El exministro de Salud Oscar Ugarte dice que todos los ministros pueden decir lo que piensan, aunque estén equivocados, pero que las políticas de Salud las define el titular de esa cartera. Mientras el actual aún no se pronuncia, Ugarte recordó que en julio dejó encaminada una alternativa para volver a repartir la píldora del día siguiente gratuitamente, y dejó listo el protocolo del aborto terapéutico. Quizá es momento de que el Gobierno defina cuál será su posición en estos dos temas.
-En marzo de este año usted anunció que el Estado volvería a repartir la píldora del día siguiente de forma gratuita porque ya se había superado la duda del Tribunal Constitucional (TC). ¿Por qué no se distribuye aún?
Dije que el Ministerio de Salud (Minsa) iba a buscar una forma alternativa, pero no podíamos incumplir el mandato del TC, que no ha variado su opinión. Hicimos una interpretación de lo que el mismo TC decía, de que si la autoridad, el Minsa, absuelve la duda de si la píldora era abortiva o no, se dispondría lo conveniente. Como lo ratificamos desde el punto de vista científico dijimos que reanudaríamos la distribución, pero después recibimos la reiteración del TC.
-¿A qué se refiere con buscar formas alternativas?
El mandato judicial está referido al Levonorgestrel, y lo que se ha estado viendo es otra técnica, que es sin Levonorgestrel; otros productos que se usan como métodos anticonceptivos, completamente autorizados, y que en una determinada composición tienen el mismo efecto. Sobre eso no pesa ningún mandato en contra. El Minsa está trabajando esa alternativa porque es lo que hemos dejado.
-¿Es la única forma de ‘salvar’ la sentencia del TC?
Lo otro es que el TC varíe su posición, y eso se podría dar si varía su composición, porque ya varió sobre si se da o no la píldora el 2006. No solo lo autorizó, sino que mandató al Minsa a que la reparta. El año 2009, el propio TC, pero con otros miembros, cambió su criterio. Es algo absurdo.
-¿Qué se hizo con las píldoras ya compradas por el Estado?
Se donó a la Inppares, que lo repartió en sectores de bajos recursos. Lo contradictorio de esa norma (del TC) es que lo prohíbe en el circuito público, pero no en el privado. El que tiene dinero, lo utiliza, y no tiene ningún mandato judicial en contrario. Pero la población pobre ha sido perjudicada.
-¿Qué le parece la posición de la ministra de la Mujer, Ana Jara, que se opone a la píldora del día siguiente?
No es competencia de la ministra de la Mujer definir las políticas de Salud. Eso es clarísimo; cualquier ministro es libre de opinar, pero esta política está definida por un decreto supremo que aprobó las normas de planificación familiar y que incluía a la píldora. Ella puede tener opinión, pero no es un mandato.
-Pero el Gobierno ha dado una señal, pues mientras el ministro de Salud no se ha pronunciado sobre el tema, ella sí lo ha hecho. Hay confusión.
Eso no es nuevo; ya tuvimos la oposición de Rafael Rey cuando fue ministro, hemos discrepado públicamente del tema y nunca se varió la posición del Minsa.
-Cuando fue ministro, ¿sintió presión de Rey en el gabinete por este tema?
No. En este caso el Presidente (Alan García) tuvo una posición muy clara. Él dijo que esa era una posición que define el Minsa y pidió que los otros ministros no interfieran con las políticas sectoriales.
-Si está probado científicamente, por la OMS, que la píldora no es abortiva, ¿qué denota que la ministra de la Mujer sostenga lo contrario? ¿Ignorancia o superposición de sus creencias religiosas?
Hay de las dos cosas. El hacer prevalecer un criterio confesional lo lleva a no reconocer las verdades científicas. El resultado es una posición anacrónica.
-¿El Presidente debería decirle a la ministra Jara que no se meta en temas del sector Salud?
Creo que él tiene el criterio suficiente, porque así también lo ha señalado en la campaña, en cuestiones muy amplias en cuanto a la salud sexual y reproductiva, y estoy seguro de que va a ser manejado adecuadamente.
-¿Ve un riesgo en estas políticas con la presencia de la ministra Jara?
No creo que estén en riesgo; esos son temas debatibles y lo serán siempre. Y habrá diferentes personalidades, unas dentro y otras fuera del Gobierno, que opinen a favor y en contra. No hay que ocultar que hay posiciones en la sociedad que tienen ese tipo de concepción errónea. Lo importante es que no se cambie.
-Su gestión también dejó listo el protocolo del aborto terapéutico…
Está listo, estaba para ser aprobado y publicado, y por tanto es un tema que debe ser manejado por las actuales autoridades.
-¿Requiere una aprobación del Consejo de Ministros?
No, solo una resolución ministerial. Es una decisión que depende del ministro de Salud.
-Si estaba listo, ¿por qué no lo aprobó?
El criterio fue un pedido del presidente Alan García de no publicarlo para que no interfiera con el proceso electoral, pues se iba a convertir en un tema de debate electoral. Me pareció razonable. Con posterioridad, García, fuera de la segunda vuelta, dijo que por la naturalidad del tema, mejor sería dejar la decisión al nuevo Gobierno, para que no se crea que se estaba dejando un tema conflictivo
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