El único cáncer que viene desarrollándose y quiere convertir a este gobierno en la sucursal del gobierno anterior es el de la impunidad.
Así como el gobierno anterior nos agarró a todos celebrando los 25 años de cárcel que dio la justicia al dictador Fujimori por violación a los DDHH y le construyó un mini departamento en la DIROES (donde anda a sus anchas, manejó la campaña de su hija, vendiendo cupos al congreso y hasta artículos de campaña y recibe por decenas a los visitantes en cualquier horario), ahora este gobierno que llegó con los votos de los que no queríamos ver como el horror del pasado se encarnara nuevamente en la Primera Dama de la dictadura, pretende darle el tiro de gracia a sus promesas electorales traicionando al pueblo con el probable indulto navideño al tipo que caminaba sobre los rematados, financiaba grupos criminales como Colina, y amnistiaba a los que masacraron en Cantuta, Barrios Altos, el Santa y un etcétera tan largo como los crímenes cometidos desde el Estado.
A las voces de los hijos del ladrón y genocida, a la panfletaria bulla de toda la bancada naranja, a los periodistas adictos a la dictadura que de la mermelada vivieron y viven, se suman desde el Ejecutivo la expulsión del Ministro de Justicia por no querer firmar la posibilidad del indulto, las declaraciones del actual Ministro de la misma rama con que no hay ningún escrito presentado, cuando es su deber dar tranquilidad a la población marcando distancia de la atroz idea de soltar al jefe de los asesinos de tantos inocentes y la “bonachona” posición del Presidente del Congreso Daniel Abugattás dando a entender que mejor nos vayamos sobando porque nos va a doler.
Y Humala con su con sus cantinflescas declaraciones de que ningún ser humano debe morir en la cárcel. Pues si es así, que comience con ladrones de poca monta que con tuberculosis, sida y cáncer de verdad están hacinados en los penales y no con quienes están vendiendo una parodia propia de Laura Bozzo.
Porque no hay nada más injusto y por tanto inhumano que andar liberando a quienes lideraron una banda de criminales que además se sienten orgullosos de lo que hicieron y quieren forzarnos a que les agradezcamos los miles de desaparecidos y asesinados en la Dictadura. No hay nada peor para lo que le queda de credibilidad a este Gobierno que iniciar una alianza con el sector más repudiado por el país en su conjunto, solo por querer manejar el Congreso como si fuera un cuartel.
Ollanta, que hace rato se está haciendo el harakiri frente al pueblo, ¿quiere cambiar una veintena de votos en el Congreso y ser parte del baile del chino? ¿Se pondrá Kimono para que el Congreso siga a pie juntillas lo que mande la CONFIEP y la Embajada Gringa? Lo que la ONPE y la derecha en su conjunto no pudieron robarle al pueblo la elección que pasó, lo está logrando Ollanta con este nuevo programa de la gran defraudación.
Y ni lentos ni perezosos y muy curiosamente al frente del Cuartel Hoyos Rubio en el Rímac, con una ortografía que me hace sentir Cervantes, los asalariados de la mafia comienzan a pintar por la libertad del cleptómano.
A pesar que la junta médica del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas ya dejo en claro que Fujimori no tiene cáncer y que la dolencia es tratable, la mafia naranja bien apoyada por este gobierno desliza el patético argumento de que Fujimori anda deprimido y por lo tanto merece salir. Pues mucho más dolor y depresión con secuelas graves dejo la sistemática violación de DD.HH durante los 90’s a millones de peruanos.
Miles de familias siguen buscando justicia y los cuerpos de sus hijos, hermanos, padres, parejas. Miles de peruanos recuerdan con inmenso dolor los horrores de las batidas de las que nadie volvía, los rastrillajes militares, los cuerpos quemados o tirados al río o entre cerros, los destripados a cuchillazo del cabo “x”, las violaciones de mujeres y las torturas de las que pocos salían vivos.
Millones de peruanos que votamos por Ollanta esperábamos que este gobierno se sumara a la lucha que por casi 3 décadas está logrando capturar y sancionar asesinos y torturadores, y lograra que al fin se abrieran los expedientes que manejan las FF.AA para dar con el paradero de los asesinos y también con las fosas comunes donde se apilaron los cuerpos de pobladores inocentes. Esperábamos, de los que nos enseñan que la justicia es igual para todos, que un criminal de alta peligrosidad como Fujimori sea trasladado, como corresponde, a un penal de alta seguridad. Pero de eso ni un saludo a la bandera.
