martes, 27 de diciembre de 2011

Ecuador: Sangre negra en la amazonía por Texaco-Chevron



“Amazonas sangra sangre negra y sucia de Texaco-Chevron” es el trabajo audiovisual de Dick Emanuelsson que relata parte de las luchas de los principales afectados de Sucumbíos, Ecuador, para demandar a las transnacionales. La histórica sentencia obliga al gigante petrolero a indemnizarlos con 9,500 millones de dólares.

Por Dick Emanuelsson

Cuando ANTONY nació era sólo como un cascarón de huevo, delgadito y tan frágil, dice su tía y levanta los brazos del muchachito que sonríe alegre por tener una visita inesperada en su casa humilde. Los brazos del niño son deformados y sin fuerza. Las piernas son aún más deformadas y no le permitirán jugar ni desplazarse libremente por la vida.
 
– Tiene que ser llevado en brazos ida y vuelta a la escuela, dice la tía y el niño mira con ojos de expresión tan triste como si quisiera afirmar, con su mirada dulce, de niño de 10 añitos las palabras de su tía. Detrás de esa condena injusta existe un geno/ecocidio ejecutado por la transnacional Texaco-Chevron.

El papá de Antony trabajaba en uno de los pozos petroleros de la compañía, ubicado a unos cientos de metros alejado del barrio. Los niños jugaban en el pequeño río que corre arrastrando miseria detrás de la casa. El agua, como todo, fue contaminada tanto en el campo como en la selva y hasta en las mismas ciudades. Ello trajo consecuencias desastrosas para una gran cantidad de seres humanos, creo que serían incontables los Antony en este mundo globalizado donde el neoliberalismo fue el arma más brutal cuyo filo dio en las entrañas de los pueblos.

En casa vecina, la misma situación desgarra, repetida como si fuera una maldición que cayó de pronto para no irse jamás.

Otra niña con discapacidad severa está sentada en una silla de ruedas, se llama Luisa y la discapacidad también afectó su cerebro.

Ántony, 10 años. Foto: Dick E. 

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