Por Diana Seminario Marón (El Comercio)
Arranca una nueva etapa con el presidente Ollanta Humala, y si recordamos, el candidato Humala no fue precisamente el mejor amigo de Chile. ¿Cómo avizora las relaciones entre ambos?
Muy buenas. Hemos conversado cuatro veces con el presidente Humala, hemos tenido conversaciones francas, leales y por lo tanto espero tener las mejores relaciones, no solo con el presidente Humala, sino entre Chile y el Perú y entre el pueblo chileno y el pueblo peruano. Sabemos que tenemos algunos elementos que nos separan, pero afortunadamente eso va a ser resuelto por una corte internacional y tenemos muchas cosas que nos unen. Por lo tanto, dejemos a La Haya lo que le corresponde a La Haya y al presidente Humala y al presidente Piñera lo que nos corresponde a los presidentes, como es la integración y el progreso de nuestros pueblos.
Durante la ceremonia de asunción al mando, el presidente Humala tuvo un gesto hacia usted cuando dijo que el Perú acatará la sentencia de La Haya y que esperaba que usted también. Usted asintió y recibió un aplauso, lo que no hizo con otro mandatario…
He podido desarrollar con el presidente Humala una relación de mucha amistad, franqueza y cercanía, porque eso es lo que corresponde y es lo que los pueblos esperan de nosotros, y tanto el Perú como Chile son respetuosos del derecho internacional y de los tratados internacionales. Por lo tanto, estoy seguro de que vamos a construir relaciones no solo amistosas, sino también fructíferas.
Según el canciller Roncagliolo, Chile tiene un crecimiento desproporcionado en compra de armas. El año pasado usted nos habló de la homologación en la compra de armas y ha firmado un proyecto de ley que modifica la ley del cobre. ¿Cuándo veremos esto hecho realidad?
Chile no está en ninguna carrera armamentista, ni tiene un gasto desproporcionado en defensa, es el gasto que se requiere para cumplir con un país que es amante de la paz, respetuoso de los tratados, de sus vecinos y respetuoso del derecho internacional, en consecuencia queremos promover –y lo hemos hecho con mucha fuerza en el seno de Unasur– un mecanismo de mayor transparencia a través de un mecanismo de homologación en el gasto de defensa, para despejar las dudas y las incertidumbres. Le puedo asegurar que Chile no está en ninguna carrera armamentista.
El ministro de Defensa, Daniel Mora, también dijo que Chile debe saber de nuestra capacidad de respuesta, aunque luego se corrigió y dijo que no tenía ningún sentimiento antichileno. ¿Cómo toma usted estas declaraciones?
El presidente Humala dijo, después de conocer estas declaraciones, que la línea de defensa la trabaja el presidente, y ese tema lo hemos conversado directamente con el presidente y estamos muy de acuerdo en avanzar hacia mecanismos de mayor transparencia y de homologación, para despejar toda duda y desterrar todo intento de carreras armamentistas. Tenemos tantas otras prioridades en qué invertir los recursos públicos. En eso hemos avanzado mucho con Argentina, país con el que tenemos una homologación en gastos de defensa y una fuerza conjunta que se llama la Fuerza Cruz del Sur para colaborar a la consolidación de la paz en distintos lugares del mundo.
Según el canciller Roncagliolo, el Perú no se va a plegar a ningún bloque ideológico. Imaginamos que habla del ALBA. Tenemos Unasur y la Alianza del Pacífico, que fue impulsada por el ex presidente García y que reunió a México, Colombia y Chile. ¿Siente Chile que ideológicamente está perdiendo un aliado al irse Alan García?
No. Sentimos que Alan García fue un gran presidente y un buen amigo de Chile y sentimos que Ollanta Humala también será un gran presidente y un buen amigo de Chile. Tenemos un tratado de libre comercio, inversiones cruzadas, no solo los casi 10 mil millones de dólares de capitales chilenos invertidos en Perú, sino que también están creciendo los capitales peruanos en Chile que son bienvenidos, tenemos la integración de las bolsas y también el acuerdo de integración profunda con la Alianza del Pacífico, que permitirá el intercambio de servicios, las inversiones, la integración física, la integración en materia de energía. Pero, además, la Alianza del Pacífico tiene el objetivo de unir fuerzas para proyectarnos juntos hacia el Asia Pacífico. La Alianza del Pacífico no es un acuerdo ideológico, es una alianza para enfrentar desafíos comunes, por lo tanto está abierta a la integración de otros países.
Cuando el presidente Humala se reunió con usted ofreció venderle gas a Chile, pero en el mensaje a la nación más bien dice que todo será para el consumo nacional. ¿Cómo lo toma?