Y nos va quedando claro más bien, que si nos dormimos un minuto este gobierno nos dirá en cualquier momento que el indulto va, sí o sí. Y con esto tirar por la borda absolutamente toda esperanza de avanzar en estos 5 años la sanción a los que desde el Estado se comportaron como un ejército de ocupación contra la población en general. El indulto es el camino afirmado para todos los que quieren amnesia nacional frente al terrorismo de Estado, el sueño de Mantilla, Giampietri y Alan García. El sueño de Martín Rivas y Montesinos, total, de ahí a una amnistía a todos los criminales de las FF.AA y los distintos representantes de Gobiernos genocidas bajo argumentos que horrorizan a los Organismos Internacionales de Justicia en materia de DD.HH, habría un paso. Cuando decides dar el paso al abismo solo te queda gozar de la caída y parece que Ollanta sin paracaídas solo se detendrá si hoy le hacemos sentir desde todos los rincones que tremenda burla jurídica, política y moral no se la vamos a dejar pasar.
Una vez más la movilización de este generoso pueblo que sabe fajarse del lado de las más nobles y justas causas se enfrentará con la cara de las bestias, su poder económico y sus mentiras. Tenemos más de 15 mil desaparecidos que son suficiente combustible para no detenernos. Tenemos más de 70 mil asesinados que deben convertirse en el mejor de los impulsos para no desfallecer en esta lucha contra la impunidad. Tenemos una deuda aún sin pagar de cara a las futuras generaciones que nos preguntarán dentro de poco cómo nos pudimos quedar inmóviles cuando nos faltan tantos peruanos como tú o yo. Y cómo permitimos que se le abrieran las cárceles a los que tanto costó enjuiciar y sancionar.
Esta navidad evitemos que nos den de cena bacalao con yuca, así lo sirva el que hasta ayer prometía lo que hoy olvidó. En estas fiestas recordemos que existen miles de mesas con sillas vacías, varios abrazos que no se darán y mucha gente que sigue esperando saber que pasó con sus seres amados. Y que está en nuestras manos que la justicia llegue todas estas familias.
Así como el gobierno anterior nos agarró a todos celebrando los 25 años de cárcel que dio la justicia al dictador Fujimori por violación a los DDHH y le construyó un mini departamento en la DIROES (donde anda a sus anchas, manejó la campaña de su hija, vendiendo cupos al congreso y hasta artículos de campaña y recibe por decenas a los visitantes en cualquier horario), ahora este gobierno que llegó con los votos de los que no queríamos ver como el horror del pasado se encarnara nuevamente en la Primera Dama de la dictadura, pretende darle el tiro de gracia a sus promesas electorales traicionando al pueblo con el probable indulto navideño al tipo que caminaba sobre los rematados, financiaba grupos criminales como Colina, y amnistiaba a los que masacraron en Cantuta, Barrios Altos, el Santa y un etcétera tan largo como los crímenes cometidos desde el Estado.
A las voces de los hijos del ladrón y genocida, a la panfletaria bulla de toda la bancada naranja, a los periodistas adictos a la dictadura que de la mermelada vivieron y viven, se suman desde el Ejecutivo la expulsión del Ministro de Justicia por no querer firmar la posibilidad del indulto, las declaraciones del actual Ministro de la misma rama con que no hay ningún escrito presentado, cuando es su deber dar tranquilidad a la población marcando distancia de la atroz idea de soltar al jefe de los asesinos de tantos inocentes y la “bonachona” posición del Presidente del Congreso Daniel Abugattás dando a entender que mejor nos vayamos sobando porque nos va a doler.
Y Humala con su con sus cantinflescas declaraciones de que ningún ser humano debe morir en la cárcel. Pues si es así, que comience con ladrones de poca monta que con tuberculosis, sida y cáncer de verdad están hacinados en los penales y no con quienes están vendiendo una parodia propia de Laura Bozzo.
Porque no hay nada más injusto y por tanto inhumano que andar liberando a quienes lideraron una banda de criminales que además se sienten orgullosos de lo que hicieron y quieren forzarnos a que les agradezcamos los miles de desaparecidos y asesinados en la Dictadura. No hay nada peor para lo que le queda de credibilidad a este Gobierno que iniciar una alianza con el sector más repudiado por el país en su conjunto, solo por querer manejar el Congreso como si fuera un cuartel.
