La represa de Manseriche inundaría una inmensa área de la llanura de bosques amazónicos, ocasionaría el desplazamiento forzado de decenas de comunidades Wampis. La pésima experiencia de comunicación en la zona y los conflictos latentes entre el gobierno y las comunidades indígenas desencadenaría un baño de sangre, este proyecto es un harakiri.
Se tendría que inundar miles de hectáreas de bosque, lo que ocasionaría la putrición permanente y cíclica de una enorme biomasa, que generaría metano, un gas 23 veces más perjudicial que el CO2 y capaz de gatillar el calentamiento global acelerado. Las enfermedades tropicales como dengue, malaria y fiebre amarilla alcanzarían niveles de pandemia.
Para el caso de 18 de las 20 descabelladas represas hipotétizadas, salvo Manseriche y Escuprebraga que se hallan en el llano amazónico, los proyectos se encuentran en otro piso ecológico, en una zona de vida diferente, que corresponde a los bosques secos. Allí las poblaciones dependen de tierras de cultivo de inundación, y el río Marañón provee los sedimentos fertilizantes, el limo nutritivo para las chacras. Al embalsarse las aguas, el río no tendrá el caudal necesario y se destruirá la base económica de esa gente. Las represas significaran exterminio.
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