El Perú es un país libre y soberano y tiene el derecho de disponer de sus recursos naturales como el gas. Lo que yo he escuchado al presidente Humala me parece muy razonable, que la prioridad es abastecer las demandas internas. Si quedan excedentes, entonces el Perú puede intentar exportar y dentro de ello es posible que podamos encontrar áreas de interés común. La integración de energía va mucho más allá del gas y lo que queremos hacer es lo que han hecho los países de América del Norte que han integrado sus sistemas eléctricos, lo que permite un funcionamiento más seguro, más económico. Y eso es parte de los objetivos que se están tratando hoy día entre el Perú, Colombia y Chile.
Desde que inició su mandato el ex presidente Alan García planteó una competencia amigable con Chile y dice que en los últimos cinco años el Perú ha estado superando a Chile. Y tuvo una frase de despedida: “Quien gobierna mal gobierna para Chile”.
No sé el significado de esa frase, pero recuerdo que cuando yo visité al presidente García como candidato me planteó que quería hacer una sana competencia de crecimiento, lo que me parece muy bien y es notable lo que ha logrado el Perú en los últimos años, como un crecimiento anual promedio cercano al 7%, y Chile también está creciendo a ritmo del 7%, por tanto el Perú y Chile son las dos economías que están liderando el crecimiento de la región y eso nos favorece a ambos. Por tanto, lejos de ver esta competencia como algo enemistoso, la miramos como un estímulo para hacer las cosas mejor.
El presidente García tampoco vio esto como algo inamistoso, sino que el que gobierna mal o con un modelo económico determinado está contribuyendo a que los vecinos crezcan más.
Todos los presidentes quieren lo mejor para sus países, lo que no significa que no seamos capaces de comprender que uniendo fuerzas vamos a lograr mejores resultados para ambos pueblos. Tenemos que ser capaces de sacar adelante lo que nos une y nos hermana y no seguir insistiendo en temas que pueden generar legítimas diferencias.
Le tocará a los presidentes Piñera y Humala ejecutar el fallo de La Haya. ¿Cómo visualiza esa ejecución?
Como presidentes tenemos que ser capaces de levantar la vista y mirar más allá. La posición chilena es muy sólida y muy fuerte y está respaldada en el derecho internacional, en los tratados internacionales y también en los hechos, y por eso hemos defendido los legítimos intereses de Chile con toda la fuerza que permite el derecho internacional; pero también entendemos que el mundo no se termina con el fallo de La Haya, continúa y tenemos que prepararnos para que la relación de Chile y el Perú siga siendo una relación inteligente, amistosa, constructiva cualquiera sea el fallo.
El Perú también está muy convencido de que tiene los argumentos sólidos. Es decir el Perú y Chile están seguros de que La Haya les dará la razón.
El hecho de que el Perú piense así no significa que nosotros no tengamos plena convicción de que nuestros argumentos son coherentes y consistentes, pero no tratemos de reemplazar al tribunal de La Haya. Ese tema lo va a resolver La Haya, no lo va a resolver ni el presidente Humala ni el presidente Piñera.
Durante el gobierno de Alan García se habló de la relación de cuerdas separadas y durante la visita que le hizo el presidente Humala se habló de una integración amplia dejando aparentemente de lado el tema de las cuerdas separadas. ¿Cómo lo interpreta?
No nos quedemos atrapados en las palabras… La posición chilena ha sido dejemos en La Haya lo que es de La Haya y tomemos en nuestras manos lo que nos corresponde a nosotros. Porque cuando se presentó el tema en La Haya había tres opciones: ignorarnos y darnos las espaldas hasta que terminara el proceso, agredirnos y deteriorar las relaciones, y dejar en La Haya lo que le corresponde y seguir avanzando en los temas que son de interés mutuo: la integración, la lucha contra el narcotráfico, la proyección hacia el Asia Pacífico. El tercer camino era el mejor y me alegro mucho, y como quieran llamarlo, ese es el camino que hemos seguido y seguiremos en el futuro.
El año pasado el candidato Humala le entregó una carta bastante dura en la que le exigía disculpas. ¿Cómo toma el empresariado chileno este cambio de timón en el gobierno?
Los empresarios chilenos buscan nuevas oportunidades en el Perú y esto genera un beneficio mutuo, en la medida que los empresarios chilenos sean respetuosos de la legislación y de las tradiciones y costumbres del Perú, como lo han sido. Y yo quiero decirle a usted, y esto lo conversé con el presidente Humala, porque me mostró que había más inversiones chilenas en el Perú que peruanas en Chile, entonces le dije que los que están en deuda son los peruanos. Bienvenidas, entonces, las inversiones peruanas a Chile.
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