Ollanta, que hace rato se está haciendo el harakiri frente al pueblo, ¿quiere cambiar una veintena de votos en el Congreso y ser parte del baile del chino? ¿Se pondrá Kimono para que el Congreso siga a pie juntillas lo que mande la CONFIEP y la Embajada Gringa? Lo que la ONPE y la derecha en su conjunto no pudieron robarle al pueblo la elección que pasó, lo está logrando Ollanta con este nuevo programa de la gran defraudación.
Y ni lentos ni perezosos y muy curiosamente al frente del Cuartel Hoyos Rubio en el Rímac, con una ortografía que me hace sentir Cervantes, los asalariados de la mafia comienzan a pintar por la libertad del cleptómano.
A pesar que la junta médica del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas ya dejo en claro que Fujimori no tiene cáncer y que la dolencia es tratable, la mafia naranja bien apoyada por este gobierno desliza el patético argumento de que Fujimori anda deprimido y por lo tanto merece salir. Pues mucho más dolor y depresión con secuelas graves dejo la sistemática violación de DD.HH durante los 90’s a millones de peruanos.
Miles de familias siguen buscando justicia y los cuerpos de sus hijos, hermanos, padres, parejas. Miles de peruanos recuerdan con inmenso dolor los horrores de las batidas de las que nadie volvía, los rastrillajes militares, los cuerpos quemados o tirados al río o entre cerros, los destripados a cuchillazo del cabo “x”, las violaciones de mujeres y las torturas de las que pocos salían vivos.
Millones de peruanos que votamos por Ollanta esperábamos que este gobierno se sumara a la lucha que por casi 3 décadas está logrando capturar y sancionar asesinos y torturadores, y lograra que al fin se abrieran los expedientes que manejan las FF.AA para dar con el paradero de los asesinos y también con las fosas comunes donde se apilaron los cuerpos de pobladores inocentes. Esperábamos, de los que nos enseñan que la justicia es igual para todos, que un criminal de alta peligrosidad como Fujimori sea trasladado, como corresponde, a un penal de alta seguridad. Pero de eso ni un saludo a la bandera.
Y nos va quedando claro más bien, que si nos dormimos un minuto este gobierno nos dirá en cualquier momento que el indulto va, sí o sí. Y con esto tirar por la borda absolutamente toda esperanza de avanzar en estos 5 años la sanción a los que desde el Estado se comportaron como un ejército de ocupación contra la población en general. El indulto es el camino afirmado para todos los que quieren amnesia nacional frente al terrorismo de Estado, el sueño de Mantilla, Giampietri y Alan García. El sueño de Martín Rivas y Montesinos, total, de ahí a una amnistía a todos los criminales de las FF.AA y los distintos representantes de Gobiernos genocidas bajo argumentos que horrorizan a los Organismos Internacionales de Justicia en materia de DD.HH, habría un paso. Cuando decides dar el paso al abismo solo te queda gozar de la caída y parece que Ollanta sin paracaídas solo se detendrá si hoy le hacemos sentir desde todos los rincones que tremenda burla jurídica, política y moral no se la vamos a dejar pasar.
Una vez más la movilización de este generoso pueblo que sabe fajarse del lado de las más nobles y justas causas se enfrentará con la cara de las bestias, su poder económico y sus mentiras. Tenemos más de 15 mil desaparecidos que son suficiente combustible para no detenernos. Tenemos más de 70 mil asesinados que deben convertirse en el mejor de los impulsos para no desfallecer en esta lucha contra la impunidad. Tenemos una deuda aún sin pagar de cara a las futuras generaciones que nos preguntarán dentro de poco cómo nos pudimos quedar inmóviles cuando nos faltan tantos peruanos como tú o yo. Y cómo permitimos que se le abrieran las cárceles a los que tanto costó enjuiciar y sancionar.
Esta navidad evitemos que nos den de cena bacalao con yuca, así lo sirva el que hasta ayer prometía lo que hoy olvidó. En estas fiestas recordemos que existen miles de mesas con sillas vacías, varios abrazos que no se darán y mucha gente que sigue esperando saber que pasó con sus seres amados. Y que está en nuestras manos que la justicia llegue todas estas familias.
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