Saliente gobernante sí asistió a la toma de mando de Alberto Fujimori, pero no lo hará con Humala, tras las pifias que recibió aquella vez
Alan García dijo esta mañana que no irá a la toma de mando de su sucesor, Ollanta Humala, porque recordaba el “maltrato” que recibió en 1990, cuando acudió a la sede del Legislativo para pronunciar su discurso de despedida antes de que Alberto Fujimori recibiera la banda presidencial.
“El rechazo de las comisiones para anunciar al presidente saliente que estaba listo el Congreso para recibirlo, así como la comisión de recibo en la puerta del Congreso, fue mayoritario. El sonero carpetazo expresó este rechazo”, se leía en la prensa de esos años.
Aunque ello solo sería el inicio, pues cuando la banda de la PNP empezó a tocar la Marcha de Banderas, con lo que se anunciaba la llegada de García al recinto, “gritos en contra y sonoros golpes a los escaños por parte de la oposición” competían con las palmas apristas.
García evidenció su nerviosismo cuando, tras saludar a los presidentes de Chile, Bolivia y Venezuela en el lugar, saludó al nuevo presidente del Congreso, Máximo San Román, y olvidó hacer lo propio con los mandatarios de Argentina y Colombia, a cuyos asientos tuvo que volver.
Los “¡Que se vaya!” y “¡Que no hable!” silenciaban el discurso de 12 minutos que trataba de iniciar el saliente presidente, que mantenía la sonrisa. Pocos aplausos y muchas pifias recibió García de los congresistas, entre quienes no se contó a los de la bancada del Fredemo (con el que postuló Mario Vargas Llosa a la presidencia de la República).
Y aunque la inflación al final de este gobierno es el opuesto al 7.500% que dejaba entonces, García no se arriesgará a empañar su despedida, colmada de inauguraciones.
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