La sociedad Nacional de minería, Petróleo y Energía, ahora que ya se dio el desenlace en el caso Tía María, intenta iniciar una especie de cacería de brujas para “encontrar” a los “responsables” espirituales, intelectuales, etc., de las protestas del Valle de Tambo. Compartimos una nota periodística publicado en el diario Perú 21 hace unos días atrás.
Por Perú 21
Voceros de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) lamentaron la cancelación del proyecto minero Tía María y atribuyeron la responsabilidad del hecho al mal manejo político que tuvo el Gobierno y, sobre todo, a la manipulación de los dirigentes.
Advirtieron que detrás de estos supuestos líderes están organizaciones no gubernamentales que, con el argumento de su lucha por el medio ambiente, lograron generar desconfianza entre la población.
El ex presidente de la SNMPE Hans Flury dijo en su momento que algunas ONG alientan los conflictos de interés y se aprovechan de las necesidades de las comunidades para obtener beneficios.
En el caso de Tía María, fuentes del sector identificaron la presencia de varias organizaciones, como la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (Conacami), Pachamama, Red Muqui, Oxfam y agrupaciones como Tierra y Libertad del padre Carlos Arana. Todas ellas estuvieron presentes durante el proceso de información del proyecto minero que exigía el Ministerio de Energía y Minas y su participación alcanzó la mayor intransigencia cuando se dio a conocer el estudio de impacto ambiental.
EFECTO ELECCIONES. El sociólogo Jorge Luis Vargas considera que la temporada electoral también jugó en contra de Tía María. “Sabemos que en política no hay coincidencias y vemos que Ollanta Humala cerró su campaña electoral en Arequipa y en plena convulsión”, refirió. Precisamente ayer se confirmó que Andrés Taipe (22), uno de los fallecidos en la huelga de Islay, fue un reservista y simpatizante del etnocacerismo.
Pero eso no es todo. En 2010, cuando el conflicto contra Tía María empezó a avivarse, el país estaba en pleno proceso electoral para los gobiernos regionales y municipales y casi la mayoría de dirigentes de Islay fueron candidatos.
A todo ello se suma un pasado poco amistoso entre el valle de Tambo y Southern. Hace casi dos décadas, los humos de la fundición de Ilo llegaban hasta los campos del valle, y eso fue aprovechado por algunas ONG para alentar la oposición a la inversión minera.
PUBLICADO: Sábado, 9 de abril 2011
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