Atilio
A. Boron
Rebelión
Este
viernes Donald Trump se convertirá en el 45ª presidente de Estados Unidos. El
consenso entre los analistas, salvo pocas excepciones, es que durante su
gestión “veremos cosas terribles”, como asegura Immanuel Wallerstein
refiriéndose al primer año de su gestión. También dice, y lo subraya con razón
el especialista panameño en asuntos estadounidenses, Marco Gandásegui, que el
magnate neoyorquino es un personaje “totalmente impredecible”. [1] De ningún
presidente estadounidense podemos esperar nada bueno. No porque sean malvados
sino porque su condición de jefes del imperio les impone ciertas decisiones que
en la soledad de su escritorio probablemente no tomarían. Jimmy Carter es un
ejemplo de ello; un buen hombre, como tantas veces lo recordara Fidel. Y Raúl
más de una vez se encargó de decir que el bloqueo contra Cuba y la invasión de
Bahía Cochinos comenzaron cuando Obama ni había nacido, y apenas contaba un año
cuando se produjo la crisis de los misiles en Octubre de 1962.