
Conversamos
con Martín López de Romaña sobre la decisión de la fiscal María Peralta de
archivar la denuncia que presentó, junto a otras cuatro personas, contra Luis
Fernando Figari. El escritor y artista plástico apuntó que no se tomó en cuenta
el testimonio de las autoridades actuales del Sodalicio, quienes reconocieron
los abusos de su fundador.
Manuel
Angelo Prado I Redacción mulera
"Me
genera indignación y tristeza. Sin embargo, no me sorprende del todo", nos
dice Martín López de Romaña sobre la decisión de la fiscal María Peralta
Ramírez de archivar la denuncia que presentó junto con Pedro Salinas, José Enrique Escardó, Óscar
Osterling, y su hermano Vicente López de Romaña contra Luis Fernando Figari,
fundador de Sodalicio de Vida Cristiana, por presuntos delitos de violación
sexual, secuestro, lesiones graves y asociación ilícita para delinquir.
Como
se recuerda, la noticia se hizo pública el pasado lunes a través de un
comunicado del Ministerio Público. El pronunciamiento causó indignación no solo
en los denunciantes sino también en la ciudadanía, especialmente, por un
determinado argumento: "Las pericias demuestran que todos ellos llevaron
vidas personales y profesionales exitosas".
Una
afirmación que pasó por alto las pericias que realizaron, a los cinco
denunciantes y exmiembros del Sodalicio, el psicoanalista Jorge Bruce y el
psiquiatra Dante Warthon. Ambos concluyeron que los cinco tenía serias lesiones
psicológicas.
El
comunicado también señaló que los delitos que se le atribuyen a Figari y a
otros exlíderes del Sodalicio ya habían prescrito. Otro de los argumentos que
se menciona es que para ingresar al Sodalicio había que ser mayor de edad, lo
cual ha sido desmentido por José Enrique Escardó.
"Me parece que el comunicado de la
titular de la 26 Fiscalía Provincial Penal de Lima no ha considerado ni informe
de la Comisión para la Ética y la Reconciliación (designada por el mismo
Sodalicio), ni a las autoridades actuales del Sodalicio, quienes han reconocido
los abusos de su fundador y la existencia de víctimas", apunta Martín
López de Romaña.
La
decisión fiscal ha sembrado, nuevamente, dudas sobre el funcionamiento del
Ministerio Público. La sensación de que ha ganado la impunidad se ha
fortalecido.
A
pesar de ello, el caso Sodalicio ha tenido un impacto ciudadano. Tras la
exposición pública de las denuncias de abusos, los peruanos hemos tomado mayor
consciencia sobre la importancia de cuidar a nuestros niños y adolescentes, de
estar pendientes de ellos. Y, sobre todo, investigar a las instituciones a las
cuales les encargamos su educación.
"Mi motivación personal al arriesgarme
a presentar la denuncia fue la de evitar que cualquier otro joven pase por lo
que yo pasé. Por los abusos, humillaciones, el control mental y emocional, el
alejamiento de mi familia, en suma, por todo aquello que truncó o destruyó para
siempre en mi vida. Creo que es importante que la sociedad civil esté prevenida
para que pueda defenderse de personas con perversas y despóticas
motivaciones", finaliza.
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