Viceministro de Interculturalidad (VMI) peruano en ese
momento.
Sin embargo, cuatro días después, el VMI fue autor de un informe muy
crítico sobre el EIA de Pluspetrol indicando que los Nahua podrían ser
‘devastados’ y otros dos pueblos indígenas de la reserva, los nanti y
los kirineri, podrían “extinguirse” si la empresa siguiera adelante con
sus operaciones. Este informe temporalmente bloquea la expansión, pero
ambos Vilca Arpasi y el ministro de Cultura responsable del VMI han
renunciado.
Cuatro organizaciones indígenas en Perú – AIDESEP, COMARU, FENAMAD y
ORAU – ya han expresado su oposición a la expansión de Pluspetrol con el
anuncio de que se va a presentar una demanda. Tres de las mismas
organizaciones – AIDESEP, COMARU y ORAU, junto con la organización
internacional de derechos humanos Forest Peoples Programme –
subsecuentemente apelaron ante el Comité de las Naciones Unidas para la
Eliminación de la Discriminación Racial (CERD-ONU), generando una
respuesta rápida por parte del Comité de las Naciones Unidas -CERD
instando al Gobierno de Perú a “suspender de inmediato” la expansión –
una petición que el Ministro de Energía y Minas dejó claro, en una
audiencia en el Congreso en abril, tiene la intención de ignorar.
Santa Rosa de Serjali se encuentra en la Reserva
Kugapakori-Nahua-Nanti, que fue establecida en 1990 para proteger a los
Nahua y a otros pueblos indígenas evitando o limitando su contacto con
el “mundo exterior”. A pesar de esto, y un decreto supremo de 2003,
supuestamente destinado a proteger aún más la reserva, la concesión de
Pluspetrol, denominada Lote 88, se superpone a casi tres cuartas partes
de la reserva y las pruebas sísmicas previstas y pozos llevarán al
consorcio más al norte, este y sur de ella.
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