Pedro Salinas
Creo que está molesto conmigo. Me refiero al doctor
Juan Armando Lengua Balbi, el abogado defensor de Luis Fernando Figari, quien,
por cierto, se ha posicionado en América Latina como nuestro Marcial Maciel
cholo. Mientras que a Lengua, por patrocinar a Figari, ahora le dicen por la
calle ‘el abogado del Diablo’.
Pero volviendo al fastidio del jurisconsulto. No sé
qué he hecho para enfadarlo, la verdad, porque al final ha conseguido lo que
quería para su cliente: archivar su caso. Y eso ya lo tiene. La fiscal María
del Pilar Peralta Ramírez le ha entregado con un lazo de regalo una resolución
de cincuenta y cuatro páginas, a la que solo le faltó una dedicatoria. Ya ganó,
es decir. Pero igual se ha quedado colérico y enfurruñado.