Tras la visita del presidente Ollanta Humala a Venezuela y los anuncios de acuerdos energéticos con Pdvesa, los oligopolios peruanos de combustibles mandaron a sus ventrílocuos a ladrar contra dicho acercamiento.
Diversos personajes de los medios, de conocida trayectoria sinuosa, salieron a echar el grito al cielo. No obstante, nunca han dicho nada por los precios exorbitantes de los combustibles en el Perú, uno de los más caros de la región.
El ejemplo del petróleo para vehículos dice mucho: antes este hidrocarburo era mucho más barato que la gasolina. Ahora el precio es el mismo sin que ninguno de los mermeleros de los medios digan algo a favor del consumidor.
Tampoco dijeron nada cuando el grupo Romero obtuvo ley propia con el gobierno de García para obligar a incluir etanol en la gasolina que se expende. Esto sólo encarece el combustible y enriquece a ese grupo empresarial.
Si el ingreso de Pdvesa significará competencia para las cadenas de grifos, acostumbrados a tener su público cautivo (entre ellos el grupo Romero y el Estado chileno en el caso de Primax), el público y el Perú se verán beneficiados porque no sólo los transportistas sentirían menos el peso de estos costos, sino que los precios en general de todos los bienes podrían disminuir, por ser el transporte un factor esencial en la cadena de costos.
El inefable De Althaus
Ayer por ejemplo se pudo ver a Jaime de Althaus (quien se encuentra en campaña diaria contra los acuerdos con Venezuela) decir disparates, como que el ingreso de Pdvsa sería peligroso por la cercanía del fallo de La Haya por el litigio con Chile. ¿Qué tiene que ver Pdvesa con La Haya? ¿Se ha vuelto loco De Althaus o sus neuronas ya entraron en franco proceso de degeneración?
De Althaus es conocido sirviente de Chile: nunca dice nada de los faenones de Lan y otros execrables “arreglos” chilenos en el Perú, pero que ahora trate de defender a Primax y al Estado chileno señalando el conflicto de La Haya es demasiado.
Los consumidores esperamos que ingrese competencia que rompa el amañado precio de los combustibles que parasita a todos los peruanos, ya sea directamente con grifos de Pdvsa o de Petroperú.
Recordemos que en los Estados Unidos hay más de mil grifos de Pdvsa sin que en ese país nadie se escandalice por ello.
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