El cáncer de tiroides o carcinoma papilar es una enfermedad que se origina en la glándula tiroides, localizada debajo del cartílago tiroideo, en la parte delantera del cuello. Esta glándula, en forma de mariposa, tiene dos lóbulos, el lóbulo derecho y el lóbulo izquierdo, que están unidos por un istmo angosto.
Generalmente, se puede ver o sentir una protuberancia o nódulo en la parte anterior del cuello, o el médico puede notarlo durante un examen físico de rutina.
Afortunadamente, la mayoría de las veces, los nódulos son benignos, lo cual significa que no son de riesgo para la vida. Sólo 1 de cada 20 nódulos resulta ser maligno.
Para los especialistas, la causa de este cáncer se desconoce y es posible que intervenga un defecto genético. Las personas pueden presentar nódulos tiroideos a cualquier edad, pero éstos se presentan con más frecuencia en adultos a partir de los 45 años.
CUADRO POCO COMÚN
Menos de uno de cada 10 adultos tienen nódulos tiroideos que pueden ser palpados por un médico. Sin embargo, cuando se observa la tiroides con una ecografía, hasta a la mitad de todas las personas se les encuentran nódulos que son muy pequeños como para ser palpados.
Según la American Cancer Society, alrededor del 80% de todos los cánceres de tiroides diagnosticados en los Estados Unidos son de tipo carcinoma papilar y son más comunes en mujeres que en hombres.
TRATAMIENTOS
La jefa de oncología del Hospital Italiano de Buenos Aires, Guadalupe Pallota, aseguró que la malformación celular que afecta a la Presidenta tiene una alta tasa de curación. “Carcinoma es cualquier tumor maligno que se origina en un epitelio (tejido o piel)”.
Existen 3 tipos de tratamiento para el cáncer de tiroides: la cirugía, el uso de yodo radiactivo y otros medicamentos complementarios.
La cirugía se realiza para extirpar la mayor cantidad de cáncer posible y cuanto más grande sea el tumor, mayor será la cantidad de glándula tiroidea que se deba extirpar. Con frecuencia, se extirpa toda la glándula.
Después de la cirugía, la mayoría de los pacientes deben recibir yodo radiactivo, que generalmente se toma por vía oral. Esta sustancia destruye cualquier tejido tiroideo remanente y también ayuda a obtener imágenes más claras, de manera que los médicos puedan ver si hay algún cáncer adicional. Si la cirugía no es una opción, puede servir la terapia radiactiva externa.
Después de la cirugía o el yodo radiactivo, el paciente necesitará tomar un medicamento llamado levotiroxina sódica por el resto de su vida, el cual reemplaza la hormona que la tiroides normalmente produciría.
Según los especialistas, la mayoría de los pacientes que tuvieron cáncer necesitarán hacerse un examen de sangre cada 6 a 12 meses para verificar los niveles tiroideos.
La tasa de supervivencia para el cáncer papilar tiroideo es excelente; más del 95% de los adultos con este tipo de cáncer sobrevive al menos 10 años. El pronóstico es mejor para los pacientes menores de 40 años y para aquéllos con tumores más pequeños.
CUADRO POCO COMÚN
Menos de uno de cada 10 adultos tienen nódulos tiroideos que pueden ser palpados por un médico. Sin embargo, cuando se observa la tiroides con una ecografía, hasta a la mitad de todas las personas se les encuentran nódulos que son muy pequeños como para ser palpados.
Según la American Cancer Society, alrededor del 80% de todos los cánceres de tiroides diagnosticados en los Estados Unidos son de tipo carcinoma papilar y son más comunes en mujeres que en hombres.
TRATAMIENTOS
La jefa de oncología del Hospital Italiano de Buenos Aires, Guadalupe Pallota, aseguró que la malformación celular que afecta a la Presidenta tiene una alta tasa de curación. “Carcinoma es cualquier tumor maligno que se origina en un epitelio (tejido o piel)”.
Existen 3 tipos de tratamiento para el cáncer de tiroides: la cirugía, el uso de yodo radiactivo y otros medicamentos complementarios.
La cirugía se realiza para extirpar la mayor cantidad de cáncer posible y cuanto más grande sea el tumor, mayor será la cantidad de glándula tiroidea que se deba extirpar. Con frecuencia, se extirpa toda la glándula.
Después de la cirugía, la mayoría de los pacientes deben recibir yodo radiactivo, que generalmente se toma por vía oral. Esta sustancia destruye cualquier tejido tiroideo remanente y también ayuda a obtener imágenes más claras, de manera que los médicos puedan ver si hay algún cáncer adicional. Si la cirugía no es una opción, puede servir la terapia radiactiva externa.
Después de la cirugía o el yodo radiactivo, el paciente necesitará tomar un medicamento llamado levotiroxina sódica por el resto de su vida, el cual reemplaza la hormona que la tiroides normalmente produciría.
Según los especialistas, la mayoría de los pacientes que tuvieron cáncer necesitarán hacerse un examen de sangre cada 6 a 12 meses para verificar los niveles tiroideos.
La tasa de supervivencia para el cáncer papilar tiroideo es excelente; más del 95% de los adultos con este tipo de cáncer sobrevive al menos 10 años. El pronóstico es mejor para los pacientes menores de 40 años y para aquéllos con tumores más pequeños.
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